Kamala Harris y Donald Trump: recetas opuestas para una econom¨ªa en buena forma
Los dos candidatos compiten con sus propuestas fiscales, comerciales y sectoriales, pero no abordan el problema del d¨¦ficit y la deuda
A poco m¨¢s de una semana de la fecha oficial de la cita con las urnas, las elecciones presidenciales de Estados Unidos parecen jugarse a cara o cruz. Las probabilidades de victoria est¨¢n muy igualadas y los inversores hacen c¨¢balas sobre las implicaciones econ¨®micas de los diferentes escenarios. El pr¨®ximo 20 de enero, fecha de la toma de posesi¨®n, Kamala Harris o Donald Trump har¨¢n historia como la primera mujer que ocupa el Despacho Oval o como el primer presidente que recupera el cargo tras haberlo perdido desde Grover Cleveland en 1892. El futuro de la pol¨ªtica econ¨®mica de Estados Unidos no depender¨¢ solo, sin embargo, de qui¨¦n sea el inquilino de la Casa Blanca, sino tambi¨¦n de la nueva correlaci¨®n de fuerzas en el Congreso. Harris y Trump, los dem¨®cratas y los republicanos, tienen recetas econ¨®micas opuestas en casi todo, desde la pol¨ªtica fiscal a los aranceles, pasando por la inmigraci¨®n, la energ¨ªa, la sanidad, la vivienda, la regulaci¨®n y hasta el papel de la Reserva Federal.
Sea quien sea el ganador, y aunque ese no sea el sentir generalizado de los votantes, recibe una buena herencia econ¨®mica. ¡°La econom¨ªa estadounidense est¨¢ en buena forma. Est¨¢ creciendo a un ritmo s¨®lido. La inflaci¨®n est¨¢ bajando. El mercado laboral va a un ritmo fuerte. Queremos mantenerla as¨ª. Eso es lo que estamos haciendo¡±, subray¨® el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, en la rueda de prensa posterior a la ¨²ltima reuni¨®n de pol¨ªtica monetaria.
Desde que Joe Biden asumi¨® el cargo de presidente en 2021, se ha creado empleo en todos y cada uno de los meses, hasta un total de 16,2 millones de puestos de trabajo en 44 meses. El empleo est¨¢ en m¨¢ximos hist¨®ricos, con 161,8 millones de personas y la tasa de paro, en el 4,1%. La econom¨ªa ha crecido con mucha m¨¢s fuerza que la europea (pese a que los tambores de recesi¨®n hayan estado sonando en falso con frecuencia). Los ¨ªndices burs¨¢tiles han batido un m¨¢ximo tras otro (el S&P 500 ha subido en torno a un 50% con Biden) y hasta la fortuna de Elon Musk, ac¨¦rrimo trumpista, ha aumentado en unos 40.000 millones de d¨®lares en ese periodo.
Hasta la inflaci¨®n, el gran caballo de batalla, responsabilidad sobre todo de la Reserva Federal, ha cedido por fin y se encuentra cerca del objetivo de estabilidad de precios del 2%, mientras los salarios vienen recuperando poder adquisitivo desde hace muchos meses. Estados Unidos acaricia el llamado aterrizaje suave: con las subidas de tipos de inter¨¦s ha logrado contener la inflaci¨®n sin provocar una recesi¨®n. Sin embargo, que la inflaci¨®n haya bajado no implica que lo hayan hecho los precios. Eso ¨Dy las subidas de los tipos de inter¨¦s, que dificultan el acceso a la vivienda¨D, es lo que mejor explica la frustraci¨®n y descontento de gran parte del electorado.
Para combatir la inflaci¨®n, Harris pretende impulsar una prohibici¨®n federal de los precios abusivos de los alimentos y los comestibles y revitalizar la competencia en el sector, vetando fusiones y adquisiciones. Trump, mientras, apuesta por aumentar la oferta energ¨¦tica, eliminando trabas al petr¨®leo y el gas y a la construcci¨®n de centrales el¨¦ctricas. Ambos, en realidad, combaten un fantasma que ha va quedando atr¨¢s.
