La seguridad es lo primero, pero las escuelas est¨¢n para educar
Es necesario hacerse cargo de unos alumnos que han tenido una experiencia educativa desigual durante el per¨ªodo de confinamiento
Con todo el debate y l¨®gica preocupaci¨®n en las ¨²ltimas semanas de garantizar la seguridad del alumnado (aulas, medir distancias, elaborar protocolos...) parece haber quedado en un segundo plano, en la reapertura de las escuelas, lo que es obvio que deb¨ªa ser lo primero: los docentes no son ¡°sanitarios¡± ni ¡°canguros¡± ¡ªcomo dec¨ªa, con gracia, el consejero andaluz¡ª, las escuelas est¨¢n para educar. Desde luego, hay que asegurar unas condiciones que no favorezcan el contagio; pero lo primero es hacerse cargo de unas alumnas y alumnos que no han tenido contacto con la escuela y sus compa?eros desde hace seis meses.
La dimensi¨®n pedag¨®gica es, pues, prioritaria. En primer lugar, reencontrarse con los amigos del colegio, posiblemente en un ambiente de compa?eros enmascarados a quienes no se les permite acercarse o abrazarse, requiere una especial gesti¨®n socioemocional. En el regreso a las aulas, hay que cuidar el ¡°reenganche¡± de los alumnos, particularmente en secundaria, la posible falta de motivaci¨®n en algunos o el riesgo de abandono.
Reconstruir la comunidad en el interior de la escuela y del aula, donde la interacci¨®n cara a cara no es lo mismo que a trav¨¦s de la pantalla de la tableta o del m¨®vil. La buena ense?anza es una experiencia ¨ªntima, de generaci¨®n de relaciones que, ahora, la distancia de seguridad entre mesas o el uso de mascarilla pueden impedir. En fin, la interacci¨®n pedag¨®gica con los compa?eros y con el docente es insustituible.
En segundo lugar, es necesario hacerse cargo de unos alumnos que han tenido una experiencia educativa desigual durante el per¨ªodo de confinamiento. En el plan de centro, en paralelo a la incorporaci¨®n de los protocolos de seguridad, habr¨ªa que cuidar las programaciones generales anuales con la necesaria flexibilidad en las ¨¢reas curriculares y asignaturas para primar los aprendizajes imprescindibles. No se puede comenzar repasando donde nos quedamos o si se han asimilado las tareas durante el confinamiento como si nada hubiera pasado. A medida que las escuelas han cerrado se han evidenciado las desigualdades en las oportunidades de aprendizaje y los servicios cr¨ªticos que los centros proporcionan a nuestros estudiantes, especialmente a aquellos m¨¢s afectados en sus hogares por la recesi¨®n econ¨®mica.
Ser¨¢ preciso, particularmente en los contextos m¨¢s vulnerables, detectar y hacerse cargo de los d¨¦ficits socioculturales, pero no haciendo lo mismo de siempre. En un contexto donde el alumnado ha pasado la ¨²ltima parte del curso escolar aprendiendo remotamente con un contacto limitado con los maestros y docentes, no se pueden mantener las expectativas previas de cobertura curricular. Porque, en general, excepto experiencias parciales, no se han proporcionado durante el verano oportunidades para mitigar la p¨¦rdida de aprendizajes.
Es el momento, de acuerdo con la autonom¨ªa de cada centro escolar, de hacer unas adecuaciones curriculares, primando las competencias fundamentales. Repensar lo que ¡°vale la pena¡± ense?ar en la escuela, un curr¨ªculum escolar integrado, en l¨ªnea con las metas de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, con unas disciplinas al servicio de competencias y la alfabetizaci¨®n cient¨ªfica y ling¨¹¨ªstica. M¨¢s que los temas acad¨¦micos que se quedaron sin impartir o aprender, deben importarnos los aprendizajes de fondo o de largo alcance, necesarios para moverse en la vida.
Todo ello requiere una acci¨®n conjunta del profesorado, el apoyo de las familias, a trav¨¦s de los consejos escolares y el liderazgo pedag¨®gico de los equipos directivos, a veces con escasas posibilidades en los centros p¨²blicos. Por eso, es el momento del reconocimiento, apoyo y confianza en nuestros docentes y centros, para que ¡ªcon autonom¨ªa y profesionalidad¡ª tomen las decisiones pedag¨®gicas m¨¢s oportunas de acuerdo con los contextos de sus centros y aulas.
Antonio Bol¨ªvar es catedr¨¢tico de Did¨¢ctica y Organizaci¨®n Escolar de la Universidad de Granada
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