Las becas de comedor dejan fuera a m¨¢s de un mill¨®n de alumnos que las necesitan
Un informe de Save the Children evidencia fuertes diferencias entre comunidades y recuerda que la UE exige que se garanticen estas ayudas a toda la infancia en riesgo de pobreza
A Carola Riera, madre de familia monoparental, le dar¨ªa ¡°una paz interna total¡± que su hija de 11 a?os, Eitana, tuviera una beca ¨ªntegra de comedor. Ahora, paga 20 euros al mes para que la ni?a pueda comer en la escuela. ¡°Puede parecer poco dinero, pero cuando cobras 636 y pagas un alquiler de 390 no lo es. Con esos 20 euros podr¨ªa hacerle bocadillos para el recreo¡±, dice desde la Comunidad Valenciana. Sin embargo, Espa?a est¨¢ lejos de cumplir la Garant¨ªa Infantil Europea, aprobada en junio de 2021, que exige garantizar comedor escolar gratuito a toda la infancia en riesgo de pobreza. Mientras el 27,4% de los menores de 18 a?os se encuentra en esta situaci¨®n, las ayudas para asistir al comedor escolar alcanzan solo al 11,2% del alumnado de infantil, primaria y ESO, seg¨²n el informe de Save the Children publicado este martes bajo el t¨ªtulo Garantizar comedor escolar sano y gratuito a toda la infancia en riesgo de pobreza. El trabajo concluye que m¨¢s un mill¨®n de ni?as y ni?os sin recursos carecen de beca comedor. En ninguna comunidad aut¨®noma, salvo en el Pa¨ªs Vasco, las ayudas alcanzan a cubrir al alumnado en riesgo de pobreza.
?lvaro Ferrer, especialista de educaci¨®n en Save the Children, reflexiona: ¡°Proporcionar alimentaci¨®n saludable a trav¨¦s del comedor escolar es una medida eficaz y eficiente que mejora la nutrici¨®n y la salud de ni?os, ni?as y adolescentes, y tiene efectos positivos sobre su ¨¦xito educativo. Adem¨¢s, permite una protecci¨®n social, en tanto que proporciona mayor estabilidad econ¨®mica, y repercute en la econom¨ªa local, siempre que estos comedores compren productos de proximidad¡±. Y Espa?a tiene un problema de obesidad y sobrepeso infantil, asegura Ferrer. Seg¨²n otro informe de la propia organizaci¨®n, Adi¨®s a la dieta Mediterr¨¢nea, publicado el pasado abril, casi un 28,1% de los menores de 18 a?os tendr¨ªan exceso de peso, en uno de los pa¨ªses de Europa donde menos fruta y verdura consumen los m¨¢s peque?os y en el que los problemas de acceso a una alimentaci¨®n equilibrada se han duplicado con la pandemia.
Este problema afecta particularmente a quienes crecen en familias con menor renta, sostiene Ferrer. ¡°Si los ni?os y ni?as de bajos recursos no van al comedor escolar, lo m¨¢s probable es que se alimenten mal en sus casas por la dificultad econ¨®mica de sus familias de comprar alimentos de calidad, por la falta de conciliaci¨®n, por nivel cultural, etc¨¦tera¡±, se?ala el experto. En palabras de Ferrer, el comedor escolar es un ¡°aliado¡± para luchar contra la pobreza y, por tanto, contra el problema del exceso de peso infantil: ¡°Suponen para los hijos e hijas de las familias m¨¢s empobrecidas la ¨²nica posibilidad de recibir una dieta equilibrada y saludable¡±.
Desigualdad territorial
¡°Yo trabajo. Soy ayudante de cocina. Gano 636 euros al mes, pero pago un alquiler de 390. De luz, pago 70. De agua, 80. Por m¨¢s que yo ande a oscuras o me ba?e poco, solo en el alquiler se me va la mitad de la n¨®mina. Miran lo que yo gano, pero no miran ni las deducciones ni los pagos. S¨¦ que soy privilegiada, porque tengo un techo, pero no tengo para nada m¨¢s. No se puede vivir con 236€. Como mucho, se puede sobrevivir¡±, se?ala Carola Riera, que ya habl¨® con EL PA?S hace un a?o. Entonces, su situaci¨®n econ¨®mica era ¡°bien cr¨ªtica¡±, en sus palabras. Ahora, su temor sigue siendo el mismo: que su hija abra la nevera y vea que no hay nada. ¡°Como tengo un peque?o empleo, no me dan la ayuda completa. Me dan una beca parcial que solo cubre una parte¡±, lamenta.
