Un derecho humano que debe unirnos a todos
Nuestro actual sistema es un desastre injustificable porque no proporciona los apoyos necesarios para que muchos ni?os con discapacidad puedan educarse en la escuela ordinaria
Desde hace ya mucho tiempo existe un debate en nuestra sociedad sobre la educaci¨®n inclusiva y los centros de educaci¨®n especial. El debate, que se ha acrecentado con la reciente aprobaci¨®n de la nueva ley educativa (Lomloe), se plantea como si hubiese dos posiciones antag¨®nicas de imposible entendimiento, pero en realidad ese entendimiento est¨¢ a nuestro alcance.
Partamos de unos consensos b¨¢sicos que ya hemos alcanzado: una sociedad justa es la que respeta los derechos humanos; uno de los derechos humanos m¨¢s trascendentales es el derecho a la educaci¨®n. Con su ejercicio se pretende alcanzar dos fines esenciales: el libre desarrollo de la personalidad y la formaci¨®n en los principios democr¨¢ticos y los derechos humanos.
Esos consensos b¨¢sicos hacen que coincidamos en la necesidad de construir un sistema educativo que permita que todos los ni?os puedan ejercer su derecho a la educaci¨®n en igualdad de condiciones. Es decir, que compartimos un ideal com¨²n: construir un sistema educativo que sea capaz de adaptarse a las diversas necesidades, capacidades, potencialidades y preferencias educativas de cada ni?o. Ese sistema educativo es el que se defiende desde el modelo de los derechos humanos, por eso el derecho humano a la educaci¨®n s¨®lo puede ser inclusivo, y es perfectamente realizable. Exigir¨¢ un considerable esfuerzo y se alcanzar¨¢ cuando haya voluntad y, con ello, los recursos humanos y econ¨®micos adecuados.
La Lomloe, sin embargo, solo supone un avance dentro de un modelo injusto, en cuanto vulnerador del derecho a la educaci¨®n, como concluy¨® el Comit¨¦ de Naciones Unidas de los Derechos de las Personas con Discapacidad. Nuestro actual sistema es un desastre injustificable porque no proporciona los apoyos necesarios para que muchos ni?os con discapacidad puedan educarse en la escuela ordinaria, y lo peor es que ni siquiera est¨¢ pensado para que todos los ni?os puedan ejercer su derecho a la educaci¨®n en igualdad de condiciones. La Lomloe solo propone un plan para mitigar la falta de apoyos, pero mantiene la estructura injusta del sistema educativo.
El debate actual es en buena medida falso y la Lomloe no da soluciones adecuadas. El objetivo nunca ha sido cerrar los centros de educaci¨®n especial; el objetivo siempre ha sido construir un sistema educativo en donde los centros de educaci¨®n especial no tengan cabida porque todos y cada uno de los ni?os puedan, por fin, satisfacer plenamente su derecho a la educaci¨®n. La Lomloe es una ocasi¨®n perdida; pero siempre es un buen momento para empezar. En la consecuci¨®n de ese objetivo tendr¨ªamos que estar todos unidos, al menos todos los que defendamos el modelo de los derechos humanos.
Ignacio Campoy es profesor de Filosof¨ªa del Derecho en la Universidad Carlos III.
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