El desastre econ¨®mico de los kilos de m¨¢s: las farmac¨¦uticas se frotan las manos en un mundo cada vez m¨¢s obeso
La factura del sobrepeso alcanzar¨¢ los cuatro billones de d¨®lares en 2035, el 3% del PIB global
El exceso de peso est¨¢ muy cerca de ser insostenible en un planeta enfermo. M¨¢s de 1.500 millones de adultos y casi 400 millones de ni?os ¡ªuna de cada cuatro personas en el mundo¡ª vivir¨¢n con obesidad dentro de 12 a?os, si antes no se pone freno a este mal que ahora se est¨¢ cebando con la poblaci¨®n infantil y los pa¨ªses con menores recursos. Pocas enfermedades cr¨®nicas han avanzado tan r¨¢pidamente en las ¨²ltimas d¨¦cadas ¡ªindependientemente del contexto econ¨®mico y geogr¨¢fico¡ª como la obesidad, que la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) califica como una epidemia. Silenciosa, pero devastadora. Y eso, a pesar de que en la ¨²ltima d¨¦cada se han hecho esfuerzos para fomentar h¨¢bitos de vida saludables, algunos tan medi¨¢ticos como la campa?a Let¡¯s Move, que Michelle Obama puso en marcha en 2013 para reducir la tasa de obesidad infantil en Estados Unidos en un 5% en 2030.
No ha sido suficiente. La obesidad es el elefante en la habitaci¨®n al que los Gobiernos deben plantar cara, m¨¢s pronto que tarde, por su demoledora factura. Si nada cambia, el impacto econ¨®mico del sobrepeso y la obesidad en el mundo alcanzar¨¢ los 4,32 billones de d¨®lares anuales (poco m¨¢s de 4 billones de euros al cambio) en 2035 por gastos m¨¦dicos, absentismo laboral, baja productividad, jubilaci¨®n prematura y muerte. Supone casi el 3% del PIB mundial actual, comparable con el impacto de la covid-19 en 2020. La factura de los michelines avanza r¨¢pidamente: en 2019 supuso el 2,19% del PIB y crecer¨¢ al 3,29% en 2060. Son las previsiones del Atlas Mundial de la Obesidad 2023, publicado por la Federaci¨®n Mundial de la Obesidad (World Obesity Federation), que analiza las repercusiones econ¨®micas en 161 pa¨ªses.
Las farmac¨¦uticas han visto en el peso corporal insalubre un negocio may¨²sculo y han convertido la lucha contra la obesidad en su cofre del tesoro. Se cree que ser¨¢ el mercado biofarmac¨¦utico m¨¢s grande de la d¨¦cada; Goldman Sachs calcula un negocio potencial de 100.000 millones de d¨®lares anuales en 2030. La llegada al mercado de los medicamentos de Novo Nordisk y Eli Lilly, originalmente desarrollados y comercializados con ¨¦xito para la diabetes que han demostrado su eficacia para la p¨¦rdida de peso, podr¨ªa marcar un punto de inflexi¨®n en el avance descontrolado de la enfermedad. A su popularidad han contribuido personajes famosos ¡ªla droga de Hollywood, la llaman¡ª, como Kim Kardashian o Elon Musk (Tesla), que ha confesado haberse pinchado semaglutida, que reduce el apetito.
La otra cara de la moneda es la industria alimentaria, que ha llenado sus bolsillos en las ¨²ltimas d¨¦cadas con la venta de alimentos ultraprocesados. Se enfrentan a una posible p¨¦rdida de negocio, pero tambi¨¦n al reto de reformular sus productos para que sean m¨¢s sanos sin perder su sabor, lo que implicar¨¢ importantes inversiones. Tambi¨¦n miran con cierta preocupaci¨®n e incertidumbre estos medicamentos que adelgazan los fabricantes de dispositivos m¨¦dicos para la apnea obstructiva del sue?o, la osteoartritis y la enfermedad renal cr¨®nica, cuyos ingresos tambi¨¦n se podr¨ªan recortar.
