Cinco posibles cambios en la Selectividad y los obst¨¢culos que se encuentran
Reformar la Evau, que est¨¢ en revisi¨®n, es clave para crear un nuevo Bachillerato. Estas son las transformaciones que, seg¨²n los expertos, deber¨ªa experimentar la prueba y los problemas con que se encuentran
La Selectividad es una pieza clave de la reforma educativa en marcha y una de las ¨²ltimas que quedan por aprobar. Si las pruebas de acceso a la universidad cambian, todo el Bachillerato cambiar¨¢. Si permanece igual, todo continuar¨¢ m¨¢s o menos como hasta ahora, diga lo que diga el nuevo curr¨ªculo (que es la norma que regula los contenidos de la etapa educativa) respecto a implantar una ense?anza m¨¢s competencial que proporcione a los alumnos un aprendizaje m¨¢s profundo, orientado no tanto a reproducir contenidos aislados en un examen, sino a ser capaces de movilizar conocimientos, relacionarlos y aplicarlos por ejemplo a la resoluci¨®n de problemas. El catedr¨¢tico de Psicolog¨ªa de la Educaci¨®n Carles Monereo resume esa potencia retroactiva de la evaluaci¨®n con una frase: ¡°Dime c¨®mo eval¨²as y te dir¨¦ c¨®mo aprenden tus alumnos¡±. ¡°Y lo mismo pasa con el profesorado¡±, a?ade, ¡°cuando cambias la evaluaci¨®n, cambias tanto la forma de ense?ar como de aprender¡±.
Est¨¢ previsto que la nueva Selectividad empiece a aplicarse en junio de 2024 y la estrene el alumnado que en septiembre empezar¨¢ primero de Bachillerato. La intenci¨®n del Ministerio de Educaci¨®n es que las caracter¨ªsticas de la nueva prueba se conozcan antes del inicio del pr¨®ximo curso, para que estudiantes y profesorado sepan desde el principio de la etapa a qu¨¦ prueba se enfrentar¨¢n al finalizarla. La Evaluaci¨®n de Acceso a la Universidad (Evau) cambiar¨¢, pero seguramente no tanto como para impulsar una transformaci¨®n profunda del Bachillerato, coinciden las fuentes consultadas para este art¨ªculo, algunas de las cuales piden no ser citadas. Primero, porque convertir la Selectividad en una prueba realmente competencial ser¨ªa complejo. Y segundo, porque las inercias y los intereses de los actores implicados, profesorado, comunidades aut¨®nomas y sobre todo las Universidades, tienden de forma natural a frenarlo.
Hace tres d¨¦cadas, cuando se aprob¨® la Ley Org¨¢nica de Ordenaci¨®n General del Sistema Educativo (la Logse, la norma que transform¨® la estructura educativa), recuerda una de las fuentes consultadas, la Universidad de Le¨®n exasper¨® a los responsables del Ministerio de Educaci¨®n al comunicar a los institutos que se olvidaran de los documentos oficiales y siguieran basando los contenidos que ense?aran en el Bachillerato en la Selectividad de siempre. Otro factor que empuja en la direcci¨®n de no cambiar mucho las cosas, comenta Francisco Luna, que fue director del Instituto Vasco de Evaluaci¨®n e Investigaci¨®n y es miembro del Consejo Escolar del Estado, es que en educaci¨®n, como en otros ¨¢mbitos de la vida, cuando algo no funciona bien (como la actual Selectividad) pero existe desde hace tiempo, tiende a tolerarse. Las disfunciones de una innovaci¨®n tienden, en cambio, a generar grandes incendios. Y la Selectividad, en la que m¨¢s 200.000 adolescentes se examinan cada a?o, parte de ellos jug¨¢ndose el acceso a la carrera elegida por m¨¢rgenes peque?os, parece especialmente propicia para ellos.
La dificultad de trasplantar PISA
?C¨®mo deber¨ªa ser una nueva selectividad coherente con el nuevo curr¨ªculo competencial del Bachillerato? Los mejores ex¨¢menes competenciales que existen son los de PISA, la prueba internacional que la OCDE celebra regularmente en m¨¢s de 70 pa¨ªses. ¡°Pero ellos tienen tres a?os para hacer la prueba y un a?o para corregirla¡±, afirma Luna, que ha participado en la organizaci¨®n de varias ediciones de la prueba en el Pa¨ªs Vasco. La mitad de las preguntas de PISA son cerradas, la otra mitad abiertas, y en estas ¨²ltimas, explica Luna, ¡°hay aut¨¦nticas batallas en las reuniones internacionales para acordar la interpretaci¨®n correcta que se dar¨¢ a dicho ¨ªtem abierto¡±. Todo ello hace en su opini¨®n muy dif¨ªcil aplicar un formato muy parecido al de PISA a la Evau, en la que los ex¨¢menes se celebran en junio o julio y el proceso debe estar resuelto para iniciar la carrera despu¨¦s del verano.
