Arquitectura inacabada acabada de Nieto y Sobejano
FOTOGRAF?AS: ROLAND HALBE
La idea es que el muro, en cuyo troquelado han colaborado los artistas Leopoldo Ferr¨¢n y Agustina Otero, desaparezca forrado de musgo o consumido por l¨ªquenes en invierno y reaparezca denudo en verano. Los arquitectos buscaban un muro vivo, imperfecto, una fachada din¨¢mica que se quiebre visualmente o se funda con la vegetaci¨®n del monte Urgull ¡°componiendo una met¨¢fora inesperada de la dif¨ªcil relaci¨®n que toda arquitectura establece con el tiempo¡±, cuentan.
La paradoja es que sea esa arquitectura inacabada la mejor manera de acabar un proyecto de ampliaci¨®n dif¨ªcil en el que Nieto y Sobejano trabajan desde hace cinco a?os para fundir arte y arquitectura. Ante la dificultad, los arquitectos se han crecido y, a pesar de ser una ampliaci¨®n, el proyecto es, con el futuro Centro de Creaci¨®n Contempor¨¢nea de C¨®rdoba, un inmueble de los que inauguran nueva etapa ¨Cmenos cartesiana y de gran frescura y soltura a la hora de proyectar- en el curr¨ªculum de sus autores. Y fue la decisi¨®n de no imponerse sino de ayudar a recoger el paisaje para relacionarlo con el edificio hist¨®rico y para organizar los recorridos lo que singulariza el dise?o.
As¨ª, otra paradoja de este espl¨¦ndido proyecto es la de conseguir convertir un muro de contenci¨®n en un edificio de aspecto ligero. No se trata s¨®lo de la membrana trabajada gr¨¢ficamente, son tambi¨¦n los quiebros y cambios de direcci¨®n del muro-edificio -los que permiten el acceso peatonal- y sus usos ¨Cel de la terraza cafeter¨ªa y el de las ¨¢reas de exposici¨®n al aire libre- los que convierten un muro escult¨®rico en un magn¨ªfico espacio p¨²blico. De este modo, una arquitectura voluntariamente inacabada se transforma en un proyecto respetuoso con el pasado, capaz de adelantarse al futuro y preparado para adaptarse al paso del tiempo.
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