La vuelta a las clases, en cinco gr¨¢ficos
Las escuelas e institutos espa?oles han recibido el impacto de la pandemia en mitad de un incipiente proceso de descenso demogr¨¢fico y con heridas a¨²n abiertas como las desigualdades territoriales y el abandono educativo
Algo m¨¢s de ocho millones de alumnos de ense?anzas no universitarias (desde infantil hasta el bachillerato y la FP) comienzan estos d¨ªas el curso. Cu¨¢ntos ser¨¢n exactamente todav¨ªa no se sabe, pues la cifra oficial a¨²n no est¨¢ disponible. Lo que es casi seguro es que ser¨¢n unos pocos menos que el curso anterior, en el que fueron 8,21 millones y los cuales, a su vez, ya fueron 71.000 menos que un a?o antes. Asoma as¨ª a la cifra general de forma incipiente un descenso demogr¨¢fico que se nota sobre todo en la escuela infantil: el segundo ciclo de esta etapa, de tres a cinco a?os, ha visto descender su alumnado un 16%, en 238.000 alumnos, durante la ¨²ltima d¨¦cada. Pero tambi¨¦n se percibe ya en la escuela primaria (de seis a 11 a?os), con un 3,4% menos de matriculados en los ¨²ltimos tres cursos. De momento, y a la espera de que se cumplan los augurios de los expertos, que aseguran que en 10 a?os el descenso demogr¨¢fico cambiar¨¢ completamente la realidad de la escuela, el crecimiento de las etapas posobligatorias (bachillerato y FP) va compensando un poco la tendencia: el curso pasado fueron unos 113.000 estudiantes m¨¢s que en 2018. Los siguientes gr¨¢ficos tratan de ofrecer una imagen general de un sistema que este a?o afronta, adem¨¢s, el despliegue de una nueva ley educativa, la Lomloe, aprobada el pasado mes de diciembre.
1. El mapa del alumnado
Estas son las cifras de la estad¨ªstica provisional del curso pasado, 2020-2021. A la espera de las de este a?o, ofrecen una imagen bastante fiel del mapa del alumnado de los colegios e institutos por comunidades. Por ejemplo, de d¨®nde se concentra la mayor parte de los estudiantes: Andaluc¨ªa, Catalu?a, Madrid y Comunidad Valenciana suman el 61% de todo el sistema, con vol¨²menes que aumentan, l¨®gicamente, la dificultad de gesti¨®n. Tambi¨¦n ofrece este mapa la imagen de reparto entre la escuela p¨²blica y la privada (que incluye en la estad¨ªstica tambi¨¦n a los centros concertados, privados subvencionados) por comunidades, una divisi¨®n que crispa desde hace d¨¦cadas el debate educativo espa?ol. Por ejemplo, se ve c¨®mo Madrid, con el 14,8% del alumnado de todo el pa¨ªs, concentra el 20,7% de los estudiantes de centros privados.
2. Las ratios
Durante a?os se ha discutido mucho sobre el impacto (o no) del n¨²mero de alumnos por clase en la calidad de la ense?anza. El curso pasado, sin embargo, la obligada adaptaci¨®n de la escuela a la situaci¨®n sanitaria redujo de golpe las ratios de profesor y alumno. Docentes y padres aseguran que el impacto pedag¨®gico ha sido positivo all¨ª donde la bajada ha sido significativa. Los datos de este gr¨¢fico muestran el n¨²mero medio de alumnos por aula el a?o pasado en cada comunidad y, por tanto, esconden en sus medias estad¨ªsticas unos extremos (escuelas, probablemente, muy por debajo o por encima de ese dato general) que no permiten ver en toda su complejidad un escenario de comunidades muy urbanas o muy rurales, o de esfuerzos, tal vez, concentrados en unos u otros sitios. Sin embargo, s¨ª muestran una imagen general de d¨®nde est¨¢n m¨¢s y menos desahogadas las aulas p¨²blicas de educaci¨®n obligatoria (primaria y ESO) y el segundo ciclo de infantil, etapa que no es de escolarizaci¨®n obligada, pero s¨ª es gratuita y universal.
3. Profesorado y refuerzos
Las ratios de alumnos por profesor del curso pasado tienen mucho que ver con la situaci¨®n previa que arrastraba cada territorio, pero tambi¨¦n con los esfuerzos hechos por cada gobierno aut¨®nomo para contratar profesores de refuerzo. Y, l¨®gicamente, la evoluci¨®n este a?o de la situaci¨®n depender¨¢ de los refuerzos que se mantengan o no. Unas comunidades han anunciado que contratar¨¢n a m¨¢s docentes de apoyo covid, otras a los mismos y algunas a menos. En estas ¨²ltimas, padres y profesores de la p¨²blica han dejado o¨ªr ya sus protestas.
4. Aulas en cuarentena
Los argumentos de la comunidad educativa para reclamar m¨¢s refuerzos son pedag¨®gicos, pero tambi¨¦n sanitarios, pues recuerdan que la pandemia todav¨ªa no est¨¢ superada y sigue amenazando con desbaratar en cualquier momento una situaci¨®n en la que la prioridad es, por encima de todo, mantener las clases presenciales. Es cierto que el impacto de la epidemia en los centros educativos fue mucho menor de lo que anunciaban los peores augurios y que este a?o, adem¨¢s, los profesores y muchos alumnos vuelven a las aulas ya vacunados. Sin embargo, la evoluci¨®n de la variante delta del virus, m¨¢s infecciosa, mantiene a todos en alerta.
5. Abandono escolar temprano
Los males que se le achacan a la escuela espa?ola desde hace lustros, con m¨¢s o menos virulencia seg¨²n la ¨¦poca, van desde la falta de calidad y excelencia a la escasa eficiencia del gasto escolar. Pero en el centro de todos ellos siempre ha estado una estad¨ªstica: el abandono educativo temprano, es decir, el porcentaje de j¨®venes de 18 a 24 a?os que han dejado de estudiar despu¨¦s de la educaci¨®n obligatoria. Este indicador est¨¢ directamente relacionado con el ¡°desempleo, la exclusi¨®n social, la pobreza y una mala salud¡±, seg¨²n la Uni¨®n Europea, que se fij¨® como objetivo para 2020 bajar al 10% la media de abandono temprano en sus Estados miembros. Lo consigui¨® (fue el a?o pasado del 9,9% en los 27 pa¨ªses de la UE) y, de hecho, Espa?a ha aportado su granito de arena con enormes progresos: lo ha reducido casi a la mitad en las ¨²ltimas dos d¨¦cadas, del 30,9% al 16%. Esta cifra, sin embargo, sigue siendo la segunda m¨¢s alta de la UE, solo por detr¨¢s de Malta. Y esconde, adem¨¢s, diferencias enormemente significativas entre comunidades aut¨®nomas.
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