Im¨¢genes de la infancia, al otro lado del espanto
Dos conmovedores cortometrajes retratan aspectos de la vida cotidiana y la escolaridad de los ni?os y ni?as haitianos despu¨¦s del terremoto. Sus j¨®venes directores fueron convocados por UNICEF para ofrecer una mirada sobre la infancia en Hait¨ª, en particular, sobre las dificultades que enfrentan las principales v¨ªctimas de un sismo que dej¨® m¨¢s de 200 mil muertos y marcas indelebles de sufrimiento y dolor en el pa¨ªs m¨¢s injusto de las Am¨¦ricas.
Ni?os haitianos. Foto: UNICEF
El primero de los filmes es un desgarrador documental sobre la vida en un campamento de v¨ªctimas de la tragedia. La acci¨®n se desarrolla en Camp Pinchinat, donde viven m¨¢s de 5 mil personas en condiciones de miseria absoluta. Se trata de uno de los tantos espacios inmensos en las principales ciudades haitianas que tendr¨ªan car¨¢cter provisorio, pero que se han perpetuado y nada indica que desaparecer¨¢n en un futuro cercano. En este caso, un antiguo campo de f¨²tbol devenido en precario refugio, en el centro de Jacmel, una ciudad al Sur del pa¨ªs, donde las mujeres y los ni?os son su poblaci¨®n mayoritaria. Las condiciones de abandono y penuria que vive la poblaci¨®n de estos campamentos son retratadas en el testimonio de una anciana que ha sufridos graves lesiones durante el terremoto y subsiste dando masajes o pidiendo limosnas en un mercado. Vive con los seis miembros de su familia y con dos ni?os que ha adoptado despu¨¦s que sus padres murieran en la tragedia. ¡°Estoy resignada a sufrir con ellos¡±, dice, mientras se le quiebra la voz.
La anciana viste a uno de sus ni?os y describe c¨®mo consigui¨® el uniforme escolar (la camisa se la dieron unas personas que le deb¨ªan alg¨²n favor y el pantal¨®n lo compr¨® por 100 gourdes, algo menos de 2 euros). ¡°Enviar a los ni?os a la escuela, cuesta dinero. El poco que tengo se lo doy a los ni?os para los ¨²tiles escolares. Cuando no tengo dinero, la se?ora [de la escuela] se burla de mi y dice que me busque un marido. Me hacen llorar. Cuando tengo alg¨²n dinero lo guardo y lo oculto, as¨ª puedo pagar la escuela¡ Necesito que mis ni?os tengan educaci¨®n¡ Voy a cuidar de mis ni?os hasta que muera¡±, dice y se aleja apoyada en sus muletas, llena de dignidad.
La Boussole (La Br¨²jula), dirigido por Pierre Lucson Bellegarde es un filme sensible, doloroso, sin otra denuncia que la verdad expuesta tal como es: en el pa¨ªs m¨¢s pobre y miserable de Am¨¦rica, la educaci¨®n es un privilegio de los que pueden pagar por ella. Como se?al¨¢bamos en Hait¨ª: nuestro espejo, nuestra verg¨¹enza, m¨¢s del 80% de las escuelas haitianas son privadas.
La Br¨²jula, de Pierre Lucson Bellegarde
En el otro cortometraje, Un retarde ¨¤ l?¨¦cole (Tarde para la escuela), de Ebby Angel Louis, la madre prepara su peque?a ni?a para ir a la escuela mientras le reclama al padre que ya deben salir porque est¨¢n atrasados. ?l responde que necesita terminar de arreglar su carretilla ya que con ella se gana la vida y el dinero para pagar las cuotas de la escuela. Cuando salen, Perlina, la peque?a, corre entusiasmada, aunque pronto tropieza y llora desconsolada. Su padre la sienta en la carretilla y la lleva, a paso veloz, hacia la escuela.
Un retarde ¨¤ l¡¯¨¦cole es un filme desbordante de dulzura. Una mini road movie por la que desfilan sutilmente las grandes cuestiones de la educaci¨®n haitiana. La belleza de la obra y el amor que contagian ese padre y su peque?a hija son un canto de esperanza que ilumina el futuro de Hait¨ª.
Tarde para la escuela, de Ebby Angel Louis
La iniciativa de UNICEF al promover la producci¨®n de estos dos grandes cortometrajes debe ser destacada. La propuesta, que se complementa con otras dos realizaciones (Un refugio en el jard¨ªn de mis padres, de Macdala Prevot; y, La extraviada, de Michell Marrion), ayuda a aproximarnos a la realidad de un pa¨ªs arrasado, pero lleno de esperanza y persistentes utop¨ªas. El futuro de Hait¨ª avanza sobre los escombros, lento y tambaleante, como la carretilla que carga a Perlina, fr¨¢gil, aunque firme en los brazos de su padre.
En otro bello e intenso documental sobre Camp Pinchinat, Maswife, del que tambi¨¦n participa el director Pierre Lucson Bellegarde, Jouvens, un ni?o de 12 a?os declara con voz abatida: ¡°Dicen que el fin del mundo est¨¢ llegando, pero este es el fin del mundo. El fin del mundo es aqu¨ª¡±.
Los filmes promovidos por UNICEF transitan por el delicado equilibro entre la denuncia de una realidad cuya crueldad parece no tener l¨ªmites y el grito de esperanza que nos interpela a movilizarnos para que Hait¨ª renazca del abandono al que ha sido condenado. Para que nunca m¨¢s, un ni?o de 12 a?os, sea obligado a dejar de so?ar con un futuro de justicia e igualdad.
(Desde R¨ªo de Janeiro)
Apoyemos y promovamos la producci¨®n cinematogr¨¢fica de la ¨²nica escuela de cine de Hait¨ª: CIN? INSTITUTE. La escuela realiza un trabajo extraordinario. Los directores aqu¨ª mencionados se han formado all¨ª. Su sede, en la ciudad de Jacnel, constituye uno de los polos de creaci¨®n art¨ªsitica y documentaci¨®n period¨ªstica, fundamentales para la reconstrucci¨®n de Hait¨ª.
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