En 2020, 2.600 millones de personas viv¨ªan con exceso de grasa ¡ªsobrepeso y obesidad¡ª, el 38% de la poblaci¨®n mundial, seg¨²n la Federaci¨®n Mundial de Obesidad. Si hablamos solo de obesidad, son algo m¨¢s de 1.000 millones de personas (650 millones de adultos, 340 millones de adolescentes y 39 millones de ni?os). Es decir, uno de cada siete ciudadanos, seg¨²n el organismo.
Es preocupante que tantos millones de personas tengan un ¨ªndice de masa corporal alto. La OMS define la obesidad como una cantidad anormal o excesiva de grasa acumulada que es un riesgo para la salud. El ¨ªndice de masa corporal (IMC) es el m¨¦todo m¨¢s utilizado y consiste en dividir el peso, expresado en kilos, entre la estatura, en metros, elevada al cuadrado (kg/m2). Para los adultos, el sobrepeso representa un IMC superior o igual a 25; la obesidad es un IMC superior o igual a 30.
Una bola de nieve
La obesidad es un problema de salud p¨²blica que se ha extendido a gran velocidad por todos los pa¨ªses. Desde 1975, ha aumentado a casi el triple, algo a lo que ha contribuido sobremanera el avance del sedentarismo y el mayor consumo de comida r¨¢pida y de alimentos azucarados y ultraprocesados. Hay que tener en cuenta que en muchos pa¨ªses no hay alternativas de alimentaci¨®n o el acceso a frutas y verduras es demasiado caro. ¡°Ning¨²n pa¨ªs es inmune a los efectos de la epidemia de la obesidad, que se ha convertido en una emergencia sanitaria mundial que exige una respuesta urgente e imperativa¡±, constata Francesco Branca, director del Departamento de Nutrici¨®n y Seguridad Alimentaria de la OMS.
Por esto, la Federaci¨®n Mundial de la Obesidad proyecta que el 51% de la poblaci¨®n mundial vivir¨¢ con obesidad y sobrepeso en 2035. La cifra es alarmante: son m¨¢s de 4.000 millones de personas condenadas por esta enfermedad compleja, asociada a m¨¢s de 200 problemas de salud y que es responsable de la muerte de m¨¢s de cuatro millones de personas cada a?o. Las enfermedades vinculadas con la gordura se encuentran entre las tres principales causas de defunci¨®n en todo el mundo, excepto en el ?frica subsahariana, seg¨²n el informe Obesity: Health and Economic Consequences of an Impending Global Challenge (Obesidad: Consecuencias sanitarias y econ¨®micas de un desaf¨ªo global inminente), del Banco Mundial.
El pa¨ªs con mayor porcentaje de poblaci¨®n con obesidad est¨¢ en las islas del Pac¨ªfico. En Nauru, el 94% de los habitantes tiene sobrepeso y la diabetes alcanza al 66% de las personas de 55 a?os. Aunque la poblaci¨®n es tan peque?a (12.511 personas), que no es representativa a nivel global.
Entre los sospechosos habituales est¨¢ Estados Unidos, donde m¨¢s del 70% de los adultos sufren obesidad o tienen sobrepeso y donde la enfermedad es la principal causa de muerte. Tambi¨¦n M¨¦xico: cerca del 73% de la poblaci¨®n excede de su peso recomendable. Adem¨¢s, el 34% de esas personas enfermas sufren obesidad m¨®rbida (IMC superior a 40). En realidad, el continente americano es uno de los m¨¢s azotados por este mal, que tendr¨¢ un impacto econ¨®mico anual del 3,7% del PIB en 2035, de acuerdo con las estimaciones del Atlas Mundial de la Obesidad.
A la cola est¨¢ Vietnam, con un 2,1% de incidencia de la obesidad en la poblaci¨®n adulta mayor de 18 a?os, seg¨²n el informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrici¨®n en el mundo (SOFI, por sus siglas en ingl¨¦s), que tambi¨¦n se?ala a Myanmar, con un 0,8% de prevalencia de sobrepeso en ni?os menores de cinco a?os. Sin embargo, los tent¨¢culos de la enfermedad son largos: Vietnam es uno de los pa¨ªses del sudeste asi¨¢tico donde m¨¢s est¨¢ aumentando. El crecimiento econ¨®mico de la zona ha provocado cambios en el estilo de vida de los ciudadanos y un consumo mayor de dietas menos saludables.
