El tir¨®n inesperado del consumo
La cara oscura de la econom¨ªa espa?ola sigue siendo la inversi¨®n productiva, que no despega
La econom¨ªa empieza el a?o en mejor posici¨®n de lo anticipado, a tenor de los indicadores m¨¢s recientes que apuntan al mantenimiento de un diferencial favorable de crecimiento en relaci¨®n a las otras grandes econom¨ªas europeas. Una explicaci¨®n reside en la recuperaci¨®n del consumo, consecuencia del aumento de la renta disponible de los hogares, con un crecimiento estimado superior al 6% en 2023 en t¨¦rminos reales (es decir descontando la inflaci¨®n), sin parang¨®n desde que existen datos comparables. La cara oscura sigue siendo la inversi¨®n productiva, que no parece querer despegar pese al man¨¢ de los fondos europeos. Esta es una tendencia que, de no corregirse, acabar¨¢ por constre?ir la expansi¨®n a medio plazo.
En lo inmediato, sin embargo, el plus de consumo sigue alentando la actividad gracias a un factor clave y poco comentado: las empresas espa?olas aprovechan el tir¨®n de la demanda en mayor medida que las extranjeras. As¨ª pues, solo el 24% de la demanda total se satisface con importaciones, y el resto con producci¨®n que procede de empresas establecidas en nuestro pa¨ªs (con datos de los dos ¨²ltimos a?os, hasta el tercer trimestre del 2023). La filtraci¨®n hacia las importaciones es muy superior en todas las otras grandes econom¨ªas europeas, de modo que la media para la Uni¨®n Europea alcanza el 55%.
La d¨¦bil elasticidad de las importaciones con respecto a la demanda es algo nuevo en perspectiva hist¨®rica espa?ola. La oferta extranjera ha tenido un comportamiento mucho menos din¨¢mico que en todas las anteriores fases expansivas (y viceversa, la reactividad de la oferta interna est¨¢ siendo proporcionalmente mayor, por fortuna). Por ejemplo, durante el periodo de crecimiento anterior a la pandemia, las importaciones se incrementaron a un ritmo 50% superior al de la demanda final, cuando en los dos ¨²ltimos a?os la brecha ha desaparecido, o casi. Antes de la crisis financiera, la penetraci¨®n de las importaciones era a¨²n m¨¢s pronunciada, contribuyendo a generar un d¨¦ficit externo colosal, siendo ¨¦ste uno de los detonantes de la crisis.
Es pronto para determinar si estamos asistiendo a un cambio estructural, reflejando una mejora tendencial de la competitividad de nuestro tejido productivo en un entorno de precios energ¨¦ticos altos que han afectado sobremanera a las empresas ubicadas en el resto de Europa. Una explicaci¨®n alternativa y menos amable podr¨ªa radicar en la aton¨ªa de la inversi¨®n en bienes de equipo y en tecnolog¨ªa, tradicionalmente intensiva en insumos provenientes del exterior. En la medida en que esta inversi¨®n se ir¨¢ recuperando ¡ªalgo por otra parte altamente deseable¡ª las importaciones deber¨ªan repuntar.
En todo caso, nos asomamos a una moderaci¨®n de la demanda interna en los pr¨®ximos meses, al menos por el lado del consumo. La recuperaci¨®n de la renta disponible de los hogares registrada en el pasado ejercicio es un fen¨®meno irrepetible: los salarios se van frenando, dejando poco margen para una mejora adicional de la capacidad de compra, al tiempo que la creaci¨®n de empleo tambi¨¦n se normaliza. Por otra parte, el retorno de las normas fiscales europeas, junto con el propio objetivo presupuestario del Gobierno, no es compatible con incrementos del consumo p¨²blico superiores al 2%, como se estima para el pasado ejercicio. La pol¨ªtica presupuestaria se acerca a la neutralidad, y la monetaria se mantendr¨¢ en terreno contractivo.
En contraposici¨®n, la buena noticia es que las empresas espa?olas parecen gozar de buenas condiciones tanto en el mercado interno, ganando peso frente a las importaciones, como en el internacional, particularmente en los sectores exportadores de servicios. Todo ello permite vislumbrar otro a?o de crecimiento positivo, y con un s¨®lido excedente externo. Pero queda mucho por hacer, tanto desde el punto de vista del manejo de la pol¨ªtica fiscal como del aprovechamiento de los fondos europeos, para convertir el actual impulso en un ciclo sostenible de prosperidad.
IPC
El IPC armonizado se mantuvo en diciembre en el 3,3% en términos interanuales, y repuntó hasta el 2,9% en la eurozona, sembrando dudas acerca de la intensidad del proceso de desinflación. Sin embargo, la resiliencia de los precios se explica sobre todo por factores técnicos (efecto base) o transitorios, como la reversión de las medidas antiinflación. A medida que estos factores se diluyen, la desescalada debería proseguir. El principal foco de atención está en los servicios, cuyos precios suelen resistirse a bajar, y en la persistencia de la moderación salarial.
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