Las implicaciones del euro digital
La reforma del dinero digital tendr¨¢ muchos efectos positivos. Se lograr¨¢ la estabilidad, porque ya no habr¨¢ crisis bancarias, que son las crisis m¨¢s destructivas porque colapsan los pagos
El Banco Central Europeo est¨¢ realizando un trabajo imprescindible para que los ciudadanos y las empresas europeas puedan usar los euros digitales emitidos por el BCE. El dinero digital p¨²blico ya existe, pero ahora solo pueden usarlo los bancos comerciales. El objetivo es disponer de una infraestructura para que, como sucede con los euros f¨ªsicos, todos puedan usar los euros digitales y no solo los bancos.
Disponer de esa infraestructura es el primer paso de una reforma estructural del sistema monetario y bancario donde los euros digitales ser¨¢n el medio de pago digital aceptado universalmente. Este cambio estructural ser¨¢ parecido al que ocurri¨® en el siglo XIX con el dinero f¨ªsico. Los bancos comerciales dejaron de emitir billetes y hoy todo el dinero f¨ªsico es emitido por los bancos centrales.
La reforma del dinero digital tendr¨¢ muchos efectos positivos. Se lograr¨¢ la estabilidad, porque ya no habr¨¢ crisis bancarias, que son las crisis m¨¢s destructivas porque colapsan los pagos. Y tambi¨¦n se liberalizar¨¢n las actividades bancarias. Como ha sucedido en las ¨²ltimas d¨¦cadas en otras actividades (como el comercio internacional, las telecomunicaciones, el transporte a¨¦reo o la introducci¨®n del mercado en China), los servicios de pago y los servicios de cr¨¦dito quedar¨¢n sometidos a las reglas del mercado.
La ventaja fundamental de los euros digitales frente a los dep¨®sitos bancarios es que los euros digitales son dinero, mientras que los dep¨®sitos no son dinero, son una promesa de devolver dinero. Los euros digitales son activos seguros, sin riesgos y no pueden colapsar los pagos. Los dep¨®sitos bancarios, al no ser euros sino tan solo una promesa de pagar euros, producen crisis tan pronto como los bancos no pueden cumplir su promesa. Y, si el Estado no salvara a los bancos, los pagos colapsar¨ªan.
Por eso, el Estado, para intentar evitar las crisis bancarias, ha ido acumulando una enorme cantidad de protecciones y privilegios para los bancos. Por ejemplo, garantizar sus dep¨®sitos, ayudarles con pr¨¦stamos de liquidez, no dejarles quebrar, utilizar el dinero de los contribuyentes para salvar los bancos, y muchos m¨¢s privilegios que hacen que el sector bancario sea el m¨¢s protegido e intervenido de la econom¨ªa.
Estas protecciones estatales son muy costosas para los contribuyentes y, adem¨¢s, tienen enormes costes indirectos porque, al impedir la competencia en los servicios de pago y cr¨¦dito, reducen el crecimiento econ¨®mico, la eficiencia y la innovaci¨®n.
Ahora no se pueden liberalizar las actividades bancarias porque, si se eliminasen los privilegios de los dep¨®sitos, se producir¨ªan crisis bancarias. Pero cuando los euros digitales sean el medio de pago, se podr¨¢n eliminar sin miedo todos esos privilegios.
Porque los euros digitales, a diferencia de los dep¨®sitos en los bancos, no necesitan ninguna protecci¨®n estatal. El euro digital no necesita garant¨ªa de dep¨®sito; no necesita pr¨¦stamos de liquidez porque es dinero y no es una promesa de pagar dinero; no necesita fondos p¨²blicos de resoluci¨®n, etc.
Todas las liberalizaciones aumentan el crecimiento, la innovaci¨®n y el bienestar de todos los ciudadanos, pero siempre hay afectados negativamente. En esta liberalizaci¨®n son los bancos, pues van a tener que transformar su modelo de negocio. Y ser¨ªa razonable ayudar a los bancos transformarse para prestar sus servicios en un campo de juego nivelado donde ning¨²n competidor tenga la protecci¨®n del Estado.
Pero no se debe hacer caso a esos bancos que, como ayuda, piden poner obst¨¢culos al uso del euro digital. Mantener los privilegios y a?adir m¨¢s obst¨¢culos solo servir¨¢ para que los bancos, en vez de transformarse, sigan haciendo lo que hacen ahora. Seguir¨ªamos con las crisis bancarias y no habr¨ªa desaparecido el oligopolio bancario. El euro digital ser¨ªa un fracaso.
Hay m¨¢s de 100 pa¨ªses que est¨¢n dise?ando infraestructuras similares a las del euro digital. Vamos a ver muchos modelos de liberalizaci¨®n, pero tambi¨¦n de retrasar la liberalizaci¨®n.
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