Espa?a no es una excepci¨®n en el avance de esta epidemia invisible y demoledora, lo que evidencia que los espa?oles no siguen fielmente la aclamada dieta mediterr¨¢nea. La patolog¨ªa crece desde 1980. Cerca del 24% de la poblaci¨®n adulta espa?ola tiene obesidad. Si se tienen en cuenta tambi¨¦n las personas con sobrepeso, la cifra se eleva al 61,6%. ¡°La situaci¨®n es muy preocupante¡±, sostiene Mar¨ªa del Mar Malag¨®n, presidenta de la Sociedad Espa?ola de Obesidad (SEEDO), catedr¨¢tica de Biolog¨ªa Celular en la Universidad de C¨®rdoba y subdirectora cient¨ªfica del Instituto Maim¨®nides de Investigaci¨®n Biom¨¦dica de C¨®rdoba. Y a?ade: ¡°Si se mantienen las tendencias actuales, se prev¨¦ que en 2035 afecte al 37% de la poblaci¨®n, siendo especialmente preocupante en ni?os, al aumentar en torno al 2,5% anual hasta dicha fecha¡±.
Los datos de la Iniciativa COSI2, un sistema de vigilancia impulsado por la OMS, sit¨²an a Espa?a entre los pa¨ªses de la Uni¨®n Europea con mayor prevalencia de obesidad y sobrepeso infantil, junto con Grecia e Italia, con tasas cercanas al 40%. Ante esta dura realidad, el Gobierno ha aprobado, en colaboraci¨®n con la Gasol Foundation, un Plan Estrat¨¦gico Nacional para la Reducci¨®n de la Obesidad Infantil (2022 - 2030).
Hachazo a las cuentas
La obesidad est¨¢ estrangulando el gasto sanitario p¨²blico debido al alto coste de las enfermedades cr¨®nicas asociadas. Es responsable del 71% de todos los costes de tratamiento de la diabetes, del 23% del gasto de las enfermedades cardiovasculares y del 9% de los c¨¢nceres. Estos pacientes, cuya esperanza de vida se reduce en tres a?os, necesitan un mayor n¨²mero de visitas m¨¦dicas, hospitalizaciones, test de laboratorio y radiol¨®gicos¡ Mientras que en los pa¨ªses de la OCDE la obesidad tiene una carga del 8,4% en los gastos sanitarios ¡ªy reduce el PIB en un 3,3%¡ª, en Espa?a esta cifra escala hasta el 9,7%, siendo solo superada por Canad¨¢, Alemania (11% respectivamente) y Estados Unidos (14%).
Aparte, hay toda una serie de costes indirectos: aumenta el absentismo laboral (hay un 3,4% m¨¢s de probabilidades), reduce la productividad y es un potenciador de las desigualdades: ¡°Los individuos con al menos una enfermedad cr¨®nica asociada al sobrepeso tienen un 8% menos de probabilidades de ser empleados al a?o siguiente¡±, seg¨²n el estudio La pesada carga de la obesidad, de la OCDE. Espa?a, donde el impacto de la enfermedad sobre el PIB es del 2,9% seg¨²n el organismo multilateral, asume una p¨¦rdida de productividad equivalente a 479.000 trabajadores a tiempo completo por a?o. Para cubrir estos costes, cada ciudadano paga 265 euros adicionales de impuestos al a?o, tambi¨¦n por encima de la media de 181,60 euros de la OCDE.
Si bien durante mucho tiempo el exceso de kilos ha sido visto como un problema exclusivo y distintivo de los pa¨ªses ricos, ahora es en las naciones con recursos limitados donde m¨¢s r¨¢pidamente se est¨¢ desarrollando. Sobre todo, en los entornos urbanos de Asia y ?frica, donde la occidentalizaci¨®n de los h¨¢bitos de vida est¨¢ incrementando el sedentarismo y una peor alimentaci¨®n. ¡°En los pa¨ªses de bajos ingresos como Pakist¨¢n, Indonesia y Nigeria hay muchas razones para esperar un aumento de la prevalencia de la obesidad¡±, seg¨²n el Atlas Mundial de la Obesidad. Sin olvidar ¡°los peores servicios de atenci¨®n m¨¦dica para ayudar en el control del peso y en la educaci¨®n sanitaria de la poblaci¨®n¡±, se?ala Fabian Wenner, analista responsable del sector salud en Julius Baer.
