Profesorado universitario: no perdamos la oportunidad de arreglar el desaguisado
La situaci¨®n de los docentes es uno de los problemas centrales de las universidades p¨²blicas y privadas. El tr¨¢mite parlamentario del proyecto de la ley condicionar¨¢ que se resuelva o empeore
Los datos del sistema universitario p¨²blico son inquietantes: en los ¨²ltimos 10 a?os la plantilla de profesorado se ha reducido un 14,8%, ha envejecido (el 55,6% de la plantilla tiene 50 o m¨¢s a?os de edad, y tan solo el 15,2% tiene menos de 40), y presenta alt¨ªsimos ¨ªndices de dedicaci¨®n a tiempo parcial: en t¨¦rminos globales, el profesorado asociado ¨Dsin incluir el de ciencias de la salud¨D ha alcanzado el 62,2% del conjunto del profesorado titular y catedr¨¢tico, cuando la figura del profesorado asociado se cre¨® con un l¨ªmite del 20% ¨Dincluyendo el de ciencias de la salud¨D con la ¨²nica excepci¨®n de las universidades polit¨¦cnicas (30%). A esto se a?ade una dr¨¢stica reducci¨®n del n¨²mero de contratos predoctorales y un crecimiento muy desigual de los contratos postdoctorales, que en la mayor¨ªa de universidades resultan insuficientes para remplazar la ingente cantidad de jubilaciones que se est¨¢n y se seguir¨¢n produciendo.
En las universidades privadas, las principales carencias del profesorado son su muy baja dedicaci¨®n (tan solo el 39% de la plantilla trabaja all¨ª a tiempo completo), su baja cualificaci¨®n (58% de su profesorado es doctor, frente al 76% de las p¨²blicas) y su todav¨ªa m¨¢s baja actividad investigadora (la media de proyectos de investigaci¨®n obtenidos en cinco a?os es 246 en las universidades p¨²blicas, y 12,4 en las privadas). De hecho, la contribuci¨®n a la investigaci¨®n y la ciencia de gran parte de las universidades privadas es sencillamente inexistente.
Todo ello comporta serias dificultades, tanto para la organizaci¨®n de la docencia como para el impulso de la actividad investigadora de nuestro sistema universitario, y pone de manifiesto la urgente necesidad de dise?ar planes de futuro, para que se puedan producir relevos que permitan avanzar en todos los aspectos de la actividad universitaria y para garantizar que todas las universidades llevan a cabo una actividad docente e investigadora de calidad, pues la espina dorsal de la calidad de la docencia y la investigaci¨®n reside en el profesorado a tiempo completo, dado que la dedicaci¨®n a tiempo parcial est¨¢ exclusivamente dirigida a cubrir necesidades docentes concretas.
El tr¨¢mite parlamentario en que se encuentra el Proyecto de Ley Org¨¢nica del Sistema Universitario (LOSU) es, pues, una oportunidad que no deber¨ªa desperdiciarse. Sin embargo, resulta inquietante que el proyecto no afronte estas cuestiones con la decisi¨®n necesaria, pues no solo no impulsa planes para reforzar las plantillas en cantidad y calidad, sino que adem¨¢s relaja requisitos de calidad tanto en las universidades p¨²blicas como en las privadas, tanto en las presenciales como en las virtuales.
El proyecto da carta de naturaleza a la muy alta dedicaci¨®n a tiempo parcial actual
Por lo que se refiere a las universidades p¨²blicas, el proyecto de LOSU prev¨¦ eliminar el requisito de acreditaci¨®n para concursar a una plaza de profesorado ayudante doctor, pese a que esta evaluaci¨®n externa ha mostrado ser una herramienta eficaz para la mejora de la calidad del personal docente e investigador. Adem¨¢s, esta categor¨ªa de profesorado pasar¨ªa a tener un contrato de seis a?os que la universidad no podr¨ªa extinguir ni siquiera en el caso de un desempe?o manifiestamente deficiente.
