33 a?os entre ETA, condenas, c¨¢rceles y mesas de negociaci¨®n
Emergi¨® como estrella medi¨¢tica de la izquierda abertzale en 1997 tras el ingreso en prisi¨®n de los miembros de la Mesa Nacional de Herri Batasuna. Arnaldo Otegi (Elgoibar, 1958), un licenciado en Filosof¨ªa que llevaba dos a?os como diputado auton¨®mico vasco, pas¨® entonces a integrar la nueva direcci¨®n y se convirti¨® en portavoz en 1998. Siete a?os antes hab¨ªa salido de la c¨¢rcel por primera vez, condenado por su participaci¨®n, como miembro de ETA, en el secuestro en febrero de 1979 del director de la f¨¢brica Michel¨ªn en Vitoria, Luis Abaitua. El paso de Otegi por la banda terrorista, a la que se uni¨® con 19 a?os, dur¨® una d¨¦cada. Hab¨ªa entrado en la rama pol¨ªtico-militar en 1977 y, tras su disoluci¨®n en 1981, ingres¨® en la militar.
Francia, donde se escond¨ªa, le entreg¨® en 1987 a los jueces espa?oles. Fue la primera de una larga lista de citas con la justicia, la mayor parte de ellas relacionadas con su participaci¨®n en homenajes a etarras o con expresiones p¨²blicas de apoyo a ETA. El l¨ªder abertzale ha pasado tres periodos largos en la c¨¢rcel: el primero, de julio de 1987 a octubre de 1990; el segundo, de junio de 2007 a agosto de 2008 por participar en el homenaje al etarra Jos¨¦ Miguel Be?ar¨¢n, Argala; y el ¨²ltimo, que le mantiene a¨²n en prisi¨®n, comenz¨® en octubre de 2009, cuando ingres¨® acusado de haber tratado de reconstituir la ilegalizada Batasuna. No es el ¨²nico caso que tiene abierto en estos momentos. Fue condenado el pasado marzo a dos a?os de c¨¢rcel por haber participado en 2005 en el homenaje al preso de ETA Jos¨¦ Mar¨ªa Sagarduy -sentencia que a¨²n no es firme- y tiene otros dos procesos pendientes. Uno, por el mitin en el vel¨®dromo de Anoeta en 2004, tambi¨¦n por enaltecimiento del terrorismo, por el que le piden 18 meses de c¨¢rcel; y otro, el caso Batasuna, por el que la fiscal¨ªa solicita que se le impongan entre 10 y 15 a?os como dirigente de banda terrorista. Ha habido otras condenas aparte de las que le han llevado a la c¨¢rcel.
Otegi fue sentenciado en 2004 por participar en el homenaje a la etarra Olaia Castresana -aunque esta resoluci¨®n fue anulada por el Supremo, el juicio se repiti¨® y Otegi fue finalmente absuelto-. Se le conden¨® tambi¨¦n en 2005 a un a?o de c¨¢rcel por injurias graves al Rey, pena cuya ejecuci¨®n se suspendi¨®; y la justicia lo imput¨® por haberse reunido durante la tregua de 2006 con el lehendakari Juan Jos¨¦ Ibarretxe y con Patxi L¨®pez, pero la causa fue archivada. Sus problemas con la justicia no han impedido su implicaci¨®n en todas las mesas de negociaci¨®n que ha habido desde su entrada en pol¨ªtica y que han desembocado en dos treguas de ETA, la de 1998 y la de 2006. Buen conocedor de las interioridades de la banda terrorista, su papel fue clave en las conversaciones de HB con el PNV que llevaron a la Declaraci¨®n de Lizarra y al alto el fuego de 1998. Tras el fracaso de ese proceso Otegi no tard¨® en volver a sentarse a hablar. Esa vez fue de forma informal e improvisada, en el caser¨ªo de un amigo, en 2001. Su interlocutor fue el presidente del PSE, Jes¨²s Eguiguren. No era momento de treguas, pero las conversaciones entre Otegi y Eguiguren, prolongadas y ampliadas a otras personas a lo largo de los a?os, condujeron finalmente a la tregua de 2006 que ETA rompi¨® con el atentado de la T4 del aeropuerto de Barajas, en el que murieron dos personas. Otegi no lo conden¨®. El ahora renacido l¨ªder de la izquierda abertzale, de 52 a?os, nunca ha condenado la violencia de ETA. En la entrevista que se publica hoy dice por primera vez que "se opondr¨ªa" a un atentado de la banda.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.