Alarma infantil
El mal se ceba con los m¨¢s vulnerables. Las tasas de obesidad en ni?os y adolescentes se han multiplicado por 10 desde 1975 en todo el mundo, pasando de 11 millones de personas (de 5 a 19 a?os) a 124 millones en 2016, seg¨²n un estudio dirigido por el Imperial College de Londres y la OMS. ¡°Est¨¢n aumentando m¨¢s r¨¢pidamente entre los ni?os que entre los adultos¡±, dice Rachel Jackson-Leach, directora de ciencia de la Federaci¨®n Mundial de Obesidad. Y de forma alarmante en los pa¨ªses de ingresos medios y bajos, donde los m¨¢s peque?os son m¨¢s sensibles a una nutrici¨®n prenatal e infantil inadecuada. ¡°En ?frica, el n¨²mero de ni?os menores de cinco a?os con sobrepeso ha aumentado casi un 24% desde el a?o 2000. Casi la mitad de los ni?os menores de cinco a?os con sobrepeso u obesidad en 2019 viv¨ªan en Asia¡±, cuenta Francesco Branca. La gran paradoja ¡ªy el gran drama¡ª es que ¡°mientras crece la obesidad infantil, los problemas de desnutrici¨®n siguen sin resolverse¡±, a?ade.
La obesidad, un desequilibrio energ¨¦tico entre las calor¨ªas consumidas y las gastadas, es una enfermedad compleja, multifactorial, recidivante y carece de un tratamiento curativo. ¡°Simplificarla a una sola causa puede hacer que abordarla y tratarla sea a¨²n m¨¢s dif¨ªcil¡±, aporta Jackson. Los alimentos ultraprocesados, disponibles en cualquier rinc¨®n del mundo, est¨¢n contribuyendo al r¨¢pido aumento de la patolog¨ªa. ¡°Prevalece un ambiente obesog¨¦nico caracterizado por una mayor disponibilidad de alimentos m¨¢s baratos, m¨¢s densos en energ¨ªa y menos beneficiosos desde el punto de vista nutricional¡±, dice Malag¨®n. A esto hay que a?adir ¡°el aumento de la inactividad f¨ªsica debido a la naturaleza cada vez m¨¢s sedentaria de muchas formas de trabajo, a los cambios en los medios de transporte y a la creciente urbanizaci¨®n¡±, indica Jackson.
Tambi¨¦n hay factores gen¨¦ticos, responsables de entre el 40% y el 70% de la probabilidad de desarrollar obesidad. Y el nivel adquisitivo y cultural son condicionantes: ¡°Las personas con menos ingresos tienden a optar por alimentos m¨¢s baratos, a menudo ricos en az¨²car, sal y grasas poco saludables, que las personas con ingresos altos, que podr¨ªan comprar alimentos m¨¢s integrales¡±, a?ade la portavoz de la OMS.
La Federaci¨®n Mundial de la Obesidad tambi¨¦n se?ala el impacto del cambio clim¨¢tico, ya que la inseguridad alimentaria leve y moderada se asocia con una mayor incidencia, especialmente en contextos donde los alimentos procesados ricos en energ¨ªa est¨¢n disponibles a un coste bajo. Adem¨¢s, el aumento de las temperaturas repercute en una menor actividad f¨ªsica en muchas partes del mundo. Un ¨²ltimo factor de riesgo son los contaminantes qu¨ªmicos, que afectan el sistema endocrino y promueven un aumento del peso. ¡°No es una decisi¨®n del paciente, no es una enfermedad moral, el paciente no escoge sufrir obesidad, sino que la obesidad te escoge en un momento determinado¡±, sentencia Albert Lecube, vicepresidente de SEEDO y jefe del servicio de Endocrinolog¨ªa y Nutrici¨®n del hospital Arnau de Vilanova (Lleida).