En los concursos para profesorado asociado ¨Dcuya ¨²nica funci¨®n es docente¨D, el proyecto no garantiza un acto p¨²blico de presentaci¨®n y debate con las personas candidatas que permita contrastar su capacidad docente. Y, m¨¢s en general, el proyecto desregula incluso aspectos b¨¢sicos de los concursos de profesorado funcionario que garantizan que las personas que acceden a las plazas de profesorado sean capaces de planificar, organizar y dirigir la actividad docente e investigadora, y lo f¨ªa todo a una mayor¨ªa de profesorado externo en la composici¨®n de las comisiones que juzgan los concursos, mayor¨ªa cuyos resultados, desgraciadamente, ya conocemos de etapas anteriores. Esta desregulaci¨®n de los concursos, adem¨¢s, comportar¨¢ una diferenciaci¨®n entre universidades, diferenciaci¨®n que no solo puede acabar dificultando la movilidad del profesorado entre ellas, sino que adem¨¢s ¨Dy esto resulta m¨¢s inquietante¨D abre la senda de diferenciaci¨®n de un sistema universitario p¨²blico que hasta hoy se ha caracterizado por mantener unos altos est¨¢ndares m¨ªnimos comunes de calidad.
El proyecto elimina el l¨ªmite al n¨²mero de contratos de profesorado asociado
Por otra parte, al establecer como indefinidos los contratos de profesorado asociado, el proyecto mejora de manera dr¨¢stica la tasa de temporalidad, pero, simult¨¢neamente, elimina el l¨ªmite al n¨²mero de contratos de profesorado asociado, l¨ªmite que, con modificaciones, existe desde la creaci¨®n de esta figura de profesorado en 1984, a pesar de que la mayor¨ªa de universidades no lo ha respetado. Con ello, lamentablemente, el proyecto no cambia un ¨¢pice la composici¨®n de las plantillas y da carta de naturaleza a la muy alta dedicaci¨®n a tiempo parcial actual.
En cuanto a las universidades privadas, en el proyecto de LOSU desaparece el requisito de que el 60% de su profesorado doctor tenga que haber superado una acreditaci¨®n externa. De este modo, todos los requisitos m¨ªnimos de calidad del profesorado quedan relegados a un real decreto que fue modificado hace un a?o y que no prev¨¦ este requisito ni limita la dedicaci¨®n a tiempo parcial de la plantilla de profesorado de las universidades privadas.
Por ¨²ltimo, el proyecto de LOSU no presenta ninguna propuesta ante la creciente expansi¨®n de las universidades no presenciales, e incluso mantiene la figura del profesorado ¡°colaborador externo¡± que desarrolla funciones docentes ¡°a tiempo parcial, externamente, con plena independencia y autonom¨ªa organizativa, y con aportaci¨®n de los medios necesarios y de su experiencia t¨¦cnica y profesional¡±. El proyecto consagra, pues, la existencia de estos ¡°falsos aut¨®nomos¡±, con las consecuencias que ello tiene tanto en t¨¦rminos de precariedad laboral como en t¨¦rminos de dedicaci¨®n del profesorado y, en suma, de calidad de las plantillas.
En resumen, los datos indican claras debilidades de las plantillas de profesorado, tanto en las universidades p¨²blicas como en las privadas. El actual tr¨¢mite parlamentario del proyecto de la LOSU resulta muy oportuno para dise?ar el futuro de estas plantillas, tanto en lo que se refiere a su cantidad y configuraci¨®n, como en lo que ata?e a sus garant¨ªas de calidad. Pero en este aspecto el proyecto presenta grandes carencias, cuando no problemas. La sociedad entera deber¨ªa reclamar que se mejore, pues de ello depende no solo la formaci¨®n de las personas que estudian o estudiar¨¢n en el futuro en nuestras universidades, sino tambi¨¦n el bienestar de toda la ciudadan¨ªa y el avance de nuestra sociedad, a trav¨¦s del trabajo de las personas tituladas y de los desarrollos y las innovaciones derivadas de la investigaci¨®n y del conocimiento.
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