Expertos de la Universidad de Granada calculan que meter a 20 ni?os en un aula supone 808 contactos cruzados en dos d¨ªas

La ministra de Educaci¨®n, Isabel Cela¨¢, anunci¨® hace algunos d¨ªas que el Gobierno no consideraba necesario el uso de mascarillas ni el mantenimiento de una distancia f¨ªsica m¨ªnima en los cuatro primeros cursos de Educaci¨®n Primaria, por tratarse de grupos asimilables a familias o convivientes. Los c¨¢lculos matem¨¢ticos de unos investigadores de la Universidad de Granada (UGR) ofrecen resultados que contradicen esa idea de peque?o grupo familiar. Suponiendo una familia media espa?ola, formada por dos adultos y 1,5 hijos menores ¡ªlo que se traslada a las operaciones matem¨¢ticas asumiendo que en el aula hay 10 estudiantes con un hermano y otros 10 que son hijos ¨²nicos¡ª, el primer d¨ªa de clase cada alumno estar¨¢ expuesto a 74 personas. Eso ocurrir¨¢, exclusivamente, si no hay roce con nadie externo al aula propia y al hogar familiar. ¡°El segundo d¨ªa", explica Alberto Arag¨®n, coordinador del proyecto, "la interacci¨®n alcanzar¨ªa las 808 personas, considerando exclusivamente las relaciones sin distanciamiento ni mascarilla de la clase propia y las de las clases de hermanos y hermanas¡±. La proyecci¨®n sobre el papel supera los 15.000 contactos en tres d¨ªas.

Si el n¨²mero de escolares en la clase sube a 25, como muchas autonom¨ªas han anunciado porque coincide con el ratio habitual, el n¨²mero de personas implicadas subir¨ªa hasta 91 el primer d¨ªa y 1.228 el segundo. El contagio de una persona de ese colectivo conlleva un riesgo autom¨¢tico para todo el grupo, por lo que cabe esperar que cualquier situaci¨®n de alerta lleve consigo el cierre del grupo o incluso de todo el colegio si han compartido espacios o docentes comunes. Sin embargo, la realidad es que ninguno de estos escenarios posteriores est¨¢ realmente planificado en este momento. Para Alberto Arag¨®n, catedr¨¢tico de la UGR y especialista en organizaci¨®n de empresas y planificaci¨®n, no solo existe una deficiente preparaci¨®n de cara a septiembre sino que, adem¨¢s, se ha dejado ¨¦sta en manos de los colegios, algo que ¡°evidentemente¡± sobrepasa su capacidad organizativa y de recursos. El catedr¨¢tico plantea que preguntas como: ?qu¨¦ hay que hacer si un ni?o tose?, ?cu¨¢ndo se les hace un test a los profesores: cada d¨ªa, a veces, si se ponen enfermos? Tambi¨¦n comenta sugerencias sin m¨¢s detalle, como que se den clases al aire libre, lo cual no tiene respuesta a estas alturas: ¡°Ni parece que se est¨¦n preparando¡±, explica. "En este momento solo sabemos que se vuelve a clase y que se han ofrecido algunas ratios de referencia, pero poco m¨¢s¡±, defiende Arag¨®n.

La vuelta al cole para 1,7 millones de alumnos de infantil, 2,9 de primaria, 2 de secundaria y alrededor de 600.000 de Bachillerato, seg¨²n los datos del Ministerio de Educaci¨®n para el curso actual, bien merece una planificaci¨®n concienzuda, defienden los especialistas. Pero, seg¨²n el trabajo de investigaci¨®n puesto en marcha por el equipo granadino, nada de eso se est¨¢ cumpliendo. Los investigadores han analizado los planes de regreso a los centros del Gobierno central y de los distintos Gobiernos auton¨®micos, y se?alan: ¡°Se ha puesto mucho ¨¦nfasis en el objetivo de abrir las aulas en septiembre, pero faltan todos los otros componentes de una buena planificaci¨®n¡±. Arag¨®n explica que, efectivamente, el primer d¨ªa est¨¢ planificado, pero ¡°es necesario hacerlo m¨¢s all¨¢ de esa primera jornada y hay que pensar en la segunda y en las siguientes¡±. Ser¨¢ entonces cuando los centros se tendr¨¢n que enfrentar a situaciones que merece la pena tener ya pensadas.

Si no se programa el d¨ªa despu¨¦s de iniciar las clases, dice el investigador, ¡°y se empieza ya, ser¨¢ muy dif¨ªcil tener ¨¦xito en la vuelta a clase¡±. Hay que decidir ahora "si se van a contratar m¨¢s docentes, qu¨¦ espacios extraordinarios se podr¨¢n utilizar o, por ejemplo, si se va a proveer de ordenadores a los estudiantes. Es importante reconocer que la organizaci¨®n de la vuelta al cole tiene caracter¨ªsticas que la hacen especialmente complicada. Y eso precisamente debe llevar a planes m¨¢s rigurosos¡±, advierte.

Otra de las cosas que preocupa a Arag¨®n es que no se ha determinado qu¨¦ ocurrir¨¢ si hay que cerrar las aulas. ¡°No existe un curso de acci¨®n ?Volvemos a la necesaria improvisaci¨®n de este marzo? La sorpresa anterior ya no lo ser¨ªa en un segundo brote. Deber¨ªamos tener un marco de referencia mucho m¨¢s espec¨ªfico¡±, explica. Para estos expertos de la UGR, la complejidad de la enfermedad y la limitada inversi¨®n complementaria disponible hace imprescindible tener tambi¨¦n planes s¨®lidos para posibles escenarios de cierre, algo que no existe a¨²n.

Comparativa con otros pa¨ªses

La comparaci¨®n con otros pa¨ªses tambi¨¦n resulta interesante. Dinamarca e Israel, que ya han vuelto a clase, sirven de modelo de estudio. En el caso de Dinamarca, ¡°con una buena planificaci¨®n y recursos suficientes¡±, dice Arag¨®n, las clases son ahora de 10 alumnos, que salen de cinco en cinco al recreo y con una organizaci¨®n temporal y espacial que minimiza los contactos. ¡°Les va bien y han bajado al m¨ªnimo el riesgo¡±. En el caso de Israel, con un modelo de vuelta similar al previsto para Espa?a, ¡°en los dos o tres primeros d¨ªas hubo que cerrar 100 colegios¡±. Muchas veces, seg¨²n el profesor, m¨¢s por prevenci¨®n ante toses o fiebres que de enfermedad.

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M?S VOCES DE EXPERTOS SOBRE ESCUELA Y CORONAVIRUS. Quique Bassat, pediatra: ¡°Volver a clase sin guardar las distancias es una imprudencia¡±

Bassat Trabaja como investigador Icrea en el Instituto de Salud Global de Barcelona y en el hospital Sant Joan de D¨¦u y forma parte del grupo de la Asociaci¨®n Espa?ola de Pediatr¨ªa que ha asesorado al Gobierno sobre la reanudaci¨®n de las clases en la recta final del curso