El tal¨®n de Aquiles de la buena situaci¨®n econ¨®mica es el problema de d¨¦ficit (el mayor de las econom¨ªas avanzadas, seg¨²n el Fondo Monetario Internacional) y de deuda. Curiosamente, ninguno de los dos candidatos tiene propuestas cre¨ªbles para abordar ese problema. En ambos casos, sobre todo en el de Trump, agravan el problema. ¡°Sea cual sea el resultado, las pol¨ªticas promulgadas por los legisladores tras las elecciones empeorar¨¢n las condiciones fiscales federales¡±, asegura Bernard Yaros, de Oxford Economics.¡°Un tema que ni Harris ni Trump han abordado es el panorama fiscal a largo plazo¡±, indica Chris Iggo, jefe de inversiones de la gestora de AXA. ¡°Supondr¨¢ un riesgo para los mercados durante el pr¨®ximo mandato si se siguen ignorando las perspectivas fiscales¡±, a?ade. ¡°Esperamos que los d¨¦ficits sigan siendo elevados, entre el 6% y el 7% del PIB anual, independientemente de qui¨¦n resulte elegido¡±, se?ala Libby Cantrill, directora de Pol¨ªticas P¨²blicas en Pimco.
La econom¨ªa es el asunto que m¨¢s importa a los votantes, seg¨²n una encuesta de Gallup de esta semana. El 52% la considera extremadamente importante y el 38%, muy importante, de modo que es un factor clave para nueve de cada diez electores. Desde las elecciones de 2008, en plena Gran Recesi¨®n, no se le daba tanto peso. En comparaci¨®n, la inmigraci¨®n es un asunto extremadamente importante para el 41% y muy importante, para el 31%. Estas son las recetas econ¨®micas con las que compiten los candidatos:
Impuestos
Los impuestos son siempre un asunto estrella en las elecciones, pero quien los fija es el Congreso. Trump ha hecho las promesas m¨¢s agresivas de rebajas fiscales. Propone prorrogar indefinidamente los recortes fiscales de 2017 que expiran a finales de 2025, que benefician especialmente a las rentas m¨¢s altas e incluyen una tipos impositivos m¨¢s bajos, una mayor deducci¨®n est¨¢ndar, un mayor cr¨¦dito fiscal por hijos y una mayor exenci¨®n del impuesto sobre el patrimonio.
Adem¨¢s, ha realizado promesas dirigidas a atraer grupos de votantes. Propone eximir de impuestos las propinas de los trabajadores de la restauraci¨®n y la hosteler¨ªa, las horas extraordinarias y las prestaciones de la Seguridad Social, as¨ª como deducir fiscalmente los intereses de los pr¨¦stamos para autom¨®viles y restablecer plenamente la deducibilidad de los impuestos estatales y locales. Tambi¨¦n eliminar¨¢ la tributaci¨®n que en la actualidad se extiende a los estadounidenses que viven en el extranjero. Para las empresas, propone bajar el tipo del impuesto de sociedades del 21% al 15% para las empresas que fabriquen sus productos en Estados Unidos. En cambio, propone derogar los incentivos a las inversiones en energ¨ªas renovables de la Ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n (IRA).
Kamala Harris, por su parte, solo quiere prorrogar los recortes fiscales de 2017 para los hogares que ganan menos de 400.000 d¨®lares al a?o, lo que supondr¨ªa una subida de impuestos para las rentas m¨¢s altas. En cambio, propone ampliar el cr¨¦dito fiscal por hijos (hasta 3.600 d¨®lares por hijo para familias de clase media y hasta 6.000 d¨®lares para familias de ingresos bajos con hijos en su primer a?o de vida). Tambi¨¦n propone ampliar el cr¨¦dito fiscal de 1.500 d¨®lares por rendimientos del trabajo para personas de bajos ingresos sin hijos.
Quiere establecer un impuesto a los multimillonarios por las plusval¨ªas no realizadas y elevar del 20% al 28% el tipo impositivo sobre las ganancias de capital a largo plazo para quienes ganen un mill¨®n de d¨®lares al a?o o m¨¢s. La vicepresidenta ha copiado la propuesta de Trump de eximir de impuestos las propinas de los trabajadores de los servicios y la hosteler¨ªa. Harris planea elevar el tipo del impuesto de sociedades del 21% al 28%, cuadruplicar la tasa del 1% sobre la recompra de acciones por las empresas y aumentar los impuestos sobre los beneficios de las empresas estadounidenses en el extranjero. En cambio, propone elevar las deducciones fiscales por la creaci¨®n de una nueva empresa de 5.000 a 50.000 d¨®lares.
La dem¨®crata a?ade propuestas laborales a las fiscales: aumentar el salario m¨ªnimo, acabar con los salarios inferiores al m¨ªnimo para los trabajadores que reciben propinas y las personas con discapacidad y establecer permisos familiares y m¨¦dicos remunerados.
