As¨ª muere un glaciar, el antes y el despu¨¦s en cinco im¨¢genes
No hacen falta costosos aparatos ni concienzudos estudios para darse cuenta de que la isla pierde a?o a a?o toneladas de hielo. El proceso se puede apreciar a simple vista en el glaciar de los Fletanes o Qaleraliq
El calentamiento global por la intensificaci¨®n del efecto invernadero es un hecho demostrado. Llevamos a?os con registros de veranos cada vez m¨¢s c¨¢lidos y temperaturas r¨¦cord. Y sus efectos se notan con mayor intensidad en determinadas zonas de la Tierra. Por ejemplo, en los glaciares de Groenlandia.
El deshielo del casquete blanco que corona la segunda isla m¨¢s grande del mundo es alarmante por su velocidad. Seg¨²n un estudio de la Universidad Tecnol¨®gica de Dinamarca, el lecho rocoso de Groenlandia se ha elevado hasta 20 cent¨ªmetros en los ¨²ltimos 10 a?os por el r¨¢pido derretimiento de la capa de hielo superior, lo que alivia la presi¨®n sobre el suelo que hay debajo. Los datos est¨¢n basados en mediciones de 61 estaciones meteorol¨®gicas que el ministerio dan¨¦s de Clima, Energ¨ªa y Servicios P¨²blicos tiene instaladas a lo largo de la costa groenlandesa. Se calcula que la isla pierde 30 toneladas de hielo por hora desde 1985.
Por desgracia, no hacen falta costosos aparatos ni concienzudos estudios para darse cuenta de ello. El proceso se aprecia a simple vista, lo que es a¨²n peor. Viajo por temas de trabajo con frecuencia a Groenlandia y he visto c¨®mo en apenas 14 a?os uno de los glaciares m¨¢s bellos y conocidos del sur de la isla, el Qaleraliq o glaciar de los Fletanes, menguaba hasta hacerse irreconocible cada vez que lo visitaba. Una velocidad de cambio que no tiene parang¨®n en los registros y que se puede apreciar en estas cinco fotos.
As¨ª era el frente del glaciar Qaleraliq en mayo de 2009. Una muralla de casi 100 metros de altura que ca¨ªa directamente al mar.
Caminando por la morrena del glaciar Qaleraliq, camino del interior del hielo que cubre la isla, en mayo de 2009. Obs¨¦rvese el peque?o nunatak (del inuktitut, pico solitario rodeado por un campo de hielo) que emerge al fondo.
El mismo lugar, fotografiado en julio de 2014. El nunatak a¨²n lo es (sigue rodeado de hielo), pero la porci¨®n de roca visible es considerablemente mayor. Por donde en 2009 caminaba con crampones, ahora es una bah¨ªa de aguas abiertas sin rastro del glaciar.
La tom¨¦ el pasado 14 de mayo de 2024. El nunatak ya no lo es: no est¨¢ rodeado de hielo. Es una nueva monta?a emergida, como otras muchas que est¨¢n apareciendo en Groenlandia, y que no est¨¢n registradas en la cartograf¨ªa existente porque llevaban miles de a?os ocultas bajo el hielo.
Otra imagen m¨¢s general, de mayo de 2024. El frente glaciar apenas toca el agua en un punto; muy pronto, quiz¨¢ este verano, dejar¨¢ de ser un glaciar de marea para convertirse en un glaciar de valle en r¨¢pido retroceso. Solo en el ¨¢rea que cubre estas fotograf¨ªas han desaparecido millones de toneladas de hielo.
Y esto es solo un peque?o punto al sur de una isla que tiene dos millones de kil¨®metros cuadrados. Para preocuparse.
Suscr¨ªbete aqu¨ª a la newsletter de El Viajero y encuentra inspiraci¨®n para tus pr¨®ximos viajes en nuestras cuentas de Facebook, X e Instagram.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.