No todos los pa¨ªses reconocen oficialmente la obesidad como una enfermedad, aunque se a?adi¨® a la Sexta Clasificaci¨®n Internacional de Enfermedades (CIE) en 1948 y la Asociaci¨®n M¨¦dica Estadounidense la registra como tal desde 2013. En Espa?a, donde el Sistema Nacional de Salud no financia los f¨¢rmacos para su tratamiento, hay un intenso debate en torno a la cuesti¨®n, puesto que una parte del mundo sanitario y los responsables pol¨ªticos no la consideran como una enfermedad. Aqu¨ª solo se cubren los gastos de la cirug¨ªa bari¨¢trica para adultos con IMC superior a 40 o superior a 35 con comorbilidades, aunque las listas de espera se demoran varios a?os. Espa?a solo financia, al igual que el Medicare de Estados Unidos, las inyecciones de Ozempic para personas con diabetes tipo 2 que no han sido controladas adecuadamente.
Medicamentos como Ozempic, que han demostrado ser efectivos para la p¨¦rdida de peso, son la gallina de los huevos de oro para las empresas farmac¨¦uticas, que compiten por alcanzar la cima del mercado de la obesidad, cuyo potencial se ha calculado en 100.000 millones de d¨®lares (cerca de 94.000 millones de euros) en 2030, de acuerdo con los analistas de Goldman Sachs. El banco habla de ¡°algunos de los medicamentos con mayores ganancias de todos los tiempos¡±. Novo Nordisk y Eli Lilly captar¨¢n alrededor del 80% del mercado de la obesidad en siete a?os, calculan. ¡°Posiblemente represente un enorme mercado nuevo, sin comparaci¨®n en tama?o y potencial, pero tambi¨¦n un beneficio significativo para los pacientes, muchos de los cuales no pueden perder peso por s¨ª solos comiendo de manera diferente y practicando deportes¡±, dice Fabian Wenner (Julius Baer).
El pelotazo dan¨¦s
La farmac¨¦utica danesa Novo Nordisk se convirti¨® en septiembre en la empresa cotizada m¨¢s valiosa de Europa, tras superar al gigante del lujo LVMH, gracias al ¨¦xito de sus medicamentos inyectables Ozempic y Wegovy, dos nombres comerciales para el mismo compuesto: semaglutida (funciona como un supresor del apetito imitando una hormona intestinal llamada p¨¦ptido-1).
Novo Nordisk ha registrado un beneficio neto de 8.270 millones de euros en los nueve primeros meses de 2023, con un incremento del 47% respecto al mismo periodo del a?o anterior. ¡°Dado que existe una necesidad no cubierta para las personas con obesidad, y dada la magnitud del problema, seguimos investigando y desarrollando f¨¢rmacos cada vez m¨¢s innovadores y eficaces que permitan dar respuesta a este problema¡±, indica Francisco Pajuelo, director m¨¦dico de Novo Nordisk.
La inyecci¨®n de Wegovy obtuvo la aprobaci¨®n de la Administraci¨®n de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) en junio de 2021 para el tratamiento de la obesidad cr¨®nica en adultos. La empresa espera traer a Espa?a su famoso f¨¢rmaco en 2024. Por su parte, las inyecciones de Ozempic est¨¢n indicadas para el tratamiento de la diabetes tipo 2 y para ese fin tienen aprobaci¨®n de la FDA. Sin embargo, est¨¢n siendo utilizadas (su precio es de unos 130 euros) por miles de personas sanas para perder peso, ya que inhibe el apetito. Ha sido tal la demanda que la farmac¨¦utica han tenido problemas de abastecimiento, lo que ha favorecido un mercado negro donde, incluso, se venden inyecciones falsificadas. Las ventas de Ozempic en el primer semestre han alcanzado 41.741 millones de coronas danesas (55.967 millones de euros), un 58% m¨¢s interanual.
