Estados Unidos, la boyante econom¨ªa del descontento
El pa¨ªs crece y el mercado laboral exhibe fortaleza. Sin embargo, la percepci¨®n de los ciudadanos no es tan complaciente por el impacto de la inflaci¨®n y los altos tipos de inter¨¦s
La econom¨ªa de Estados Unidos va muy bien. O muy mal. Seg¨²n como se mire y, sobre todo, qui¨¦n lo mire. La resistencia del crecimiento, la fortaleza del mercado laboral, la pujanza del consumo, la atracci¨®n de inversiones, el incremento de la productividad y los m¨¢ximos hist¨®ricos de la Bolsa han desafiado todas las expectativas. La persistencia de la inflaci¨®n, los altos tipos de inter¨¦s, el d¨¦ficit desbocado y la creciente deuda p¨²blica pesan en el otro lado de la balanza. En a?o electoral, la percepci¨®n de los ciudadanos es tambi¨¦n parad¨®jica: la mayor¨ªa considera buena su situaci¨®n, pero mala la del pa¨ªs.
¡°Llevo oyendo todos los meses que va a haber recesi¨®n el mes que viene¡±, dijo el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, a mediados del a?o pasado. ¡°No creo que la haya¡±, a?adi¨®. Biden acertaba donde muchos economistas se equivocaron. Los propios t¨¦cnicos de la Reserva Federal pronosticaban una recesi¨®n que nunca lleg¨®. En lugar de ello, la econom¨ªa de Estados Unidos creci¨® un 2,5% el a?o pasado, frente al 0,5% de la zona euro, y ha entrado a velocidad de crucero en 2024, casi inmune hasta ahora a las subidas de tipos de inter¨¦s m¨¢s agresivas desde la d¨¦cada de 1980 para hacer frente a una inflaci¨®n que era igualmente la m¨¢s alta en cuatro d¨¦cadas.
Los precedentes hist¨®ricos jugaban en contra de la tesis del aterrizaje suave, un t¨¦rmino sacado de la carrera espacial. Igual que el m¨®dulo Odiseo tropez¨® recientemente con unas rocas y cay¨® de lado al posarse en la Luna, los economistas daban por hecho que la econom¨ªa tropezar¨ªa con la subida de los tipos de inter¨¦s y entrar¨ªa en recesi¨®n. Solo una vez, en 1994, con Alan Greenspan al frente de la Reserva Federal, se hab¨ªa evitado ese desenlace. El propio presidente del banco central, Jerome Powell, advert¨ªa que har¨ªa falta causar da?o a familias y empresas para controlar la inflaci¨®n.
La econom¨ªa, sin embargo, ha seguido creciendo y creando empleo a muy buen ritmo mientras los precios se conten¨ªan. En su reciente discurso del estado de la Uni¨®n, el presidente de Estados Unidos cantaba victoria: ¡°El aterrizaje es y ser¨¢ suave¡±. Powell, sin embargo, no lo hace. En la aproximaci¨®n a la estabilidad de precios falta a¨²n la ¨²ltima milla, el paso de una inflaci¨®n del 3,2% como la actual al objetivo del 2%.
Hay riesgo tanto de que se cabe el combustible de la econom¨ªa como de que los precios sigan volando. Aun as¨ª, los economistas dibujan en sus pron¨®sticos el escenario deseado. En su actualizaci¨®n de esta semana, los miembros del Comit¨¦ Federal de Mercado Abierto de la Reserva Federal prev¨¦n que a final de a?o la inflaci¨®n se sit¨²e en el 2,4% y que la econom¨ªa crezca un 2,1%. El Fondo Monetario Internacional ha elevado las previsiones de crecimiento de Estados Unidos para este a?o 0,6 puntos, hasta el 2,1%, frente al 0,9% de la zona euro y de Jap¨®n y el 0,6% del Reino Unido.