La batalla pol¨ªtica est¨¢ entre un Donald Trump que califica de ¡°comunista¡± a Harris por querer subir algunos impuestos y una candidata dem¨®crata que ataca a su rival acus¨¢ndole de querer beneficiar con sus medidas a multimillonarios como ¨¦l y sus amigos. En todo caso, para sacar adelante las medidas fiscales, los presidentes necesitar¨ªan el control tanto del Senado como de la C¨¢mara de Representantes. ¡°La realidad es que, independientemente de qui¨¦n gane, es muy posible que el pr¨®ximo presidente trabaje con un Congreso dividido, o dominado por un margen muy estrecho, que pondr¨¢ l¨ªmites a lo que se puede hacer, por lo que la ret¨®rica de la campa?a puede ser muy diferente de la realidad pol¨ªtica¡±, apunta Libby Cantrill, de Pimco. En particular, los dem¨®cratas tienen muy dif¨ªcil retener la mayor¨ªa del Senado, dado que las perspectivas en el tercio que se renueva favorecen a los republicanos.
Los analistas consideran que las propuestas de Trump ser¨ªan m¨¢s alcistas para la Bolsa, principalmente por los menores impuestos a las empresas. Desde el punto de vista de las cuentas p¨²blicas, sin embargo, tendr¨ªan un impacto mayor en el d¨¦ficit y la deuda.
Pol¨ªtica comercial
Es otro gran punto de fricci¨®n entre ambos candidatos y, en este caso, el presidente tiene poderes para imponer aranceles, como m¨ªnimo de forma temporal, aunque una regulaci¨®n a largo plazo tambi¨¦n tendr¨ªa que pasar por el Congreso. Trump ya impuso aranceles en su primer mandato que el Gobierno de Biden b¨¢sicamente ha mantenido e incluso ampliado en algunos casos como el aluminio y el acero. Pero ahora, el expresidente propone medidas mucho m¨¢s agresivas que pueden desatar una guerra comercial.
Trump propone imponer aranceles rec¨ªprocos a las importaciones estadounidenses iguales a los tipos que los socios comerciales imponen a las exportaciones de Estados Unidos (por lo general, mayores). A eso se sumar¨ªa (o solapar¨ªa) un arancel b¨¢sico universal del 10% al 20% sobre todas las importaciones. Para China, Trump ha prometido un arancel del 60% sobre todas las importaciones. Adem¨¢s, ha asegurado que pondr¨¢ aranceles del 100% para los coches importados de M¨¦xico.
Habr¨¢ que ver cu¨¢nto de eso lleva a la pr¨¢ctica en caso de vencer en las elecciones. ¡°Dada la frecuente discusi¨®n de Trump sobre la idea y la probable autoridad presidencial para aplicarla, creemos que hay una buena probabilidad (40%) de que pueda imponer un arancel general, al menos temporalmente. Sin embargo, creemos que es m¨¢s probable que una segunda Administraci¨®n Trump se abstenga de imponer un arancel universal y, en su lugar, centre los aranceles en determinados socios comerciales ¨Dincluidos la UE y M¨¦xico¨D o productos, como las importaciones de autom¨®viles¡±, indica Alec Phillips, economista pol¨ªtico jefe para Estados Unidos de Goldman Sachs, que tampoco cree que el arancel del 60% a los productos chinos sea general: ¡°Si bien tal tasa arancelaria es plausible en ciertas importaciones estrat¨¦gicas, esperamos que los aranceles sobre los productos de consumo aumenten en menor medida, lo que resultar¨ªa en un aumento arancelario promedio en las importaciones procedentes de China de alrededor de 20 puntos, menos de lo propuesto, pero a¨²n m¨¢s del doble del aumento durante la guerra comercial 2018-2019¡å, indica.
La propuesta comercial de Trump es una de las m¨¢s pol¨¦micas. El FMI ha advertido sobre el creciente proteccionismo en el mundo y cree que los aranceles lastrar¨ªan el crecimiento y elevar¨ªan los precios. Muchos economistas coinciden. En un reciente acto de la Brookings Institution de Washington, la experta de dicho think tank, Wendy Edelberg, indicaba que ¡°hasta cierto punto, los aranceles selectivos forman parte de las herramientas pol¨ªticas habituales, pero los aranceles generalizados muy elevados son algo totalmente distinto¡±. ¡°Pueden tener efectos de gran alcance en todo, desde la inflaci¨®n hasta las cadenas de suministro, pasando por el mercado laboral y los tipos de inter¨¦s¡±, explicaba, subrayando el caos que puede crearse con las empresas adelantando compras para esquivar los aranceles, renegociando los contratos o buscando proveedores alternativos.¡°Unas tarifas de esta magnitud aumentar¨ªan la inflaci¨®n en general, probablemente durante los pr¨®ximos dos a?os, y tendr¨ªan efectos negativos sobre el empleo. Ser¨ªa malo para la econom¨ªa en general¡±, aseguraba.
