El gran agujero de las becas: el 60% de los ni?os m¨¢s pobres no las recibe, y el 13% de los m¨¢s ricos s¨ª

Las becas llegan a muchos menos alumnos desfavorecidos de lo que deber¨ªan hacerlo. Un informe publicado este martes por EsadeEcPol refleja que el 60% de los ni?os de los hogares m¨¢s pobres no las recibe mientras, al mismo tiempo, un 13% de las familias m¨¢s ricas s¨ª disfrutan de ellas.

El estudio, basado en la Encuesta del Gasto de los Hogares en Educaci¨®n y en la Encuesta de Presupuestos Familiares, ambas del INE y del curso 2019-2020, y en los datos que publica el Ministerio de Educaci¨®n, abarca todo tipo de ayudas educativas, desde las destinadas a subvencionar la compra de libros al transporte escolar, y divide a los estudiantes en cinco grupos seg¨²n la capacidad econ¨®mica de sus familias. La conclusi¨®n es que el sistema presenta cierto grado de progresividad ¡ªel porcentaje de ni?os becados aumenta a medida que los hogares son m¨¢s desfavorecidos¡ª, ¡°pero no lo suficiente¡±. En el escal¨®n m¨¢s bajo (el an¨¢lisis engloba desde infantil hasta bachillerato) reciben alg¨²n tipo de beca el 41,3% de ni?os y adolescentes. En el siguiente nivel, integrado tambi¨¦n por rentas relativamente bajas, el 30,4%. En el tercer grupo, intermedio, las recibe el 22%. En el cuarto, el 22,8%. Y en el de los hogares m¨¢s ricos, el 13,2%.

El hecho de que haya familias o individuos con derecho a recibir ayudas p¨²blicas que no lo hagan trasciende el terreno educativo. Y tampoco es un problema exclusivo de Espa?a, sino internacional (como han puesto de manifiesto diversos informes de la Comisi¨®n Europea). Entre los factores que lo explican figuran el hecho de desconocer la existencia de la ayuda, o no saber tramitarla, o tener miedo a ser estigmatizado como pobre. El estudio de EsadeEcPol menciona al respecto los ¨²ltimos datos difundidos por la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (Airef) sobre la cobertura del Ingreso M¨ªnimo Vital, que solo alcanza al 35,5% de los potenciales receptores, con un grado a¨²n m¨¢s bajo ¡°para el complemento de infancia, del 18,2%¡±. Solo en las ayudas al comedor escolar, Save the Children y la ONG Educo estiman que m¨¢s de un mill¨®n de alumnos que, por renta, deber¨ªan percibirlas no lo hacen.

Los autores de la investigaci¨®n, Luc¨ªa Cobreros y ?ngel Mart¨ªnez, admiten ciertas limitaciones del estudio. Por ejemplo, la forma en que el INE interroga a las familias encuestadas hace posible que unas consideren que hacer uso del banco de libros del centro educativo al que asisten sus hijos ¨Dque ya existen, con desarrollos distintos, en una decena de territorios¨D equivale a recibir una beca, y otras no lo crean.

La mayor dificultad a la hora de estudiar el sistema de becas proviene del hecho de que, aparte de las ayudas del Ministerio de Educaci¨®n ¨Dque entre todas las etapas educativas, incluyendo a la universitaria, han aumentado un 68% en los ¨²ltimos seis a?os, pasando de 1.493 millones de euros a 2.520 millones¨D, conviven las de las 17 comunidades aut¨®nomas. Y al empezar a analizarlas, ¡°lo primero que se vuelve evidente es la enorme dificultad para obtener informaci¨®n f¨¢cilmente interpretable y comparable¡±. Una parte significativa de las ayudas en ciertos territorios ¡°no siempre tienen car¨¢cter de beca o ayuda, de forma que se recogen en estad¨ªsticas diferenciadas y no permiten capturar, en un solo indicador homog¨¦neo y preciso, el porcentaje de alumnado que recibe alguna ayuda por comunidad y etapa educativa¡±.