Estados Unidos no solo es la gran econom¨ªa que m¨¢s crece, sino tambi¨¦n la ¨²nica que ha recuperado la tendencia interrumpida por la pandemia. ¡°Imagina que te hubieras dormido a finales de 2019 y te despertaras a principios de 2024. Has estado en coma¡±, dec¨ªa Justin Wolfers, profesor de econom¨ªa de la Universidad de M¨ªchigan, en un reciente acto en Washington organizado por la Brookings Institution. ¡°Lo primero que haces es preguntar por las estad¨ªsticas econ¨®micas. Bueno, lo har¨ªa. Y descubrir¨ªas que el PIB, de hecho, es m¨¢s alto de lo que esperabas cuando te dormiste. Y entonces le dir¨ªas al celador de tu coma: ¡®Dios m¨ªo, ?qu¨¦ cosas positivas le han pasado a la econom¨ªa mientras dorm¨ªa?¡¯ Y te quedar¨ªas at¨®nito al saber, de hecho, que hab¨ªas dormido durante una pandemia y una recesi¨®n mundial. Y a pesar de esas cosas estamos donde estamos¡±, a?ad¨ªa.
Quiz¨¢ a Wolfers le dar¨ªa un ataque al ir a hacer la compra despu¨¦s del coma, pero lo cierto es que hay cierto consenso en que la econom¨ªa ha ido mucho mejor de lo esperado. ¡°La recuperaci¨®n de Estados Unidos ha sido espectacular y la tasa de desempleo ha bajado de forma realmente brusca¡±, dec¨ªa en el mismo acto Jason Furman, exdirector del Consejo Econ¨®mico Nacional de la Casa Blanca con el presidente Barack Obama y profesor de la Universidad de Harvard. ¡°Se ha tardado meses o un a?o o dos en lograr lo que se tard¨® una d¨¦cada en la crisis financiera. Ahora tenemos lo que parece un aterrizaje suave. Creo que eso es poco menos que milagroso¡±, argumentaba.
¡®Bidenomics¡¯
A la hora de repartir m¨¦ritos, buena parte corresponde a la Reserva Federal, pero el presidente Biden tambi¨¦n ha sacado pecho por la parte que le corresponde. Su pol¨ªtica econ¨®mica continu¨® con la inyecci¨®n de liquidez a familias y empresas que ya hab¨ªa iniciado su antecesor, Donald Trump. A eso uni¨® una pol¨ªtica de est¨ªmulo a las inversiones (en microprocesadores, con la ley CHIPS; en obras p¨²blicas de carreteras, puentes, ferrocarril, aeropuertos y otras, con la ley de Infraestructuras, y en energ¨ªa verde, con la Ley de Reducci¨®n de la Inflaci¨®n), de apoyo a los sindicatos (lleg¨® a participar en un piquete de la huelga del motor en M¨ªchigan), de fomento de la competencia (con casos antimonopolio, la oposici¨®n a grandes fusiones y medidas para abaratar los precios de las farmac¨¦uticas y las comisiones abusivas de las empresas, entre otras) y de proteccionismo econ¨®mico (patente en sus ayudas, pero tambi¨¦n en la oposici¨®n a la compra de US Steel por Nippon Steel).
A ese c¨®ctel empezaron a llamarlo los medios Bidenomics y ¨¦l acab¨® por adoptar la etiqueta. ¡°Lo llaman Bidenomics. No s¨¦ qu¨¦ demonios es eso, pero est¨¢ funcionando¡±, se?al¨® el presidente en un mitin en Filadelfia el 17 de junio del a?o pasado al usar por primera vez la expresi¨®n.
El presidente ha hecho gala de esa etiqueta con frecuencia en los ¨²ltimos meses. Sin embargo, American for Prosperity (AFP), la poderosa e influyente red conservadora fundada por los multimillonarios hermanos Koch, le gan¨® por la mano y se hizo con el dominio Bidenomics.com. Desde esa p¨¢gina web, AFP, que apoy¨® sin ¨¦xito a Nikki Haley en las primarias republicanas, hace una enmienda a la totalidad de la pol¨ªtica econ¨®mica de Biden, se?alando principalmente la inflaci¨®n, el d¨¦ficit, la deuda y los altos tipos de inter¨¦s.
Son problemas reales. Los precios han subido cerca del 20% durante el mandato de Biden y han hecho mella con frecuencia en art¨ªculos de primera necesidad, como los alimentos y la gasolina (que estaba anormalmene barata por la pandemia).