¡°Los aranceles no son impuestos a los extranjeros, son un impuesto pagado por nosotros, los hogares y las empresas¡±, indicaba Maury Obstfeld, del Instituto Peterson y la Universidad de Berkeley.¡°Los consumidores se enfrentan a precios m¨¢s altos. Las empresas se enfrentan a precios m¨¢s altos de los bienes intermedios de los que dependen para fabricar sus productos, y pueden repercutirlos en sus beneficios o en los consumidores. Adem¨¢s, los aranceles son un impuesto regresivo. Es m¨¢s probable que los repercutan las empresas que tienen m¨¢rgenes de beneficio estrechos y que producen bienes algo menos caros, de los que dependen los hogares m¨¢s pobres¡±, a?ad¨ªa.
Esa es la tesis de Kamala Harris, que describe los aranceles ¨Dexagerando algo¨D como un impuesto al consumo. Las propuestas comerciales y proteccionistas de Harris son m¨¢s continuistas con respecto a la pol¨ªtica de Biden. Por un lado, plantea continuar con la pol¨ªtica de apoyo a las inversiones en fabricaci¨®n de semiconductores, energ¨ªa limpia e inteligencia artificial, que ha dado buenos frutos estos cuatro a?os. La pol¨ªtica comercial se centrar¨ªa en aranceles espec¨ªficos y estrat¨¦gicos ¡°para apoyar a los trabajadores estadounidenses¡±, tratando de proteger sectores sensibles, y en no tolerar las pr¨¢cticas comerciales desleales de China ni de ning¨²n competidor.
En un mitin de la pasada semana en Detroit (M¨ªchigan), capital de la industria del autom¨®vil, Trump afirmaba: ¡°Algunos dicen que mi defensa de los empleos estadounidenses me convierte en proteccionista, y s¨ª, proteger¨¦ lo que es nuestro. proteger¨¦ a nuestros trabajadores. proteger¨¦ nuestros empleos y proteger¨¦ nuestras fronteras. proteger¨¦ a nuestras familias y proteger¨¦ el derecho de nacimiento de nuestros hijos a vivir en la naci¨®n m¨¢s rica y poderosa de la faz de la tierra¡±. Ese mismo d¨ªa, en Lansing, tambi¨¦n en M¨ªchigan, Harris se?alaba: ¡°En los ¨²ltimos tres a?os y medio, hemos devuelto la industria manufacturera a Estados Unidos, hemos creado 730.000 puestos de trabajo en este sector y hemos anunciado la apertura de m¨¢s de 20 nuevas f¨¢bricas de autom¨®viles en Estados Unidos, y lo hemos hecho invirtiendo en la industria y los trabajadores estadounidenses. Me asegurar¨¦ de que sea Estados Unidos, y no China, quien gane la competici¨®n del siglo XXI. Por eso, con mi plan, invertiremos en las industrias que construyeron Estados Unidos, como el acero, el hierro y la gran industria automovil¨ªstica estadounidense¡±.
Inmigraci¨®n
La batalla sobre la inmigraci¨®n es m¨¢s bien pol¨ªtica y Trump la vincula a la inseguridad y la delincuencia, pero tiene enormes repercusiones econ¨®micas. El expresidente a veces ha hecho referencia a ello, se?alando que los inmigrantes arrebatan ¡°empleos negros¡± y de los latinos estadounidenses, un planteamiento algo racista, que origin¨® la celebrada r¨¦plica de Michelle Obama en la convenci¨®n de Chicago: ?Qui¨¦n le dir¨¢ [a Trump] que el trabajo al que aspira podr¨ªa ser uno de esos ¡®empleos negros¡¯?¡±, en referencia a la posible victoria de Harris. Por otra parte, con el paro en el 4,1%, la idea de que los inmigrantes dejan sin trabajo a los estadounidenses es poco convincente. M¨¢s bien han sido una fuente de crecimiento de la econom¨ªa, como subray¨® la directora gerente del FMI, Kristalina Georgieva.
Ambos candidatos proponen medidas para atajar la inmigraci¨®n irregular, pero el factor diferencial es la propuesta de ¡°deportaci¨®n masiva¡± de inmigrantes de Trump. De nuevo, falta ver cu¨¢nto va del dicho al hecho. Goldman Sachs considera que, aun contando con un aumento de las deportaciones, el flujo migratorio continuar¨ªa siendo positivo con Trump. Lo estima en 750.000 personas al a?o si los republicanos controlan el Congreso y destinan fondos y medios a acelerar significativamente las deportaciones y en 1,25 millones anuales con un Congreso dividido. La diferencia en este mismo supuesto no ser¨ªa muy grande con respecto a la estimaci¨®n para el caso de que gane Kamala Harris, de 1,5 millones.
