Una vida extra para las lavadoras y los frigor¨ªficos: as¨ª es la norma que cambiar¨¢ el uso de los electrodom¨¦sticos
Las empresas que venden estos aparatos han estado durante a?os introduciendo barreras que impiden a los consumidores optar por un servicio de reparaci¨®n m¨¢s econ¨®mico que genera menos residuos
¡°En casa tenemos cantidad de aparatos que ya no funcionan, hemos olvidado la reparaci¨®n. Estamos despilfarrando materias cr¨ªticas vitales¡±. Las palabras son del europarlamentario del Partido Socialdem¨®crata alem¨¢n (SPD) Ren¨¦ Repasi, que el pasado 23 de abril defend¨ªa as¨ª la necesidad de terminar con la lamentable costumbre de usar y tirar en la UE.
Cada a?o, la sustituci¨®n prematura de aparatos supone un gasto de 12.000 millones de euros, produce 261 millones de toneladas de CO2 y genera 35 millones de toneladas de residuos. Para reducir estas cifras, el Parlamento Europeo ha aprobado una nueva directiva que busca que los fabricantes presten servicios de reparaci¨®n asequibles en un amplio listado de productos que incluyen lavadoras, lavavajillas, neveras, pantallas electr¨®nicas, aspiradoras, memorias de almacenamiento de datos, tel¨¦fonos m¨®viles, tablets o incluso medios de transporte que incorporen bater¨ªas, como los patinetes el¨¦ctricos.
Sobre el papel, la m¨²sica suena bien: cuando termine la garant¨ªa legal de un producto los fabricantes estar¨¢n obligados a facilitar su reparaci¨®n y los consumidores podr¨¢n pedir prestado un dispositivo mientras el suyo est¨¦ en el taller. Un formulario europeo ayudar¨¢ a evaluar y comparar entre los distintos talleres y se crear¨¢ una plataforma dividida por pa¨ªses para encontrar r¨¢pidamente servicios t¨¦cnicos, vendedores de productos reacondicionados o compradores de art¨ªculos defectuosos. Adem¨¢s, quien opte por la reparaci¨®n podr¨¢ alargar un a?o el plazo de la garant¨ªa de un producto.
Peque?os negocios
Adem¨¢s, la normativa tiene la vocaci¨®n de estimular la creaci¨®n de talleres independientes, pero todav¨ªa no est¨¢ claro c¨®mo va a conseguir que sean m¨¢s asequibles para los consumidores. Los precios de las reparaciones, detalla la norma, deben tener en cuenta ¡°los costes laborales, el coste de las piezas de recambio, los costes de explotaci¨®n del taller de reparaci¨®n y los m¨¢rgenes habituales¡±. A la vez, el precio debe ser razonable, es decir, debe fijarse de manera tal ¡°que no se disuada intencionadamente a los consumidores de acogerse a la obligaci¨®n de reparaci¨®n del fabricante¡±. Cada Estado miembro estar¨¢ obligado a hacer alguna de estas cosas: crear vales y fondos de reparaci¨®n; llevar a cabo campa?as informativas u ofrecer cursos de formaci¨®n.
Desde OCU, Ileana Izverniceanu, directora de Comunicaci¨®n, lo considera muy positivo: ¡°Volvemos a la situaci¨®n de nuestros abuelos, en los que se buscaba siempre una segunda y tercera vida porque un producto estaba hecho para durar, no para comprar, usar y tirar. Cambiamos de una vez la econom¨ªa lineal por la circular. Entendemos que la reparaci¨®n va a ser m¨¢s econ¨®mica¡±. A?ade que habr¨¢ efectos indirectos: ¡°Vamos a necesitar personal cualificado para las tiendas de reparaci¨®n que hace mucho tiempo que est¨¢n olvidadas en Espa?a y otros pa¨ªses europeos. Con esto entendemos que se va a dar un impulso a la FP y dar salida a much¨ªsimas personas que quieren utilizar esta v¨ªa como medio de vida¡±.
Pero quiz¨¢ las cosas puedan no ser tan sencillas. En la exposici¨®n de motivos de la directiva se habla de las enormes barreras actuales que los fabricantes han levantado alrededor de sus productos prohibiendo, por ejemplo, que en una reparaci¨®n se utilicen piezas impresas en 3D o repuestos de segunda mano. Las empresas se guardan informaci¨®n t¨¦cnica, tienen herramientas de reparaci¨®n patentadas y repuestos exclusivos que dificultan enormemente las cosas. Adem¨¢s, en los ¨²ltimos a?os se han dedicado a vender productos para generar ingresos extra a trav¨¦s de servicios asociados que no quieren perder. A?adido a esto, la norma parece tener ciertas lagunas, como se?alan en la Asociaci¨®n Espa?ola de Consumidores (Aescon). ¡°Consideramos positivo que la ley obligue a los fabricantes a realizar las reparaciones necesarias, pero expresiones como ¡°en un plazo razonable¡± o ¡°a precio razonable¡± hacen que si no hay una mayor concreci¨®n a las mismas, lo aprobado puede convertirse en papel mojado frustrando los intereses, derechos y expectativas de los consumidores¡±.
En Ifixit, que promueve el derecho a reparar ¡ªque ya se ha convertido en un movimiento internacional¡ª critican que cuando los fabricantes no ponen a disposici¨®n piezas y herramientas, de facto crean monopolios de reparaci¨®n y perjudican a las peque?as empresas porque muchos acuerdos proh¨ªben a los consumidores salirse del cors¨¦ de los fabricantes. El creciente uso de la tecnolog¨ªa complica las cosas, porque ahora la mayor¨ªa de los electrodom¨¦sticos incorporan software que necesita de conocimientos y encierra barreras colocadas por los productores.
Por si fuera poco, los plazos ralentizan los cambios. Los pa¨ªses tienen dos a?os para adaptar la normativa europea, pero como recuerdan en el Ministerio de Consumo, el reloj no ha comenzado a correr porque todav¨ªa no se ha publicado en los distintos idiomas oficiales. En Espa?a dicha directiva, junto con otras que abogan por la transici¨®n ecol¨®gica en el ¨¢mbito del consumo, se incorporar¨¢ a la futura Ley de Consumo Sostenible cuya tramitaci¨®n se inici¨® el pasado 15 de marzo, se?alan en el ministerio que dirige Pablo Bustinduy.
Sigue toda la informaci¨®n de Econom¨ªa y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.