Adem¨¢s, el pa¨ªs ha entrado en una espiral de d¨¦ficit y deuda que se origin¨® en la Gran Recesi¨®n, se agrav¨® con la pandemia y no se ha solucionado despu¨¦s. El d¨¦ficit p¨²blico efectivo se duplic¨® el pasado ejercicio por la ca¨ªda de los ingresos, hasta el equivalente al 7,5% del producto interior bruto (PIB), pese a que la econom¨ªa atravesaba una fase de crecimiento y creaci¨®n de empleo.
La deuda p¨²blica bruta se situ¨® en el 121% del PIB, aunque esa cifra es enga?osa. Hay unos siete billones de deuda intragubernamental, por lo que el dato relevante es la deuda en manos de los inversores. Ese dato se situ¨® en el 98% y, seg¨²n las proyecciones de la Oficina Presupuestaria del Congreso, un organismo independiente, amenaza con superar antes del final de la d¨¦cada el m¨¢ximo hist¨®rico: el 106% del PIB de 1946, despu¨¦s del esfuerzo que supuso la Segunda Guerra Mundial. Estaba en un sano 35% en 2007, antes de la crisis financiera.
Los tipos de inter¨¦s, mientras, han subido desde un nivel cercano a cero hasta el 5,25%-5,5%. Eso impacta de lleno en el coste de las nuevas hipotecas, con lo que dificulta el acceso a la vivienda, y encarece la financiaci¨®n de consumo, donde la morosidad se est¨¢ disparando.
Esas subidas de tipos, sin embargo, no han impedido que la tasa de paro se mantenga por debajo del 4% durante 25 meses consecutivos, el periodo m¨¢s largo en m¨¢s de medio siglo. Desde que Biden tom¨® posesi¨®n, se han creado 15 millones de empleos, un r¨¦cord hist¨®rico, aunque en parte marcado por la recuperaci¨®n de la pandemia. El mercado laboral da algunos s¨ªntomas de enfriamiento relativo, pero sigue pujante y absorbiendo la llegada de inmigrantes con naturalidad.
Resistencia
Los economistas han estado buscando explicaciones a la insospechada resistencia de la econom¨ªa estadounidense a las subidas de tipos de inter¨¦s, los conflictos internacionales, las turbulencias bancarias, las huelgas y dem¨¢s contratiempos. El consumo ha sido el principal motor de la econom¨ªa por el lado de la demanda. Los est¨ªmulos fiscales de la pandemia y el menor gasto por las restricciones sanitarias dejaron a los estadounidenses con la hucha llena. Los economistas de la Reserva Federal cifraron el exceso de ahorro en un m¨¢ximo de 2,3 billones de d¨®lares en el tercer trimestre de 2021. Calculaban que segu¨ªa habiendo 1,7 billones a mediados de 2022. Estudios m¨¢s recientes discrepan sobre si esa bolsa se ha agotado o cu¨¢nto queda de ella, pero sin duda ha sido un sost¨¦n de la econom¨ªa, alimentando lo que se ha llamado la venganza del consumo, un fen¨®meno estudiado por los psic¨®logos.
Aunque ha dificultado el acceso de la vivienda en propiedad, la subida de los tipos tampoco ha hecho mucha mella en quienes ya ten¨ªan una hipoteca, pues en Estados Unidos lo habitual son los pr¨¦stamos a largo plazo a tipo fijo.
El mercado laboral se ha beneficiado tambi¨¦n de la sensaci¨®n de escasez de mano de obra. Durante mucho tiempo ha sido m¨¢s dif¨ªcil encontrar trabajadores que encontrar trabajo. Eso ha frenado los despidos en los momentos en que la econom¨ªa parec¨ªa enfriarse y ha evitado la cl¨¢sica espiral de las recesiones. ¡°Los directores generales no quer¨ªan dejar marchar a la gente porque dec¨ªan: ¡®Bueno, hemos gastado mucho tiempo y energ¨ªa en reunir a estas personas, y ahora tenemos que ocuparnos de mantenerlas. As¨ª que no vamos a dejar que se vayan, incluso si pensamos que puede haber una recesi¨®n corta y superficial¡±, explicaba Dana Peterson, economista jefe de The Conference Board en un reciente encuentro con corresponsales.
La energ¨ªa tambi¨¦n ha contribuido a la fortaleza del crecimiento. Exprimiendo sus yacimientos de esquisto mediante la fragmentaci¨®n hidr¨¢ulica (fracking), Estados Unidos ha batido r¨¦cords de producci¨®n de petr¨®leo y de exportaciones de gas natural licuado, lo que ha mejorado su balanza comercial. El bajo precio del gas en el mercado interior ha abaratado costes industriales.
