El d¨ªa a d¨ªa de la crisis
Iv¨¢n Fern¨¢ndez ha cambiado la obra por las pistas de tenis. Yara Blasco, soci¨®loga, busca trabajo. Sergio Cadierno ha empezado a coger el taxi de su padre por las noches. As¨ª es la jornada de tres j¨®venes que capean el temporal como pueden
Cuando Iv¨¢n Fern¨¢ndez (27) vio que la crisis se llevaba por delante su empresa de fontaner¨ªa, pens¨®: "?Qu¨¦ es lo que mejor hago ahora?". La respuesta reson¨® en su cabeza con el eco de un raquetazo y le llev¨® a hacer de su afici¨®n por el tenis una salida profesional. Se sac¨® los t¨ªtulos necesarios para dar clases y ahora explica que reparte su tiempo entre las "reformillas" que hace por las ma?ana -ha pasado de tener una empresa con 30 trabajadores a ser ¨¦l quien se mancha las manos en la obra- y las clases de tenis que da por las tardes. No pierde el buen humor al contar que, con el cambio, ha tenido que dejarse de "caprichos" y reconoce la buena suerte de haber terminado de pagar cosas como el coche cuando la empresa a¨²n iba bien. Ahora, dice vivir "al d¨ªa".
La crisis tambi¨¦n golpea con dureza a los universitarios y ha hecho que encontrar empleo se haya convertido en una posibilidad m¨¢s lejana para Yara Blasco (26), que se licenci¨® en Sociolog¨ªa hace a?o y medio. "Hace un par de a?os presentarte a unas oposiciones parec¨ªa algo seguro; ahora, no s¨®lo se ha recortado el n¨²mero de plazas, sino que hay m¨¢s gente que se presenta. Y lo mismo ocurre con las becas y ayudas al estudio", reflexiona. Para ir tirando trabaja en un bar los fines de semana -y tambi¨¦n alguno entre semana- por 7,5 euros la hora. Sus d¨ªas discurren en una intensa actividad centrada en la b¨²squeda de empleo. Ahora le da vueltas a la posibilidad de colegiarse, ya que tal vez as¨ª pueda acceder "a alg¨²n contrato en pr¨¢cticas o bolsa de trabajo".
"No hay mal que 100 a?os dure"
Mientras busca empleo da clases de castellano a inmigrantes en un par de ONGs como voluntaria. De ello espera sacar, adem¨¢s de enriquecimiento personal, experiencia que la ayude a encontrar trabajo: "Me interesa el ¨¢mbito de la exclusi¨®n social, la inmigraci¨®n y el desarrollo, y estas ONG me acercan a esas ¨¢reas". A pesar de los pesares, Yara es optimista. "No hay mal que 100 a?os dure", dice con una sonrisa esperanzada.
Cada cual hace frente a la precariedad laboral jugando las cartas que le ha repartido la suerte lo mejor que puede. Sergio Cadierno (27) no pensaba que un d¨ªa se pondr¨ªa al volante del taxi de su padre, pero ah¨ª se sienta cada noche desde junio. La crisis dio al traste con la empresa de construcci¨®n en la que trabajaba y eso le hizo pasar un a?o en el paro, buscando trabajo. Al final, encontr¨® una soluci¨®n dentro de casa: "Como no sal¨ªa nada y mi padre ten¨ªa un taxi, vi la oportunidad de trabajar con ¨¦l mientras encontraba otra cosa. ?l lo conduce de d¨ªa y yo hago el turno de noche". Aunque es t¨¦cnico superior en desarrollo de aplicaciones inform¨¢ticas, no desde?a nada que le permita mejorar su situaci¨®n y siembra a diestro y siniestro su curr¨ªculo buscando trabajo "de lo que sea", asegura.
Ingenio, perseverancia o apoyo familiar. O todo junto. Estas son algunas de las armas con las que los j¨®venes tratan de esquivar el temporal que se lleva por delante los puestos de trabajo.
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