Edipo, la Esfinge y los ex¨¢menes de alto riesgo

Cuando Edipo se dispuso a entrar en Tebas, la terrible Esfinge le detiene y amenaza con matarle, a ¨¦l y a todos los habitantes de Tebas, si no es capaz de dar la respuesta correcta a la siguiente pregunta: ?qu¨¦ animal camina sobre cuatro patas por la ma?ana, sobre dos patas durante el d¨ªa, y sobre tres patas al caer la noche? Edipo adivin¨® la respuesta, porque se trataba en efecto de una adivinanza m¨¢s que de una pregunta de Saber y Ganar. Con ese acierto salv¨® a la ciudad de un monstruo que la ten¨ªa atemorizada, convirti¨¦ndose despu¨¦s en Rey. A la Esfinge no la venci¨® una memoria bien entrenada ni una brillante capacidad deductiva; no fue el esfuerzo de un pensamiento algor¨ªtmico, que aborda el problema paso a paso hasta hallar la soluci¨®n correcta, sino ese efecto eureka con el que se denomina a la intuici¨®n creativa propia de los seres humanos. Los acertijos en los que el jugador arriesga la vida si falla en la respuesta son un elemento com¨²n en las culturas mitol¨®gicas de todo el mundo. Esta universalidad en poner a prueba la mente humana asumiendo el mayor riesgo posible ¨Dla muerte¨D revela la enorme importancia que tiene la creatividad, incluso desde una perspectiva estrictamente evolutiva, no ya para progresar, sino incluso para sobrevivir. Lo que se presenta como un juego lleva aparejadas las consecuencias m¨¢s extremas: Rey si aciertas, cad¨¢ver si te equivocas.

Los ex¨¢menes competitivos para regular el acceso a la universidad o, m¨¢s adelante, para acceder a un cuerpo de funcionarios p¨²blicos, se conocen en ingl¨¦s como high stakes ¨Dlo que podr¨ªa traducirse por ¡°ex¨¢menes de alto riesgo¡± o ¡°con mucho en juego¡±¨D y tienen en com¨²n con el examen en que triunf¨® Edipo el mucho riesgo, pero se distinguen radicalmente de ¨¦ste por las habilidades y conocimientos necesarios para tener ¨¦xito. De poco le habr¨ªa servido a Edipo para pasar su prueba haber memorizado textos filos¨®ficos, y de menos a¨²n haber recurrido a los dioses a trav¨¦s del an¨¢lisis del vuelo de los p¨¢jaros. No obstante, seguro que haber disfrutado de buenos libros de poes¨ªa y experimentar con met¨¢foras y alegor¨ªas le habr¨ªa ayudado bastante. S¨®focles no nos aclara si fue eso lo que marc¨® la diferencia. En todo caso, el enigma propuesto por la Esfinge s¨®lo puede resolverse con lo que llamamos pensamiento lateral o pensamiento divergente, algo que no es posible encontrar premiado en ning¨²n examen de alto riesgo, ciertamente tampoco en nuestra Selectividad, y que de hecho va desapareciendo de la vida escolar a medida que se avanza desde la Primaria a la Secundaria Obligatoria, y m¨¢s a¨²n desde ¨¦sta al Bachillerato. No deja de ser llamativo que, hasta no hace mucho, s¨®lo se ha podido ejercitar con los llamados pasatiempos o con algunos juegos de mesa. Resolver jerogl¨ªficos, acertar adivinanzas, hacer asociaciones remotas, concebir usos alternativos de un objeto, descubrir soluciones alternativas a un mismo problema, son pasatiempos para gente ociosa o, como mucho, ejercicios para prevenir enfermedades degenerativas, pero desde luego no tendr¨ªan nada que ver con el aprendizaje serio.

Si el pensamiento lateral y la creatividad en general se fueron quedando fuera de los ex¨¢menes acad¨¦micos de riesgo, y con ello de lo que cuenta como ¡°buena educaci¨®n¡±, es cada vez m¨¢s frecuente ver la demanda de esas habilidades y capacidades en los procesos de selecci¨®n para empleos en el sector privado, y de modo especial en los sectores m¨¢s punteros y para los trabajos mejor remunerados. Tiene sentido pensar que el estilo Edipo, llam¨¦mosle as¨ª, resulta m¨¢s adaptativo, evolutivamente hablando, para el sector privado que para el p¨²blico, y de ah¨ª que los empleadores privados se fijen cada vez menos en los diplomas de los candidatos y cada vez m¨¢s en sus capacidades para resolver enigmas, jerogl¨ªficos y situaciones que parecen imposibles. De m¨¢s est¨¢ decir, sin embargo, que en el sector p¨²blico no hay escasez de enigmas aparentemente irresolubles, y que le convendr¨ªa igualmente disponer de personas que puedan pensar ¡°fuera de la caja¡±, seg¨²n la expresi¨®n importada del ingl¨¦s. Pero seguimos sin premiar en los ex¨¢menes acad¨¦micos ni en los procesos de selecci¨®n de funcionarios a quienes tienen las capacidades que demostr¨® Edipo en Tebas.

Con las ¨²ltimas aplicaciones de inteligencia artificial copando el pensamiento convergente y sacando dieces en todos los ex¨¢menes al uso, no va a haber m¨¢s remedio que plantearse cambiar el estatus acad¨¦mico del pensamiento lateral y comenzar a recuperarlo para la causa de la educaci¨®n escolar, d¨¢ndole entrada, aunque sea modesta, en la lista de lo que tiene valor y sentido aprender. Hay que poner ex¨¢menes que ChatGPT suspenda y que Edipo siga aprobando. No despreciemos el valor formativo del juego ni el pensamiento divergente. Con ellos nos venimos jugando la vida desde el principio de la evoluci¨®n. Nada m¨¢s serio que el juego creativo. En ¨¦l nos va la vida, de toda la vida.

Puedes seguir EL PA?S EDUCACI?N en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.