A todo eso se suma una pol¨ªtica de incentivos fiscales que a¨²n tiene mucho que dar de s¨ª, pero que ya se deja notar. Mark Zandy, economista jefe de Moody¡¯s Analitycs, el servicio de estudios de la agencia de calificaci¨®n, daba desde Nueva York el mes pasado algunas cifras: ¡°Si nos remontamos a antes de la pandemia, los fabricantes de Estados Unidos invert¨ªan aproximadamente 75.000 millones de d¨®lares al a?o para construir nuevas f¨¢bricas o renovar las existentes. ?ltimamente, la cifra supera los 200.000 millones de d¨®lares anualizados, lo que da una idea de la magnitud y lo dram¨¢tico del cambio. Esta din¨¢mica est¨¢ en pleno apogeo, y no veo que cambie pronto¡±.
Proteccionismo
El proteccionismo econ¨®mico de Biden, a trav¨¦s de ayudas e incentivos, ha superado el de Trump, que ech¨® mano de la ret¨®rica y de algunos aranceles m¨¢s bien simb¨®licos. Biden se ha beneficiado del inter¨¦s de las compa?¨ªas en acercar su cadena de suministro tras las interrupciones de la pandemia, pero su nacionalismo econ¨®mico ha sido tambi¨¦n vocacional. Cuando arreciaron las cr¨ªticas de otros pa¨ªses, especialmente de la Uni¨®n Europea, las rechaz¨®: ¡°Estamos siendo criticados internacionalmente por centrarme demasiado en Am¨¦rica. Al infierno con eso¡±, dijo el a?o pasado en un acto con los sindicatos en Springfield, a las afueras de Washington, en el Estado de Virginia. Su oposici¨®n a la compra de US Steel por parte de la japonesa Nippon Steel es la ¨²ltima muestra.
El aumento de la productividad es la otra buena noticia. Hay discusi¨®n sobre cu¨¢l es la causa y m¨¢s bien parece que han confluido varias. La normalizaci¨®n pospand¨¦mica ha ayudado. La escasez de mano de obra ha llevado a las empresas a ser m¨¢s eficientes y a automatizar procesos. Las inversiones en infraestructuras y en nuevas f¨¢bricas han puesto su parte. Y la inteligencia artificial es la guinda.
Por m¨¢s que Trump diga que son las perspectivas de su regreso las que han impulsado las cotizaciones, es la fiebre por la inteligencia artificial la que ha llevado la Bolsa a m¨¢ximos hist¨®ricos, con las tecnol¨®gicas a la cabeza y Nvidia como estandarte. Los llamados Siete Magn¨ªficos (Micrososft, Apple, Alphabet, Amazon, Meta, Nvidia y Tesla, aunque esta ¨²ltima anda de capa ca¨ªda) han tirado del mercado, desafiando las subidas de tipos.
Los estadounidenses, sin embargo, no est¨¢n contentos con la econom¨ªa, seg¨²n muestran una y otra vez las encuestas. Hay dos tipos de razones para ello. Unas tienen que ver con la diferente naturaleza de los logros y fracasos. Otras son de tipo demosc¨®pico.
Con respecto a lo primero, una forma de verlo es que los precios han subido para todos, mientras que el empleo solo se ha creado para una parte de la poblaci¨®n. ¡°El enormemente impresionante mercado laboral no se ha reflejado en una mejora del sentimiento de los consumidores¡±, explicaba Furman. El desempleo ha sido menos grave y duradero que en otras crisis. ¡°Hab¨ªa menos ansiedad sobre si se podr¨ªa conseguir un trabajo, lo que hac¨ªa que un trabajo en s¨ª mismo fuera menos valorado. La mayor¨ªa de la gente ten¨ªa trabajo antes de esto y sigue teniendo trabajo, no estaba tan ansiosa por la p¨¦rdida de su empleo¡±.
