Cameron o leer 'Lolita' en Teher¨¢n
Escuchar el discurso del primer ministro brit¨¢nico desde Asia es una experiencia surrealista. Dejar la UE ser¨ªa desperdiciar una de las armas m¨¢s poderosas del Reino Unido: sus v¨ªnculos ¨²nicos con Europa
Ya lo sabemos: Europa va a sufrir otros cinco a?os de confusi¨®n interna. Mientras Alemania, Francia y otros se esfuerzan por construir un n¨²cleo europeo m¨¢s fuerte en torno a la eurozona, los conservadores de David Cameron, si resultan elegidos en 2015, tratar¨¢n de volver a negociar las condiciones de la pertenencia de Gran Breta?a al club de la Uni¨®n Europea y luego someter¨¢n ese ¡°nuevo acuerdo¡± a la opini¨®n del pueblo brit¨¢nico en un refer¨¦ndum en el que se preguntar¨¢ si quieren estar ¡°dentro o fuera¡± y que se celebrar¨¢ antes de que acabe 2017.
Est¨¢s advertido, mundo. ?Existir¨¢ Europa como gigante econ¨®mico? S¨ª, todav¨ªa. ?Existir¨¢ Europa como fuerza poderosa en un mundo nuevo y multipolar? Eso queda aplazado ad calendas grecas; y ahora tambi¨¦n hasta las calendas brit¨¢nicas. A quienes observen la situaci¨®n desde India, China, Rusia, Estados Unidos o Brasil, les aconsejo que se olviden de esa perspectiva de aqu¨ª a un futuro pr¨®ximo. Claro que, en realidad, la mayor¨ªa de la gente de esos pa¨ªses ya se ha olvidado.
Pero hablemos ante todo del discurso de Cameron: ?qu¨¦ tal fue? Pues podr¨ªa haber sido mucho peor. Yo, que soy proeuropeo y he defendido que Reino Unido deber¨ªa celebrar un refer¨¦ndum sobre si estar ¡°dentro o fuera¡± en la pr¨®xima legislatura, una vez que se conozcan el estado de Europa y la eurozona y los resultados de cualquier intento de renegociar las condiciones de pertenencia de Gran Breta?a, no voy a quejarme ahora de que el primer ministro opte por eso mismo. Si bien es evidente que sus palabras, en gran parte, estaban redactadas con el prop¨®sito de apaciguar a los euroesc¨¦pticos, varias de las cr¨ªticas que hace a la UE actual est¨¢n justificadas.
Sobre todo, el discurso fue el argumento m¨¢s claro, elocuente y contundente en favor de la permanencia de Gran Breta?a en la UE, por motivos l¨²cidos y puramente Palmerstonianos de inter¨¦s nacional, que podemos esperar de un dirigente del Partido Conservador en estos tiempos. Los ¨²ltimos minutos, entre las 8.35 y las 8.45 de la ma?ana, hora de Londres, me afianzaron en una opini¨®n que llevo cierto tiempo exponiendo a mis inquietos colegas proeuropeos: cuando llegue la hora de la verdad, el pueblo brit¨¢nico decidir¨¢ seguir en la Uni¨®n Europea.
La promesa del refer¨¦ndum abre cinco a?os de incertidumbre que son malos para todos
Pero esos minutos confirmaron tambi¨¦n la futilidad de toda la estrategia de Cameron. Porque los argumentos esenciales de inter¨¦s nacional para que Gran Breta?a permanezca en la UE seguir¨¢n siendo v¨¢lidos por malos que sean los resultados de cualquier renegociaci¨®n formal a partir de 2015. Es m¨¢s, dado que Europa es una negociaci¨®n permanente, Reino Unido obtendr¨ªa un acuerdo mejor si se mantuviera plenamente involucrado y visiblemente comprometido.
Si hay algo en lo que todos los dem¨¢s Estados miembros de la UE est¨¢n de acuerdo es en que Gran Breta?a no deber¨ªa obtener m¨¢s excepciones importantes a las reglas que rigen el club. Y ahora estar¨¢n a¨²n menos dispuestos a hacer concesiones. Si la pol¨ªtica de la UE fuera una partida de bridge, Cameron acabar¨ªa de desperdiciar su mejor baza: la amenaza cre¨ªble de que Gran Breta?a pueda irse.
Adem¨¢s, es malo para la UE. Hoy, algunas de las buenas reformas que predica Cameron a los europeos del continente tienen todav¨ªa menos posibilidades que antes de hacerse realidad, porque, diga lo que diga ¨¦l, nuestros socios tienen la sensaci¨®n de que est¨¢ peleando por su pa¨ªs, no por Europa. En un traspi¨¦ revelador y poco habitual en un orador en general muy bueno, cuando estaba defendiendo la opci¨®n que prefiere, un nuevo tratado reformado para toda la Uni¨®n, dijo: ¡°Pero si no existe el deseo de tener un nuevo tratado para nosotros [pausa, balbuceo]... para todos nosotros¡±. Desliz freudiano o thatcheriano: eso es lo que la mayor¨ªa de los europeos continentales cree que quiere decir de manera subconsciente.
