La reconquista de Sol

Uno, silencio, dos, silencio, tres, cuatro. Sol se qued¨® sin voz y un hombre se emocion¨®, tambi¨¦n en silencio. Cinco, seis y sesenta segundos. Un sonoro aplauso puso fin al grito mudo y a los brazos silenciosos agit¨¢ndose en el aire. Madrid volv¨ªa a ser capital de los indignados.

Llegaron m¨¢s de los que se esperaban. Entraron como seis batallones por las puertas que confluyen en la Puerta del Sol e inundaron la plaza. Se sentaron en el suelo y empezaron una asamblea multitudinaria. Y como suele suceder cuando los indignados se juntan, la reuni¨®n se prolong¨® m¨¢s de la cuenta. El micr¨®fono pas¨® de mano en mano. Dio tantas vueltas que hasta le lleg¨® a un polic¨ªa: Javier Roca Sierra, y el agente dej¨® helado a m¨¢s de uno: "Yo y muchos de mis compa?eros tambi¨¦n somos indignados y os apoyamos".

Como si el mundo se hubiese parado hace dos meses la Puerta del Sol rebobin¨® ayer hasta los d¨ªas en los que los indignados ten¨ªan tomada la plaza. Lo hicieron como siempre, con sigilo al principio en forma de peque?as marchas desde todos los puntos de Espa?a, pero con toda la fuerza que arrastran miles de personas entrando a la vez en Sol, a la que llaman su "casa".

El silencio, a las 00.45, solo fue un punto y seguido, el colof¨®n a un d¨ªa largo. Ya hab¨ªan compartido en una asamblea las experiencias del camino y hab¨ªan vuelto a agitar las manos con los brazos en alto, el gesto que se convirti¨® en s¨ªmbolo aquellos d¨ªas que siguieron a la manifestaci¨®n del 15-M, origen del movimiento. Es solo el principio, dicen. Los indignados esperan que hoy la manifestaci¨®n, que han convocado para esta tarde a las seis y media de Atocha a Sol, sea masiva.

Tan multitudinaria, al menos, como fue la recepci¨®n de los caminantes. Los huecos que a¨²n hab¨ªa en la plaza a las ocho y media desaparecieron en unos instantes cuando las marchas entraron en Sol. No se conocen, pero los indignados se abrazaron. No se preguntan el nombre, ni el lugar de d¨®nde vienen. No importa. Todos est¨¢n en Madrid indignados. Y todos usan la misma f¨®rmula: "Que no nos representan".

Sol les esperaba desde que el d¨ªa 20 de junio sali¨® de Valencia la primera marcha que se puso en camino. La plaza amaneci¨® ayer un poco m¨¢s agitada que en las ¨²ltimas semanas, pero pocos imaginaban lo que se les ven¨ªa encima. Ten¨ªan por delante unas horas para volver a construir el campamento. Y lo hicieron, siempre bajo la atenta mirada de los comerciantes de la plaza, que temen que el fin de semana se prolongue. A simple vista, parece demasiada instalaci¨®n para un par de d¨ªas, pero con los indignados nunca se sabe. Desde luego ma?ana, como es puente, ya lo han sumado al fin de semana. As¨ª que qui¨¦n sabe qu¨¦ vendr¨¢ despu¨¦s.

Siempre rodeados de inc¨®gnitas, siempre escuetos en sus respuestas, desde que nacieron aquel 15-M, siempre han sido un misterio. La posibilidad de dormir en Sol se descart¨® enseguida por falta de espacio. Una portavoz inform¨® por el micr¨®fono de la nueva zona de acampada para pasar la noche: en el Paseo del Prado, entre Cibeles y Neptuno. Los indignados llevaban en Madrid unas horas y ya hab¨ªan ampliado sus dominios. La reconquista est¨¢ en marcha.

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