Juan Manuel Escudero, pedagogo: ¡°Nadie sabe c¨®mo se est¨¢ ense?ando en Espa?a, vamos a ciegas¡±
El catedr¨¢tico, referente en investigaci¨®n escolar, afirma que el pa¨ªs se ha dedicado a aprobar leyes educativas y ha desatendido lo que realmente podr¨ªa mejorar la ense?anza
Juan Manuel Escudero naci¨® hace 76 a?os en un peque?o pueblo de C¨¢ceres, Campillo de Deleitosa. Sus padres, agricultores, tuvieron que emigrar a Francia. ?l se qued¨® estudiando en un seminario, se gradu¨® en Educaci¨®n en Salamanca, trabaj¨® de profesor de instituto y despu¨¦s de universidad en Valencia, Santiago de Compostela y Murcia. Fue decano, miembro del Consejo Escolar del Estado, ocup¨® puestos en la administraci¨®n educativa, y est¨¢ considerado uno de los principales pedagogos espa?oles. Sus investigaciones han partido siempre del convencimiento de que ¡°la educaci¨®n y la escuela p¨²blica constituyen una herramienta fundamental para construir una sociedad democr¨¢tica¡±. Responde por tel¨¦fono a las preguntas desde su casa en Murcia, donde es catedr¨¢tico em¨¦rito de Did¨¢ctica y Organizaci¨®n Escolar.
Pregunta. Afirma usted que Espa?a gasta todas las energ¨ªas en reformar las leyes de educaci¨®n y llega sin fuerza al momento clave. ?Qu¨¦ momento es ese?
Respuesta. A partir de los a?os ochenta, cuando llega al poder el partido socialista, se toma conciencia de que hay que cambiar el sistema educativo, que es una de las partes cruciales para que el pa¨ªs se desarrolle social, pol¨ªtica y democr¨¢ticamente. Y ah¨ª se inicia un proceso de reformismo muy importante, hasta el punto de que yo creo que ha sido excesivo. Por las legislaciones y dise?os oficiales han circulado, sobre todo a partir de los a?os noventa, los mejores planteamientos educativos, en relaci¨®n con la ense?anza y el aprendizaje, el profesorado, los proyectos y la autonom¨ªa de los centros. Creo que ha sido un movimiento interesante. Pero me da la impresi¨®n de que se ha producido una fractura en dos aspectos muy importantes.
P. ?Cu¨¢les?
R. Uno es la enorme polarizaci¨®n ideol¨®gica que se ha producido en torno a la educaci¨®n, de modo que hemos asistido a un periodo de reformas y contrarreformas, contrarreformas de las reformas¡, como si fuese el famoso teje y desteje de Pen¨¦lope. Ha sido y sigue siendo muy pernicioso, y termina trasladando una confrontaci¨®n pedag¨®gica y profesional a los propios centros. El reformismo espa?ol se ha dejado la mejor parte de sus intenciones y prop¨®sitos b¨¢sicamente en el tintero y en la gatera. Hemos depositado la mayor parte de las energ¨ªas en reformar y cambiar la educaci¨®n en legislaciones educativas que, aun siendo en principio interesantes, han perdido muchas de sus potencialidades.
P. ?Por qu¨¦?
R. Porque se han desatendido las condiciones necesarias para que los profesores y los centros no se den de bruces con jergas que pretenden decir muchas cosas, pero que para ellos no significan nada, o piensan que solo les van a burocratizar. Hay pa¨ªses que hace tiempo se dieron cuenta de que las reformas como dise?o, casi no cambian nada. Lo que cambia y transforma la educaci¨®n de un pa¨ªs es todo lo que tiene que ver con procesos m¨¢s intermedios entre las reformas y la pr¨¢ctica, que ata?en a los actores educativos m¨¢s relevantes y que est¨¢n m¨¢s directamente pr¨®ximos al d¨ªa a d¨ªa, y que son los docentes, son equipos directivos, son comunidades educativas, son estudiantes, son familias¡. Ese es el entorno y la serie de procesos que tienen que moverse para que los cambios en educaci¨®n nos lleven a alguna parte.
P. ?Qu¨¦ cambios son necesarios en torno al profesorado?
R. Uno de nuestros grandes descuidos ha sido no considerar suficientemente la importancia de la profesi¨®n docente, y de atraer a ella a los chicos y las chicas con m¨¢s capacidades, como han hecho pa¨ªses que nos llevan la delantera. Deber¨ªamos haber cuidado sobremanera la etapa de formaci¨®n y preparaci¨®n inicial, los contenidos y las metodolog¨ªas de la formaci¨®n del profesorado. Y ello deber¨ªa haber llevado consigo mucha m¨¢s atenci¨®n de la que se le dio, que fue por desgracia escasa, a quienes eran los formadores de los futuros formadores.