Cuando llegue la hora de la verdad el pueblo brit¨¢nico decidir¨¢ seguir en la Uni¨®n Europea
Y sin embargo, aunque a Europa le habr¨ªa convenido m¨¢s seguir adelante sin esta distracci¨®n a?adida de los problemas fundamentales de su proyecto, el refer¨¦ndum se iba a celebrar de todas formas, tarde o temprano. Con todo lo que est¨¢ en juego, ser¨¢ dif¨ªcil negar al pueblo brit¨¢nico el derecho a decidir por s¨ª mismo. Como afirma el dicho popular, tendremos que tragarnos este sapo. Mientras tanto, el resto del mundo soportar¨¢ en medio del aburrimiento cinco a?os m¨¢s de bronca europea. Y lidiar¨¢ con la Europa que tiene ante s¨ª: un gigante econ¨®mico, pero una hidra pol¨ªtica de miles de cabezas.
Ver a Cameron desde Bombay, como leer Lolita en Teher¨¢n, ha sido una experiencia surrealista. Estoy aqu¨ª, rodeado de los restos del colonialismo brit¨¢nico en su versi¨®n m¨¢s grandilocuente: la monumental Puerta de India, construida en el puerto de Bombay para celebrar la visita del rey-emperador Jorge V en 1911, salones de t¨¦ de estilo colonial en los que se oye un vocabulario totalmente ingl¨¦s, ahora en boca de indios. Y ah¨ª, en la pantalla del televisor, 100 a?os despu¨¦s, aparece un primer ministro brit¨¢nico que recuerda vagamente a un virrey y que considera necesario explicar, al que en otro tiempo era el gran partido imperial, por qu¨¦ Reino Unido no debe escoger convertirse en una Suiza en medio del mar, una Noruega sin el petr¨®leo ni las islas Caimanes.
Y los indios, ahora pr¨®speros y sofisticados representantes ¡ªlos que est¨¢n en lo alto de la escala¡ª de una de las grandes potencias emergentes del siglo XXI, ?c¨®mo ven esta lejana gincana pol¨ªtica? Fundamentalmente, de ninguna manera. Mis conocidos locales confirman mi impresi¨®n de que el discurso de Cameron no fue noticia en las principales cadenas de televisi¨®n del subcontinente. Los indios tienen sus propias preocupaciones pol¨ªticas y sus propios problemas: la pobreza de este pa¨ªs hace que, a su lado, la atribulada Grecia parezca un para¨ªso. Pero adem¨¢s, superada la indiferencia, ven la situaci¨®n con sentimientos encontrados.
Se oye hablar de la buena imagen de Londres como lugar para vivir y hacer negocios; de la admiraci¨®n por las universidades brit¨¢nicas (si es que la descabellada decisi¨®n del Gobierno de Cameron de restringir el visado para estudiantes no impide que sus hijos vayan a formarse all¨ª); de cierto apego a las tradiciones brit¨¢nicas de literatura, buen Gobierno y derecho com¨²n (un naviero indio me dice que los contratos que firma con sus socios chinos se rigen por las leyes inglesas). Pero no he visto que tenga ning¨²n eco la idea neoconservadora de que una relaci¨®n estrat¨¦gica especial entre Gran Breta?a e India, Gran Breta?a y toda la Commonwealth, pudiera ser un buen sustitutivo del lugar que Reino Unido ocupa en Europa y la relaci¨®n de India con Europa en general. India, como Gran Breta?a, va a perseguir sus propios intereses nacionales, y va a empezar por sus propios vecinos. Si Cameron no es ya consciente de eso, volver¨¢ a o¨ªrlo en su segunda visita oficial a India, que tiene prevista para el pr¨®ximo mes.
En definitiva, lo que quiero decir es lo siguiente. La historia ha proporcionado a Reino Unido una baza incre¨ªble. Aunque en la actualidad es una sombra de lo que fue en tiempos del imperio, el pa¨ªs posee unos v¨ªnculos ¨²nicos con Europa, Estados Unidos, el resto del mundo angloparlante y varios pa¨ªses m¨¢s (por ejemplo, en Latinoam¨¦rica): picas, corazones, diamantes y tr¨¦boles. ?Qui¨¦n estar¨ªa dispuesto a desperdiciar una de sus armas m¨¢s poderosas m¨¢s que un idiota? Y los brit¨¢nicos no somos idiotas, ?verdad? ?Verdad?
www.timothygartonash.com
Timothy Garton Ash es catedr¨¢tico de Estudios Europeos en la Universidad de Oxford e investigador titular en la Hoover Institution de la Universidad de Stanford. Su ¨²ltimo libro es Los hechos son subversivos: ideas y personajes para una d¨¦cada sin nombre.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
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