La econom¨ªa tras la investidura
Un ajuste fiscal de 15.000 millones es necesario para afianzar el crecimiento y el empleo
El inicio del ciclo pol¨ªtico coincide con una fase de debilitamiento de la econom¨ªa, en un contexto internacional incierto, pero no exento de oportunidades. El crecimiento pierde vigor, como evidencia la leve ca¨ªda de la afiliaci¨®n registrada en lo que va de mes (cerca de 17.000 afiliados menos en t¨¦rminos mensuales y desestacionalizados). Si bien el periodo navide?o suele ser positivo para el consumo, cabe esperar un crecimiento escu¨¢lido en el ¨²ltimo trimestre del a?o.
El principal lastre proviene del entorno europeo, con una locomotora alemana parada, que no acaba de asimilar la desconexi¨®n del suministro ruso ni la necesidad de reducir su dependencia de China, ante una pol¨ªtica econ¨®mica titubeante. Las ¨²ltimas previsiones de la Comisi¨®n Europea apuntan a un crecimiento en la eurozona de apenas el 0,6% para este a?o, con siete pa¨ªses en negativo. Tampoco ayuda que los socios europeos est¨¦n compitiendo en subvenciones para atraer inversi¨®n o ganar competitividad de manera espuria, los unos en detrimento de los otros. Es dudoso que la inyecci¨®n de m¨¢s de 700.000 millones de euros de dinero p¨²blico en concepto de ¡°ayudas de Estado¡± (seg¨²n los registros de la Comisi¨®n para este a?o) mejore para nada el potencial del conjunto de la UE.
La buena noticia es que la desinflaci¨®n parece afianzarse, merced de la moderaci¨®n de los precios del petr¨®leo y de los salarios, con dos consecuencias. Una, los hogares podr¨ªan recuperar algo de poder adquisitivo, siempre y cuando el mercado laboral siga aguantando. Dos, la desescalada del IPC, junto con la aton¨ªa de la demanda, aconsejan una pausa en la subida de tipos de inter¨¦s por parte del BCE, y posteriormente una posible relajaci¨®n. Esto da alas a la Comisi¨®n para pronosticar una recuperaci¨®n de la eurozona: el crecimiento se duplicar¨ªa hasta el 1,2%. La hip¨®tesis de los expertos de Bruselas parece optimista, pero no es inveros¨ªmil.
En todo caso, la econom¨ªa espa?ola seguir¨ªa siendo una de las que m¨¢s crece. Adem¨¢s, varios factores se conjugan, en teor¨ªa, para mantener el impulso. La energ¨ªa es m¨¢s barata que en el resto de la UE, contribuyendo a unos costes de producci¨®n competitivos. El gas cuesta un 16,6% menos que la media europea, y la electricidad en torno a un 40%, con datos de Eurostat del primer semestre en t¨¦rminos netos de impuestos y tasas. El diferencial de costes energ¨¦ticos y no energ¨¦ticos se refleja en un super¨¢vit creciente de nuestro comercio exterior intracomunitario.
El tal¨®n de Aquiles radica en las cuentas p¨²blicas. La deuda se ha reducido en proporci¨®n del PIB, pero solo por el doble efecto de la inflaci¨®n y del crecimiento: se estima que, descontando ambos factores, el endeudamiento seguir¨ªa donde estaba hace dos a?os. Ahora que los precios se moderan, el crecimiento flojea y las cargas financieras se encarecen, el agujero presupuestario solo podr¨¢ corregirse equilibrando los ingresos y los gastos corrientes. Es decir, eliminando el llamado d¨¦ficit primario. Esta es tambi¨¦n la condici¨®n necesaria para que nuestro pasivo sea sostenible, ya que el volumen de bonos a refinanciar en los pr¨®ximos a?os ser¨¢ muy elevado, obligando a los Estados a ofrecer una rentabilidad alta para sus emisiones de bonos.
En un escenario inercial, que incorpora la supresi¨®n de la mitad de las medidas antiinflaci¨®n (m¨¢s o menos lo que se desprende a partir de una interpretaci¨®n libre de los anuncios de investidura), el d¨¦ficit primario se reducir¨ªa hasta el 1% del PIB en 2024 (el d¨¦ficit total, incluyendo el gasto por intereses de la deuda, ser¨ªa del 3,6%, seg¨²n el consenso de Funcas). Por tanto, el ajuste se elevar¨ªa a unos 15.000 millones de euros. Un esfuerzo que, distribuido en dos o tres a?os, parece factible y socialmente asumible, siendo adem¨¢s imprescindible para afianzar el crecimiento de la econom¨ªa y garantizar el Estado de bienestar.
Deuda
Es probable que el coste de financiación de los Estados se mantenga a un nivel elevado, incluso si el Banco Central Europeo relajara sus tipos de interés. Esto es porque, ante el volumen de pasivos y la desinversión de los bancos centrales, los Estados tendrán que colocar en el mercado un ingente volumen de deuda. En España, en los dos próximos años vencerán bonos por un total de 342.300 millones de euros, en torno al 23% del PIB (a ello se añade la necesidad de financiar el déficit). Asimismo, la deuda que vence en toda la eurozona alcanza los 2,7 billones de euros (equivalentes al 19% del PIB).
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