Europa necesita inversi¨®n china
El Continente se enfrenta al desaf¨ªo de eliminar el riesgo de las cadenas de suministro globales
En los ¨²ltimos 20 a?os, la brecha de productividad entre Europa y Estados Unidos se ha ampliado sostenidamente, mientras que la productividad laboral en Estados Unidos creci¨® a un ritmo m¨¢s de dos veces superior que el de la eurozona. La ¡°crisis de competitividad¡± europea se puede atribuir a varios factores, entre ellos una inversi¨®n p¨²blica y privada insuficiente, una escasez de empresas tecnol¨®gicas y de fondos de capital de riesgo, y la crisis demogr¨¢fica del continente. Otra explicaci¨®n posible que muchas veces se pasa por alto es la ca¨ªda de la inversi¨®n extranjera directa (IED).
La IED es un motor crucial para el crecimiento de la productividad, que acerca a los pa¨ªses receptores a nuevas tecnolog¨ªas, conocimientos y habilidades de gesti¨®n. Despu¨¦s de caer el 4% en 2023, los ingresos de IED de Europa hoy est¨¢n un 14% por debajo de su pico de 2017. Alemania experiment¨® una ca¨ªda marcada del 12% en la inversi¨®n extranjera el a?o pasado, lo que min¨® su recuperaci¨®n posterior a la pandemia. En el Reino Unido, el ingreso de IED cay¨® cerca del 30% desde 2016-2017, en tanto el Brexit llev¨® a las empresas extranjeras a redireccionar sus inversiones a otros pa¨ªses europeos. Los responsables de las pol¨ªticas de Francia parecen decididos a beneficiarse de este giro, y el presidente Emmanuel Macron promueve activamente a su pa¨ªs entre los inversores extranjeros.
Atraer IED es crucial para la Uni¨®n Europea, que se enfrenta a dos desaf¨ªos emergentes: eliminar el riesgo de sus cadenas de suministro e impedir que las econom¨ªas de los Estados miembro experimenten un shock por China similar al que experiment¨® Estados Unidos despu¨¦s de que Pek¨ªn pasara a formar parte de la Organizaci¨®n Mundial del Comercio en 2001.
Los flujos de IED desempe?an un papel clave a la hora de abordar estos dos desaf¨ªos. El cambio clim¨¢tico y el agravamiento de las tensiones geopol¨ªticas han hecho que las cadenas de suministro globales se vuelvan cada vez m¨¢s vulnerables, especialmente si se considera que la mayor¨ªa de los insumos para las industrias verdes, como los semiconductores y las celdas de bater¨ªa para veh¨ªculos el¨¦ctricos (VE), provienen de Taiw¨¢n, Corea del Sur y China. Un documento de 2012 del economista del MIT Daron Acemoglu junto con otros autores sugiere que este tipo de concentraciones geogr¨¢ficas de proveedores de insumos aumenta el riesgo de shocks econ¨®micos. En tanto las alteraciones de la oferta resuenan en la econom¨ªa global, crean efectos multiplicadores que agravan la alteraci¨®n inicial.
Asimismo, las empresas no pueden protegerse de este tipo de alteraciones diversificando sus proveedores, ya que no existen fuentes alternativas fuera de Asia. Esta vulnerabilidad se puso de manifiesto en 2021 cuando la Compa?¨ªa de Fabricaci¨®n de Semiconductores de Taiw¨¢n (TSMC) tuvo que cerrar algunas de sus f¨¢bricas debido a la pandemia de la covid y una sequ¨ªa extrema, lo que hizo que la producci¨®n de autom¨®viles se interrumpiera a escala mundial.
Para fomentar la diversificaci¨®n, la UE ha comenzado a subsidiar las inversiones extranjeras en celdas de bater¨ªa y semiconductores a trav¨¦s de la Ley Europea de Chips y la Alianza Europea de Bater¨ªas. Al igual que la Ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n y la Ley Chips y Ciencia en Estados Unidos, estas medidas apuntan a garantizar que haya suficientes proveedores alternativos en caso de un desastre clim¨¢tico o un conflicto geopol¨ªtico.
