El crimen del santero y el loro de piedra

La Audiencia de Barcelona ha condenado a 17 a?os de prisi¨®n al santero cubano Carlos Oswaldo Bello N¨²?ez y al marinero Marcos Antonio Carrillo L¨®pez por el asesinato del joven Francisco Javier Galera Moreno en Pineda de Mar (Barcelona), cometido en mayo de 2006. Los magistrados consideran que ambos condenados golpearon en la cabeza a la v¨ªctima con una estatua de un loro de piedra, que ten¨ªa un peso superior a los 15 kilos. El impacto le ocasion¨® a Galera lesiones cerebrales irreversibles que le causaron la muerte.

En el juicio, los acusados se incriminaron mutuamente en el asesinato, cometido entre el 14 y el 16 de mayo de 2006 en una tienda de esoterismo. Ambos se enredaron en unas oscuras y contradictorias declaraciones que dibujaron ante el tribunal una rocambolesca trama de sexo, brujer¨ªa, violencia y tr¨¢fico de drogas a medio camino entre la telenovela y un best-seller de conspiraciones m¨¢gicas.

Durante el juicio, Marcos dijo que ¨¦l no hab¨ªa matado a la v¨ªctima pero que tampoco sab¨ªa si lo hab¨ªa hecho el santero. El marinero explic¨® que Carlos le ten¨ªa "esclavizado" y "envuelto en esp¨ªritus" y que lo hab¨ªa amenazado de muerte a ¨¦l y a su familia. Tambi¨¦n asegur¨® que a menudo abusaba sexualmente de ¨¦l, algo que el otro acusado neg¨® asegurando que la relaci¨®n era consentida.

Por su parte Carlos se exculp¨® y explic¨® que Marcos le hab¨ªa confesado que hab¨ªa matado a la v¨ªctima, con quien se hab¨ªa peleado.

Seg¨²n el santero, su relaci¨®n con el joven asesinado nunca fue bien vista por Marcos, quien seg¨²n ¨¦l sufr¨ªa de "terribles celos". Marcos dijo desconocer esta relaci¨®n entre los otros dos hombres. El domingo 14 de mayo de 2006 los tres cenaron en un restaurante y volvieron a dormir al local. El padre del muerto report¨® su desaparici¨®n cuatro d¨ªas despu¨¦s.

El tribunal tambi¨¦n llama la atenci¨®n sobre la "ins¨®lita pasividad" de la actuaci¨®n de un grupo de Mossos d'Esquadra que acudi¨® al local de esoterismo de Pineda de Mar alertados por el padre de la v¨ªctima ante la desaparici¨®n de su hijo y de donde la madre del marinero, Mar¨ªa L., consigui¨® sacar varias prendas manchadas de sangre sin que nadie se lo impidiera.