Reducir el n¨²mero de ex¨¢menes
La actual Selectividad tiene un m¨ªnimo de cuatro o cinco ex¨¢menes (seg¨²n tenga o no el territorio lengua cooficial), de los que solo uno depende de la modalidad de Bachillerato elegida por el estudiante y el resto son de asignaturas comunes a todas las ramas de la etapa. Y los alumnos pueden presentarse como m¨¢ximo a ocho o nueve ex¨¢menes (en el caso de aquellos que aspiran a la m¨¢xima nota que puede obtenerse en la Evau, que es un 14). El informe Cuaderno sobre aprendizaje competencia en Espa?a, elaborado por una decena de expertos y publicado hace unos meses por la entidad Haz, Alianza por la Educaci¨®n, planteaba reducir el n¨²mero total de ex¨¢menes como una v¨ªa para conseguir un aprendizaje m¨¢s ¡°significativo¡± por parte del alumnado. En otros pa¨ªses europeos, algunos de los cuales han reformado recientemente sus pruebas de acceso a la Universidad, el n¨²mero de ex¨¢menes es menor. En Italia, por ejemplo, los alumnos se examinan de Lengua y una materia de especialidad, adem¨¢s de realizar una entrevista sobre los contenidos del curso. En Portugal se examinan de lengua portuguesa y de tres asignaturas de especialidad.
¡°Lo ideal ser¨ªa menos ex¨¢menes que sirvieran para evaluar varias competencias [existen ocho competencias b¨¢sicas] cada uno¡±, comenta el orientador de secundaria Javier Cort¨¦s, ¡°pero habr¨ªa que romper la estructura por asignaturas de la actual de la Selectividad, lo que ser¨ªa un paso muy valiente¡±.
Examen oral de ingl¨¦s
Un cambio m¨¢s factible y, seg¨²n los expertos consultados, m¨¢s probable, ser¨ªa que el examen de lengua extranjera fuera, al menos en parte, oral. Una prueba as¨ª transformar¨ªa la manera de aprender el idioma, que normalmente es el ingl¨¦s, en el Bachillerato y quiz¨¢ en el conjunto de la secundaria. Y ser¨ªa competencial, al exigir al alumno movilizar sus conocimientos de la lengua, en lugar de, como sucede en otras asignaturas, limitarse en gran medida a reproducir contenidos memorizados, que en buena parte se olvidan al poco tiempo. Toni Gil, coordinador de la Evau en la Comunidad Valenciana, recuerda que ese cambio ya estaba contenido en la reforma de la Selectividad aprobada la d¨¦cada pasada, y que no lleg¨® a aplicarse por los obst¨¢culos de orden log¨ªstico que plantearon las universidades y las comunidades aut¨®nomas para llevarlo a la pr¨¢ctica. Por ejemplo, para grabar las pruebas de forma que pudieran ser recurridas por los alumnos. Gil admite, con todo, que las Escuelas Oficiales de Idiomas llevan a?os realizando ex¨¢menes orales en las pruebas para la obtenci¨®n de t¨ªtulos oficiales sin mayores problemas.
Reforzar la parte competencial que ya tiene la prueba
Otro paso realista para reformar la Evau consistir¨ªa, se?alan las fuentes, en reforzar el contenido competencial de la prueba actual. Utilizando como ejemplo aquellas partes que en gran medida ya lo son, como las de los ex¨¢menes de Historia de la Filosof¨ªa que piden a los alumnos sintetizar las ideas de un texto filos¨®fico y resumir su estructura argumentativa.
El vuelco demogr¨¢fico
Juan Manuel Moreno, profesor titular de Did¨¢ctica y Organizaci¨®n Escolar de la UNED, se pregunta si no ser¨ªa mejor quitar directamente la Evau y buscar un sistema para la asignaci¨®n de plazas universitarias. El modelo actual, afirma, presenta bajos niveles de ¡°las tres caracter¨ªsticas clave de todo examen de acceso a la Universidad: uniformidad, objetividad y opcionalidad¡±. La falta de las dos primeras se aprecia en las diferencias en los resultados entre comunidades aut¨®nomas e incluso entre tribunales, ¡°que son muy grandes y est¨¢n lejos de ser justificadas¡±. La baja opcionalidad se deriva del gran peso que tienen las materias comunes en la Selectividad y el poco que tienen las asignaturas de especializaci¨®n. Moreno no prev¨¦, en todo caso, ¡°cambios sustantivos, porque los actores implicados tienen pocos incentivos para ello¡±.
Los ¨²nicos que podr¨ªan tener serios motivos para ello, se?ala, son los estudiantes, pero en la pr¨¢ctica acceder a la Universidad resulta f¨¢cil, aunque no sea en la carrera elegida, e incluso este problema se ve relativizado para una parte de los alumnos por la expansi¨®n de las universidades privadas. ¡°La evoluci¨®n demogr¨¢fica¡±, concluye Moreno, ¡°nos va llevando adem¨¢s a un escenario en el que ser¨¢n las universidades las que compitan por los alumnos y no los alumnos por entrar en las universidades¡±.
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