Descanso despu¨¦s de la marcha
Los indignados acampan en el Paseo del Prado tras una calurosa acogida en la Puerta del Sol.- Cogen fuerzas para la manifestaci¨®n de domingo
Desde la plaza de Cibeles hasta Neptuno, el Paseo del Prado se convirti¨® anoche en el sitio elegido por los indignados para pasar la noche. Tras el ba?o de multitudes de la Puerta del Sol, donde miles de personas se dieron cita para poner fin a la marcha indignada que ha recorrido Espa?a en el ¨²ltimo mes, lleg¨® la hora de descansar. Al acabar el grito silencioso, iniciativa que naci¨® en la jornada de reflexi¨®n de las pasadas elecciones del 22 de mayo, la mayor¨ªa de los congregados en la plaza madrile?a cogieron sus b¨¢rtulos y se dirigieron hacia el Prado. Uno de los paseos m¨¢s emblem¨¢ticos de la capital, se llen¨® as¨ª de tiendas de campa?a en la que los participantes en el Movimiento 15-M pasaron la noche. Algunos indignados optaron por extender su esterilla en el paseo o en el c¨¦sped y pasar la noche a la intemperie, debido a la agradable temperatura. La jornada hab¨ªa sido muy larga, sobre todo para los que llegaron en las marchas, que hab¨ªan acumulado kil¨®metros de esfuerzo y cansancio, en algunos casos, desde hace un mes.
Despu¨¦s del grito mudo el escenario de la Puerta del Sol cambi¨® r¨¢pidamente, desde las doce de la noche hasta la una de la madrugada, los miles de indignados que confluyeron en el Kil¨®metro cero abandonaron la plaza tranquilamente. Los caminantes estaban agotados y necesitaban descansar. Algunos compa?eros de Madrid, unos cincuenta, ten¨ªan m¨¢s ganas de juerga y se quedaron en Sol para disfrutar de la plaza. Los vende latas hicieron de nuevo su agosto. Jes¨²s Marrone, de 33 a?os, se present¨® con el traje de tuno y ameniz¨® la velada con un par de canciones. Cervezas fresquitas y baratas; lo ideal para celebrar el ¨¦xito de la asamblea de la tarde. Decenas de j¨®venes se sentaban alrededor de las dos fuentes. Algunos incluso aprovecharon que estaban vac¨ªas para instalar all¨ª su morada. Unos cuantos cartones, el saco de dormir y una sudadera. Y en mitad de la plaza, un colch¨®n hinchable. Al lado, cuatro onubenses no paraban de re¨ªr. "?Qu¨¦ podemos hacer? ?Compartimos el colch¨®n? Pero, ?nos dejar¨¢n dormir aqu¨ª? A pesar de la paliza del viaje, los nervios y la emoci¨®n de estar en la plaza les provocaba una risa tonta que no pod¨ªan controlar.
La organizaci¨®n que ya caracteriza al Movimiento tambi¨¦n tuvo su reflejo en el paseo del Prado. En un punto de informaci¨®n, todos preguntaban por los ba?os o la zona de alimentaci¨®n, en la que se reparti¨® comida a una cola de gente que casi llegaba al Palacio de Cibeles, sede del Ayuntamiento. Tampoco falt¨® la enfermer¨ªa, que unos indignados de Avil¨¦s se encargaron de construir con pal¨¦s, paneles de yeso laminado, tubos de cart¨®n y cuerdas. "Hay gente que se quiere llevar madera para aislar las tiendas del suelo, pero son para la enfermer¨ªa", aseguraba quejoso uno de los encargados de levantar la peque?a construcci¨®n.
Aunque en un principio, el campamento parec¨ªa divido seg¨²n las diferentes partes de Espa?a desde las que hab¨ªan llegado los indignados, al final los m¨¢s rezagados montaron su tienda en cualquier lugar. Una indignada de Barcelona se dirigi¨® al punto de informaci¨®n con una queja que luego formularon m¨¢s integrantes del Movimiento: "Han cortado el agua y no podemos usarla; esto se tiene que saber", asegur¨® contrariada.
En Sol las tiendas de campa?a se pod¨ªan contar con los dedos de la mano. Y los que dorm¨ªan al raso tambi¨¦n. Una veintena de indignados pasaban la noche en la plaza de la revoluci¨®n. El resto eran j¨®venes ajenos al Movimiento. A las 2.30 de la madrugada, la comisi¨®n de respeto, integrada por 25 voluntarios, acababa de reunirse. Decidieron turnarse toda la noche en grupos de tres y supervisar la zona. "Ahora la gente bebe y se mete mierda. Cuando pasen unas horas seguro que tendremos alg¨²n problema", aseguraba uno de sus miembros. La comisi¨®n de Alimentaci¨®n repart¨ªa bocadillos y agua. Acci¨®n ten¨ªa el chiringuito cerrado. Informaci¨®n tambi¨¦n. Ten¨ªan que descansar porque hoy les espera un d¨ªa muy intenso: asambleas, manifestaciones, puntos de encuentro, etc. "A las diez tiene que estar todo recogido", asegur¨® Mar¨ªa, de 24 a?os, que lleg¨® de Andaluc¨ªa ayer. Tambi¨¦n comenzaron a hacer planes para despu¨¦s de la manifestaci¨®n de las seis y media. Los integrantes de la marcha norte planearon su regreso en autob¨²s desde el Parque del Oeste mientras que el punto de reuni¨®n para los miembros de la marcha sur para volver a sus respectivas ciudades, ser¨ªa el Parque del Retiro.
El reloj de la Puerta del Sol marca las cuatro de la madrugada. En el suelo de la plaza hay tiradas algunas pancartas. Luis, un estudiante de 25 a?os, las recoge. Se niega a dormir. "Hay que aguantar hasta el final".
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