?Inversi¨®n a cualquier precio?
Para atraer al megaproyecto de Eurovegas, sea en Madrid o en Catalu?a, no se pueden saltar las leyes vigentes
Que los Gobiernos aut¨®nomos de Catalu?a y Madrid hayan desplazado a Las Vegas (EE UU) a sus consejeros para venderse al magnate de los casinos Sheldon Adelson indica c¨®mo han cambiado las cosas al socaire de la crisis. Ya no son los promotores de un megaproyecto como el de EuroVegas los que van a recabar el permiso de las autoridades locales, sino que son estas las que vana la sede de la firma a competir en una especie de subasta inversa en la que el promotor tiene mucho que ganar y los pol¨ªticos mucho que ceder.
Las delegaciones de las autonom¨ªas de Madrid y de Catalu?a han ido all¨ª a negociar las condiciones que el magnate ha puesto para levantar el mayor conglomerado de juego de Europa: una gran avenida con 10 o 12 grandes rascacielos, en los que se ubicar¨¢n 12 resorts de 36.000 habitaciones en total y 6 grandes casinos con 1.065 mesas de apuestas y 18.000 m¨¢quinas tragaperras y recreativas repartidas por todo el recinto. Un gran conglomerado centrado en el juego y todo lo que lo acompa?a, que sobre el proyecto son congresos y convenciones, pero que en la realidad suele ser tambi¨¦n turismo de borrachera, prostituci¨®n y mafia.
Entre los factores que decidir¨¢n la ubicaci¨®n entre Madrid o Barcelona est¨¢, adem¨¢s de facilitar suelo en cantidad suficiente y libre de problemas, la disposici¨®n de las autoridades a ceder ante unas exigencias que en circunstancias normales ser¨ªan inaceptables: olvidarse de ciertas normas? urban¨ªsticas y laborales, como el Estatuto de los Trabajadores y la Ley de Extranjer¨ªa; de ciertos aspectos de la legislaci¨®n sobre blanqueo de capitales; exenci¨®n total o casi total durante dos a?os de todo tipo de impuestos, y 10 a?os m¨¢s de ventajas fiscales; que se permita entrar en los casinos a los menores y a los lud¨®patas declarados, y dejar sin efecto leyes b¨¢sicas de salud p¨²blica, como la que proh¨ªbe fumar en lugares p¨²blicos. Y hasta un cr¨¦dito avalado por el Estado. Todo ello a cambio de una promesa de inversi¨®n de 18.800 millones de euros.
El mero enunciado de exigencias produce sonrojo, y sin embargo, ah¨ª est¨¢n los pol¨ªticos, negociando. La crisis no puede ser la excusa que todo lo ampare. La ley ha de exigirse a todos por igual y la mera negociaci¨®n de excepciones supone ya un mal precedente.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.