Esta misma semana, la FDA ha aprobado Zepbound, el esperado medicamento contra la obesidad de la farmac¨¦utica Eli Lilly, que entra de lleno en el pujante mercado para perder peso. El compuesto, tirzepatida, es el mismo que contiene su medicamento Mounjaro, aprobado e indicado para el tratamiento de la diabetes tipo 2. Los analistas de Bloomberg predicen que la nueva marca crecer¨¢ durante los pr¨®ximos seis a?os y dominar¨¢ el mercado junto con Wegovy de Novo Nordisk.
Hay m¨¢s compa?¨ªas compitiendo en este gigantesco negocio. Pfizer se ha centrado en su f¨¢rmaco oral para la obesidad, el danuglipron. Amgen y Viking Therapeutics tambi¨¦n est¨¢n en el proceso, pero necesitar¨¢n al menos otros dos a?os antes de obtener la aprobaci¨®n, cuenta Wenner.
As¨ª las cosas, es previsible que el mercado de medicamentos para tratar la obesidad experimente un crecimiento significativo y que la demanda de soluciones efectivas se intensifique. ¡°La inversi¨®n en tecnolog¨ªa por parte de las multinacionales farmac¨¦uticas podr¨ªa conducir al desarrollo de nuevos medicamentos que ayuden a suprimir el apetito, aumentar la saciedad, mejorar el metabolismo o reducir la absorci¨®n de grasas¡±, cree Pajuelo.
En la Sociedad Espa?ola para el estudio de la Obesidad celebran la llegada al mercado de opciones terap¨¦uticas seguras y cada vez m¨¢s eficaces. ¡°La obesidad ha sido una enfermedad hu¨¦rfana de f¨¢rmacos seguros y eficaces, un campo f¨¢cil para la aparici¨®n de dietas milagro, de suplementos diet¨¦ticos sin evidencia cient¨ªfica, y un pozo sin fondo que se ha aprovechado sin piedad de las personas que viven con la obesidad¡±, explica Albert Lecube. Por ello, piden al Gobierno un plan nacional urgente que considere la obesidad como una enfermedad y permita la financiaci¨®n de los nuevos f¨¢rmacos. La Asociaci¨®n Europea para el Estudio de la Obesidad (EASO) ya trabaja para desarrollar un plan europeo contra la enfermedad. Eso s¨ª, las farmac¨¦uticas avisan de que estos medicamentos no pueden ser vistos como la ¨²nica herramienta para perder peso. ¡°El enfoque principal seguir¨¢ siendo el cambio de estilo de vida, incluyendo una alimentaci¨®n saludable y la pr¨¢ctica regular de actividad f¨ªsica¡±, remarca Pajuelo.
Est¨¢ por verse si los sistemas de salud p¨²blicos financian estos medicamentos para controlar el peso excesivo o si los enfermos tendr¨¢n que asumir ese coste de su bolsillo, lo que sin duda derivar¨¢ en un aumento de las desigualdades sociales. Eso y adoptar pol¨ªticas integrales requiere destinar recursos, pero siempre ser¨¢n menores que el coste de tratar a tantos pacientes con diabetes, hipertensi¨®n, enfermedad cardiovascular, s¨ªndrome de apnea del sue?o y c¨¢ncer. Seg¨²n la OCDE, en promedio, por cada euro que se invierte se logra un retorno de hasta seis euros en beneficios econ¨®micos.
El az¨²car indigesta a la industria
Refrescos de cola, bebidas azucaradas, snacks de chocolate, helados, boller¨ªa industrial, sopas instant¨¢neas, aperitivos salados¡ El freno a la obesidad y el sobrepeso pasa, sin paliativos, por reducir la ingesta de az¨²car, sal y grasas saturadas.
Los gobiernos est¨¢n marcando el paso a golpe de impuesto. Cada vez son m¨¢s los pa¨ªses que han aplicado una tasa a las bebidas azucaradas. M¨¦xico, Reino Unido, Finlandia, Francia, Noruega, Sud¨¢?frica y Per¨² son solo algunos de ellos. ¡°Han resultado eficaces para reducir las ventas o el consumo de az¨²car¡±, dice Francesco Branca, director del Departamento de Nutrici¨®n y Seguridad Alimentaria de la OMS. Tambi¨¦n Espa?a aument¨® en 2021 el IVA del 10% al 21% para las bebidas azucaradas y edulcoradas. Seg¨²n Esade, desde entonces se ha registrado un descenso de casi 11 litros, un 13%, en los hogares con menor nivel econ¨®mico. El dato se cuadruplica hasta los 25 litros en las familias de renta baja con hijos menores.