P. ?A los profesores universitarios de las carreras de Educaci¨®n?
R. Totalmente, antes y ahora. Uno de los ¨²ltimos cambios fue elevar a la categor¨ªa de m¨¢ster la formaci¨®n del profesorado de secundaria, y estuvo bien. Pero si haces un dise?o, siempre mejorable pero razonablemente aceptable, y lo pones en manos del ¨²ltimo profesor asociado o del ¨²ltimo profesor disponible del ¨¢rea, que lo utiliza exclusivamente para rellenar horario, sin la m¨¢s m¨ªnima conciencia de lo que significa ser profesor de secundaria, sin el m¨¢s m¨ªnimo conocimiento de los centros de secundaria, etc¨¦tera, lo que sale es un aut¨¦ntico churro. Y algo parecido sucede con las pr¨¢cticas.
P. ?En qu¨¦ sentido?
R. Hace muchos a?os que se vienen realizando el pr¨¢cticum en los centros educativos. Pero como el n¨²mero de alumnos en las facultades es absolutamente inmanejable, m¨¢s all¨¢ de conseguir que los colegios y los centros de secundaria consientan en que vayan los estudiantes a hacer pr¨¢cticas, se descuida lo m¨¢s importante, que tiene que ver con el tipo de pr¨¢cticas que hacen, qui¨¦nes son los tutores, qu¨¦ tipo de relaciones tienen la oportunidad de ver y experimentar dentro de los centros¡ Nuestro sistema de selecci¨®n del profesorado mediante oposiciones est¨¢, adem¨¢s, a a?os luz de lo que ser¨ªa deseable. Y tenemos muy desatendida la formaci¨®n continuada del profesorado.
P. ?Por qu¨¦ le parece tan floja?
R. Se basa en gran medida en cursillos, cuando, como se sabe en otros pa¨ªses, para que la formaci¨®n y preparaci¨®n del profesorado tenga verdadero sentido tiene que discurrir lo m¨¢s cercana posible a la pr¨¢ctica del d¨ªa a d¨ªa. Utilizando recursos formativos que provengan del conocimiento pedag¨®gico m¨¢s desarrollado y con apoyos desde fuera, pero situado en el entorno de la pr¨¢ctica. No esperando a que el experto de turno te d¨¦ cuatro recetas para que las apliques, sino que sea el propio profesorado en los centros, reuni¨¦ndose con sus compa?eros, mediante la observaci¨®n, y compartiendo sus experiencias quienes vean cu¨¢les son los problemas y los aciertos de la pr¨¢ctica, y puedan irse enriqueciendo y creciendo como profesores y como centros en el d¨ªa a d¨ªa. Hay pa¨ªses donde los docentes dedican 15 horas a la semana a hacerlo.
P. ?Es un obst¨¢culo al respecto que en Espa?a se den muchas m¨¢s horas de clase que en la media de la UE?
R. S¨ª, es un problema material. Pero lo que creo que todav¨ªa no ha calado en nuestro pa¨ªs, y en otros contextos est¨¢ firmemente asentado, es que al centro educativo un docente no solo va a ense?ar, sino que tambi¨¦n deber¨ªa ir a aprender, lo cual significa que yo tengo que participar y que me tienen que facilitar las condiciones para ello.
P. Usted advierte que las decisiones educativas se toman a ciegas.
R. No tenemos un sistema de seguimiento m¨ªnimamente capaz de hacer un diagn¨®stico de c¨®mo est¨¢n las cosas. No conocemos el funcionamiento del profesorado, ni de los centros. No conocemos por dentro el sistema educativo. Y como no lo conocemos, la mayor parte de las reformas van a ciegas, o est¨¢n condicionadas solo por presupuestos partidarios. Que yo conozca, no hay nadie en el pa¨ªs, ni en el ministerio ni en grupos de investigaci¨®n que sepa y est¨¦ en condiciones de decir, con fundamentos emp¨ªricos, qu¨¦ matem¨¢ticas se est¨¢n ense?ando en la ESO y c¨®mo se est¨¢n ense?ando, o qu¨¦ lengua, qu¨¦ sociales, qu¨¦ m¨²sica¡ Nunca hemos tenido la sensibilidad de decir: en lugar de reformar tanto por decretos y dise?os, ?por qu¨¦ no prestamos alguna atenci¨®n, a saber, diagnosticar y valorar qu¨¦ es lo que est¨¢ pasando dentro del sistema educativo?
Puedes seguir EL PA?S EDUCACI?N en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Sobre la firma
M¨¢s informaci¨®n
Archivado En
- Educaci¨®n
- Sociedad
- Reformas educacion
- Juan Manuel Escudero
- Estudiantes
- Ni?os
- Profesorado
- Adolescencia
- J¨®venes
- Educaci¨®n infantil
- Educaci¨®n primaria
- Educaci¨®n secundaria
- ESO
- Sistema educativo
- Pol¨ªtica educativa
- Centros educativos
- Colegios
- Institutos
- Ense?anza p¨²blica
- Democracia
- Lomloe
- Innovaci¨®n educativa
- Innovaci¨®n
- Universidad
- Magisterio