Adem¨¢s, aunque la inflaci¨®n haya bajado, el nivel de precios no lo ha hecho. ¡°La gente sigue molesta por el hecho de que todo cuesta mucho dinero, especialmente los productos b¨¢sicos como los alimentos y la energ¨ªa. Los niveles de precios son altos y la gente lo nota¡±, sostiene Peterson. ¡°Muchos consumidores siguen muy disgustados por no poder comprar las casas que quieren, porque aunque los tipos hipotecarios ya no son del 8%, siguen mucho m¨¢s altos que en los ¨²ltimos a?os¡±, a?ade.
Y luego est¨¢ la demoscopia. ¡°Hay una enorme polarizaci¨®n en la forma en que la gente responde a las encuestas¡± sostiene Wolfers. Los economistas Ryan Cummings y Neale Mahoney, de la Universidad de Stanford, lo han estudiado y lo han llamado ¡°amplificaci¨®n asim¨¦trica¡±. ¡°Hemos descubierto que los republicanos aplauden m¨¢s cuando su partido est¨¢ en el poder y abuchean m¨¢s cuando su partido est¨¢ en la oposici¨®n, y que ajustar el nivel de decibelios para que republicanos y dem¨®cratas animen con el mismo volumen explica el 30% de la diferencia actual entre el sentimiento del consumidor observado y lo que se podr¨ªa predecir utilizando los fundamentos econ¨®micos¡±, sosten¨ªan en una publicaci¨®n reciente.
?C¨®mo influir¨¢ la econom¨ªa en la reedici¨®n del duelo entre Biden y Trump? En las legislativas de noviembre de 2022, asuntos como la defensa de la democracia y el aborto pesaron m¨¢s en los votantes que la inflaci¨®n, que en aquel momento estaba disparada. En el camino hacia las presidenciales, esos mismos temas, junto a la edad del presidente Biden, de 81 a?os (y en menor medida la de Trump, de 77), las imputaciones penales del expresidente, la pol¨ªtica exterior, la inseguridad y, de modo muy especial, la inmigraci¨®n y la frontera, parecen importar m¨¢s que la situaci¨®n econ¨®mica.
Quiz¨¢ sea pronto para decirlo. ¡°Si la econom¨ªa estadounidense, y en particular su mercado laboral, se acercan a las elecciones con su actual nivel de dinamismo, y con una inflaci¨®n m¨¢s moderada, esto podr¨ªa favorecer al actual presidente. Por el contrario, en caso de un aterrizaje brusco de la econom¨ªa o de un cambio en la din¨¢mica inflacionista que la empuje de nuevo al alza, el contexto ser¨ªa m¨¢s favorable al candidato republicano¡±, sostiene Ricard Murillo, de CaixaBank, en una nota de an¨¢lisis.
Wolfers, por su parte, a pesar de las encuestas y del descontento reinante, cree que la situaci¨®n econ¨®mica es un punto a favor del presidente: ¡°Dado el estado de la econom¨ªa, yo predecir¨ªa que el presidente Biden va a ser reelegido¡±, sostiene, aun admitiendo que hay muchas cosas que determinan el voto.
Naka Matsuzawa, analista de Nomura, se?alaba en un informe a clientes de este mes que ¡°a diferencia de las elecciones presidenciales de 2016, la victoria de Trump no es un riesgo imprevisto, y de hecho es el escenario principal en este momento, no ¡®si Trump¡¯, sino ¡®muy probablemente Trump¡±. ¡°Muchas encuestas han revelado que los ¨ªndices de favorabilidad de Trump est¨¢n subiendo, superando a Biden. Sin embargo, no est¨¢ claro en qu¨¦ direcci¨®n ese ¡®muy probablemente Trump¡¯ empujar¨¢ a los mercados y hasta qu¨¦ punto los mercados han descontado esta posibilidad. Las opiniones del mercado sobre el impacto de una victoria de Trump est¨¢n divididas¡±, a?ad¨ªa.
Zandi, por su parte, pone el acento en el riesgo electoral: ¡°Es muy probable que las elecciones presidenciales sean muy re?idas y potencialmente cuestionadas. Esto podr¨ªa generar una gran volatilidad en los mercados financieros y minar la confianza de los consumidores¡±, afirma. ¡°Es ciertamente una amenaza en el muy dif¨ªcil entorno pol¨ªtico que existe hoy en el pa¨ªs¡±, concluye.
Sigue toda la informaci¨®n de Econom¨ªa y Negocios en Facebook y X, o en nuestra newsletter semanal
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.