Otros pa¨ªses, sobre todo de Latinoam¨¦rica, han ido m¨¢s all¨¢. Colombia ha sido uno de los primeros en gravar ¡ªun 15% en 2024 y un 20% en 2025¡ª los productos ultraprocesados, una medida que acaba de estrenarse.
Chile, M¨¦xico, Per¨² y Uruguay, entre otros, han adoptado el etiquetado frontal de alimentos y bebidas, en sinton¨ªa con las recomendaciones de la OMS, que tambi¨¦n aboga por los subsidios para promover dietas saludables y por regular la publicidad de comida y bebida con alto contenido en grasas y az¨²cares para ni?os. La Comisi¨®n Europea trabaja en este etiquetado nutricional, armonizado y obligatorio, en la parte delantera del envase. Una de las opciones que baraja es Nutri-Score, sistema que ya se utiliza en varios pa¨ªses, como Francia y Alemania, y se aplica en Espa?a por varios fabricantes y distribuidores.
La industria de alimentos y bebidas teme que este nuevo etiquetado, la presi¨®n social y los medicamentos que quitan el apetito frenen el gasto de los consumidores. La reformulaci¨®n es la ¨²nica v¨ªa que tienen para salvarse. Muchos sectores ya han tomado medidas. Por ahora, de manera voluntaria, ya que la legislaci¨®n europea solo regula la presencia de grasas trans en los alimentos. Nestl¨¦, que el pasado octubre anunci¨® que desarrolla productos para acompa?ar a f¨¢rmacos adelgazantes como Ozempic, es una de las empresas m¨¢s activas. En julio present¨® una nueva ¡°tecnolog¨ªa rentable¡± que reduce los az¨²cares en ingredientes clave. Mediante un proceso enzim¨¢tico, reduce hasta un 30% el az¨²car intr¨ªnseco de ingredientes como la malta, la leche y los zumos, con un impacto m¨ªnimo en el sabor y la textura. ¡°Los altos precios del az¨²car son otro incentivo para reducir el contenido de esta sustancia¡±, dice Fabian Wenner, de Julius Baer.
La industria ha participado en el Plan de Colaboraci¨®n para la Mejora de la Composici¨®n de los Alimentos y Bebidas y Otras Medidas (2017-2020), junto a la Agencia Espa?ola de Seguridad Alimentaria y Nutrici¨®n (AESAN), que ha liderado este proyecto. ¡°El plan ten¨ªa como objetivo la reducci¨®n de az¨²cares a?adidos, sal y grasas saturadas de m¨¢s de 3.500 productos¡±, se?ala Enrico Frabetti, director de Pol¨ªtica Alimentaria, Nutrici¨®n y Salud de la Federaci¨®n Espa?ola de Industrias de Alimentaci¨®n y Bebidas (FIAB).
El problema principal es que la reformulaci¨®n es un proceso largo y requiere una importante inversi¨®n. ¡°Es imposible estimar el coste total que supondr¨¢, pero es probable que los productores lo trasladen al precio que paga el consumidor¡±, se?ala Peter Casanova, director ejecutivo y analista de renta variable global de Julius Baer. Frabetti explica la complejidad de la transici¨®n: ¡°Hablamos de personal cualificado, nuevas infraestructuras y cambios en los procesos productivos, desde la elaboraci¨®n del propio producto hasta la modificaci¨®n de la informaci¨®n trasladada al consumidor a trav¨¦s del envase¡±. Adem¨¢s, no todos los productos podr¨¢n ser reformulados por cuestiones tecnol¨®gicas (cuando determinados ingredientes ejercen una funci¨®n clave en la receta) o sensoriales (tiene que ser aceptado por el consumidor).
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