Ello hace que deban tomarse con cuidado los resultados por comunidades aut¨®nomas que ofrece el informe. Por un lado, en la columna de estudiantes con alguna beca (para el curso 2021-2022) destacan los casos de Canarias (con una cobertura del 55%), Castilla-La Mancha (33,7%) y Castilla y Le¨®n (32,8%). A continuaci¨®n, para intentar dar una fotograf¨ªa m¨¢s precisa, los autores incluyen otra columna que abarca el porcentaje de alumnado con financiaci¨®n de libros distinta de la beca para el mismo curso; en este caso sobresalen Cantabria (98,1%), Andaluc¨ªa (96%) y la Comunidad Valenciana (82,9%). Los autores piden tomar especialmente con cautela los datos de Navarra (en el que apenas un 2,3% del alumnado figura como becado), que en su opini¨®n ¡°muestra la dificultad de extraer resultados concluyentes sobre los estudiantes que reciben cualquier tipo de becas o ayudas con fines educativos¡±, bas¨¢ndose en los datos p¨²blicos que ofrece el Ministerio de Educaci¨®n.

Dar las ayudas de oficio

La investigaci¨®n, titulada Radiograf¨ªa del gasto de las familias en material escolar y las becas que ayudan a compensarlo, incluye una parte dedicada a cu¨¢nto cuesta la vuelta al colegio de los ni?os, con conclusiones parecidas a las que EL PA?S public¨® el 1 de septiembre con datos proporcionados por ?ngel Mart¨ªnez. Los importes medios resultantes, basados en una fusi¨®n de las dos encuestas del INE mencionadas, y con precios actualizados con el IPC, resultan sensiblemente inferiores a los que han difundido en septiembre empresas y otro tipo de entidades como la OCU. Y son los siguientes: primer ciclo de infantil, 100 euros; segundo ciclo de infantil, 210; primaria, 328; ESO, 398, y bachillerato, 474. Por territorios, el gasto es sensiblemente mayor (un 55%) en Madrid que en Andaluc¨ªa. Los autores lo atribuyen especialmente al ahorro en libros de texto que supone el modelo de banco de libros andaluz (si bien en Madrid un sistema parecido ha crecido r¨¢pidamente en los ¨²ltimos a?os, por lo que, si el estudio se realizara con datos actuales, en vez de con los de la Encuesta del Gasto de los Hogares en Educaci¨®n del curso 2019-2020, la ¨²ltima disponible, podr¨ªa mostrar una diferencia inferior).

El informe de Esade propone varias medidas para mejorar el sistema de ayudas p¨²blicas al estudio, entre las que figura la generalizaci¨®n del sistema de pr¨¦stamo de libros en centros p¨²blicos y concertados, que, si bien implica un ¡°desembolso inicial relativamente elevado para las administraciones, el coste de mantenimiento se reduce en los a?os sucesivos¡±. Dicho modelo, en su versi¨®n andaluza o valenciana, contiene un elemento de progresividad, al dejar fuera al alumnado de los centros privados, a los que suelen asistir los estudiantes de familias con mayores rentas. Y, al reciclar los manuales y exigir que los chavales los cuiden durante el curso, favorece su ¡°sensibilizaci¨®n ambiental¡±. Los autores tambi¨¦n proponen que las ayudas educativas se dirijan con m¨¢s intensidad al alumnado de familias con menos renta, concedi¨¦ndoselas de oficio, y que sean, por ejemplo, autom¨¢ticas para los hijos de los receptores del Ingreso Vital M¨ªnimo. Y plantean que, para evitar que los diferentes requisitos establecidos por las comunidades dejen fuera a una parte del alumnado vulnerable, se establezca (como en el caso del IMV), ¡°unos umbrales y cuant¨ªas m¨ªnimas comunes para toda Espa?a que cada territorio pudiera incrementar.

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