¡°Un endurecimiento de la inmigraci¨®n bajo el mandato de Trump podr¨ªa reducir la oferta de mano de obra, lo que sugerir¨ªa una inflaci¨®n salarial y del consumo m¨¢s r¨¢pida, mayores rendimientos de los t¨ªtulos del Tesoro estadounidense y m¨¢rgenes m¨¢s estrechos para las empresas estadounidenses. Una inmigraci¨®n relativamente m¨¢s f¨¢cil con Harris podr¨ªa tener el efecto contrario¡±, sostiene Greg Meier, estratega de Allianz Global Investors. El FMI tiene tambi¨¦n ese diagn¨®stico y calcula que una pol¨ªtica migratoria dura restar¨ªa 0,5 puntos al PIB y a?adir¨ªan dos d¨¦cimas a la inflaci¨®n en 2025.
Vivienda
La subida de los tipos de inter¨¦s ha encarecido las hipotecas y, junto a la escasez de oferta, ha dificultado el acceso a la vivienda. Harris propone conceder a los compradores de primera vivienda hasta 25.000 d¨®lares para ayudarles con el pago inicial, con ayudas m¨¢s generosas para los propietarios de primera generaci¨®n. Adem¨¢s, plantea una desgravaci¨®n fiscal para apoyar la construcci¨®n de viviendas de alquiler asequibles.
Trump propone permitir la construcci¨®n de nuevas viviendas en porciones limitadas de terrenos federales y fomentar la propiedad de la vivienda mediante incentivos fiscales y ayudas a los nuevos compradores sin concretar.
Energ¨ªa
Mientras Harris apuesta por fomentar las inversiones en fuentes de energ¨ªa limpias, Trump quiere derogar los incentivos a las energ¨ªas verdes y apostar de lleno por las energ¨ªas f¨®siles (pese a contar con Elon Musk como aliado). El lema del expresidente es ¡°perforar, perforar, perforar¡±. Quiere eliminar los obst¨¢culos al desarrollo del petr¨®leo y el gas, as¨ª como a la construcci¨®n de centrales el¨¦ctricas, ampliar las exportaciones de GNL y revertir las restricciones a las emisiones de gases de efecto invernadero. La paradoja es que el sector de las energ¨ªas f¨®siles ha batido r¨¦cords (incluidos los de beneficios de las grandes petroleras) bajo el Gobierno de Biden. Harris, que en su d¨ªa se opuso a la fragmentaci¨®n hidr¨¢ulica (fracking), ahora la defiende, aunque con algunas cautelas medioambientales.
Sanidad
Es una bandera dem¨®crata. Harris propone ampliar y reforzar la Ley de Asistencia Sanitaria Asequible (Obamacare), extender a todos los estadounidenses el l¨ªmite de 35 d¨®lares mensuales de coste para la insulina y de 2.000 d¨®lares para los gastos farmac¨¦uticos, acelerar las negociaciones para abaratar los medicamentos que paga la sanidad p¨²blica, aumentar la competencia y la transparencia en el sector sanitario y cancelar ciertas deudas m¨¦dicas. Trump tiene propuestas menos elaboradas, pero tambi¨¦n defiende reducir los costes de los medicamentos con receta y los costes sanitarios en general, aumentar la transparencia del sector, promover la capacidad de elecci¨®n y la competencia.
Regulaci¨®n
¡°Esperar¨ªamos que una segunda Administraci¨®n Trump se tradujera en un clima regulatorio m¨¢s f¨¢cil para varios sectores¡±, se?ala Alec Philips, de Goldman Sachs. Aparte de la energ¨ªa, puede haber cambios en el sector financiero y es posible que la aplicaci¨®n de la legislaci¨®n antimonopolio se suavice algo, ¡°aunque cabr¨ªa esperar que la Administraci¨®n Trump siguiera adelante con algunos de los principales casos pendientes en el sector tecnol¨®gico¡±, a?ade. Donald Trump ha prometido encargar a Elon Musk una reforma ¡°dr¨¢stica¡± de la Administraci¨®n si gana las elecciones. Musk, sometido a m¨²ltiples investigaciones y sanciones de los supervisores, podr¨ªa acabar siendo el regulador de los reguladores.
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