En este sentido, Ferrer, de Save the Children, explica que en cuanto a las ayudas para acceder a una alimentaci¨®n equilibrada, las diferencias entre comunidades aut¨®nomas son abismales: ¡°A la hora de poder hacer al menos una comida saludable al d¨ªa, no es lo mismo nacer en Euskadi que en Murcia o Ceuta¡±. Porque cada una establece los requisitos y procedimientos para acceder a ayudas o bonificaciones del comedor escolar y sus cuant¨ªas, dando lugar a grandes diferencias. Solo el 2% de los escolares de Murcia y Melilla acceden a esta beca; en Madrid es el 9% y en Canarias, el 25%. Salvo en el Pa¨ªs Vasco, en ninguna comunidad las ayudas alcanzan a cubrir a todo el alumnado que est¨¢ en riesgo de pobreza, asegura Save the Children. Esta desigualdad se debe a que, al haber renunciado el Ministerio de Educaci¨®n a regularlo para todo el pa¨ªs, cada autonom¨ªa decide qu¨¦ requisitos valora para que las familias accedan a las becas comedor, cuyo plazo para solicitarlas comienza en muchas regiones el pr¨®ximo mes de junio. En algunas, la renta no asegura obtenerla.
En todas las comunidades, estar por debajo de un cierto nivel de ingresos en la unidad familiar es el principal requisito para acceder a ayudas o bonificaciones del comedor escolar, aunque no es el ¨²nico. Pero, en general, los niveles de renta familiar establecidos para acceder a la ayuda m¨¢xima est¨¢n por debajo del umbral de la pobreza. Solo en el Pa¨ªs Vasco, Ceuta, Melilla, Galicia y Extremadura lo superan. Por otro lado, esa ayuda m¨¢xima no implica la gratuidad del servicio en cinco comunidades aut¨®nomas (La Rioja, Cantabria, Baleares, Madrid y Navarra). Por tanto, familias en situaci¨®n de riesgo de pobreza becadas siguen teniendo que pagar una parte del precio del comedor escolar. Adem¨¢s, hay requisitos extremadamente duros. Por ejemplo, en Canarias la gratuidad se concede a familias de cuatro miembros con ingresos por debajo de 554 euros al mes; en Murcia, son 616 euros.
La educaci¨®n secundaria apenas cuenta con comedores escolares
A pesar de que hay m¨¢s alumnado en situaci¨®n desfavorecida en la red educativa p¨²blica, son m¨¢s los estudiantes que acuden al comedor escolar en centros concertados y privados. Esto se debe, por una parte, a una cuesti¨®n econ¨®mica, ya que las ayudas son insuficientes, los niveles de renta establecidos para acceder est¨¢n por debajo del umbral de la pobreza y, aun cumpliendo los requisitos, no est¨¢ garantizado el acceso. Tambi¨¦n se debe a que no existe servicio de comedor escolar en muchos centros educativos. Carmela del Moral, responsable de pol¨ªticas de infancia de Save the Children, apunta: ¡°Nos preocupa la escasez de comedores escolares en colegios de Melilla, Ceuta, Extremadura y Castilla-La Mancha¡±.
Aunque uno de cada diez colegios p¨²blicos no ofrece comedor escolar, la mayor diferencia se observa en la educaci¨®n secundaria. Solamente uno de cada 10 institutos de secundaria p¨²blicos tiene servicio de comedor, mientras nueve de cada 10 centros privados con ESO cuentan con uno. Solo el Pa¨ªs Vasco y Galicia lo ofrecen en los institutos, mientras que en el resto estos servicios son casi inexistentes. Siete regiones ¡ªMurcia, Melilla, Ceuta, Arag¨®n, Extremadura, La Rioja y Castilla-La Mancha¡ª solo disponen de beca comedor si el alumnado de secundaria es usuario de transporte por estar escolarizado en otro municipio o participa en alg¨²n programa extraescolar.
¡°La buena noticia es que con los fondos europeos estructurales, que se est¨¢n decidiendo ahora, nuestro pa¨ªs tiene la oportunidad de que ning¨²n ni?o o ni?a que lo necesite se quede sin esa comida saludable, ya sea priorizando la financiaci¨®n del comedor escolar o con la construcci¨®n de comedores y cocinas en institutos de secundaria p¨²blicos¡±, celebra del Moral. En su informe, Save the Children reclama al Ministerio de Educaci¨®n y las consejer¨ªas de Educaci¨®n de las comunidades ¡ªque son las responsables de las becas comedor¡ª que establezcan un umbral de pobreza com¨²n en todo el pa¨ªs para acceder a las ayudas de comedor escolar y, tambi¨¦n, que aseguren una plaza de comedor escolar gratuita a cada ni?a y ni?o en situaci¨®n de riesgo de pobreza. ¡°El comedor escolar es menos estigmatizante que el reparto de alimentos y da pie a una intervenci¨®n integral de acompa?amiento socioeducativo a la infancia en riesgo de exclusi¨®n¡±, concluye del Moral.
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