Sin embargo, a pesar de estos esfuerzos, hay se?ales de que Europa ha comenzado a experimentar su propio shock chino. En 2022, por primera vez en la historia, Alemania import¨® m¨¢s autos y maquinaria del gigante asi¨¢tico de lo que export¨®. Un estudio reciente de Allianz Research determina que China ha superado a Alemania en sectores clave del mercado exportador global. Por ejemplo, el porcentaje de exportaciones de maquinaria y equipos de China aument¨® al 29% en 2022, comparado con el 15% de Alemania. Si bien Alemania todav¨ªa lidera en exportaciones de autom¨®viles y equipos de transporte, con un porcentaje del 17% comparado con el 9% de China, su liderazgo es cada vez menor.
Esto deber¨ªa alarmar a los responsables de las pol¨ªticas por dos razones. Primero, perder el liderazgo en sectores cr¨ªticos de alta tecnolog¨ªa plantea una amenaza importante para el modelo econ¨®mico de Alemania. Segundo, un shock europeo por China podr¨ªa alimentar el ascenso de partidos de extrema derecha como el Alternative f¨¹r Deutschland (AfD) alem¨¢n.
Estados Unidos deber¨ªa servir como un ejemplo admonitorio. El shock de China de comienzos de los a?os dos mil tuvo un impacto devastador en las regiones manufactureras, ya que a los trabajadores desplazados por la competencia asi¨¢tica les resultaba dif¨ªcil encontrar nuevos empleos y, muchas veces, ten¨ªan que aceptar salarios significativamente m¨¢s bajos. La ca¨ªda del empleo industrial contribuy¨® a una epidemia de ¡°muertes por desesperaci¨®n¡± ¡ªdesde suicidios y sobredosis de drogas hasta enfermedades hep¨¢ticas relacionadas con el alcoholismo¡ª y prepar¨® el escenario para la victoria de Donald Trump en la elecci¨®n presidencial de 2016.
Con esto en mente, los responsables de las pol¨ªticas de la UE est¨¢n considerando imponer aranceles [este art¨ªculo se escribi¨® antes de que Bruselas finalmente anunciara esta decisi¨®n] a las importaciones de VE chinos. En un discurso reciente, la presidenta de la Comisi¨®n Europea, Ursula von der Leyen, dijo que la Comisi¨®n ha lanzado una investigaci¨®n antisubsidios de la industria de VE chinos y acus¨® a China de violar las reglas de competencia justa en un esfuerzo por ¡°inundar nuestros mercados con autos el¨¦ctricos fuertemente subsidiados¡±.
La decisi¨®n del presidente estadounidense, Joe Biden, de imponer un arancel del 100% a los VE fabricados en China probablemente redireccione las exportaciones de VE chinos de Estados Unidos a Europa, lo que deja a los responsables de las pol¨ªticas europeas sin otra opci¨®n que la de imponer sus propios aranceles a las importaciones.
Una medida de estas caracter¨ªsticas podr¨ªa tener el beneficio adicional de impulsar los flujos de IED chinos a la UE, en tanto los fabricantes de autos chinos podr¨ªan intentar eludir los aranceles a las importaciones construyendo nuevas f¨¢bricas en Europa y vendi¨¦ndoles VE directamente a los consumidores europeos.
Pero hay que ir m¨¢s all¨¢. Al formar alianzas con empresas en econom¨ªas tecnol¨®gicamente avanzadas como China, Taiw¨¢n, Corea del Sur e Israel, las empresas europeas podr¨ªan zanjar la brecha en los sectores de VE y conocimiento digital y aumentar los flujos de IED a la UE. Durante d¨¦cadas, China ha utilizado esta estrategia para convertirse en un l¨ªder mundial en tecnolog¨ªas verdes, obligando a las empresas occidentales a formar empresas conjuntas con fabricantes dom¨¦sticos para tener acceso al gigantesco mercado chino.
Hoy, los roles se intercambiaron: China, actualmente, es una econom¨ªa tecnol¨®gicamente avanzada que busca acceso al gran mercado de la UE para sus VE, y los pa¨ªses europeos carecen de la experiencia t¨¦cnica necesaria para seguir siendo competitivos. Para impulsar los flujos de IED y mejorar su competitividad, la UE deber¨ªa aplicar ingenier¨ªa inversa a la pol¨ªtica industrial de China y exigir que los fabricantes de VE chinos creen empresas conjuntas con compa?¨ªas dom¨¦sticas a cambio de un acceso al mercado.
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