Algo se muere en el alma¡
¡Y algo renace, cuando se va un pont¨ªfice y entra Otro Nuevo. Mi alma, que es feliz, pues va a buscaros a vosotros, lectores, una vez por semana, os asegura que a m¨ª me sopla las cejas el hecho de que haya papas, ayatol¨¢s, patriarcas, grandes rabinos o cualquier otra jerarqu¨ªa religiosa, a lo redondo del ancho mundo. O mejor, no me las sopla. Les preferir¨ªa ausentes. Pero digo, como dict¨® aquel sabio: cualquier cosa ¨Csea una religi¨®n o un caldo de apio¨C que le sirve a un humano para pasar sin miedo las malas noches, la acepto. Lo que no admito, lo repito siempre, es que por la ma?ana se pongan a predicarla.
Dicho lo cual, gracias, B-16. Qu¨¦ salidaza. Era dif¨ªcil superar la muerte en directo que se empe?¨® en ofrecernos su antecesor, pero el l¨ªo montado por el jubilata m¨¢s santo y famoso del orbe, y el ah¨ª os lo dejo, y que se lo coma el pr¨®ximo, ha mostrado¡ ?C¨®mo lo dir¨ªa? Comparado con Juan Pablo II, que el Se?or mantenga en el cielo y no lo suelte ¨C?no es cierto, Te¨®logos de la Liberaci¨®n?¨C, que era m¨¢s de la escuela esc¨¦nica de Grotowski y Korsakov, con unas gotas de coreograf¨ªa a lo Busby Berkeley, el pen¨²ltimo pont¨ªfice ¨Ccuando escribo esto a¨²n desconozco c¨®mo se llama el ¨²ltimo, si es que lo ya lo habemus¨C parec¨ªa m¨¢s bien un austero excursionista alem¨¢n lanzando gorgoritos en las proximidades de Heidelberg.
Error. Inmenso error de juicio. Si Juanpa, que en paz descanse, pose¨ªa un gran talento para las pasarelas, lo que Ratzinger ha demostrado tener hasta la saciedad es el pulso firme de Norma Shearer, la protagonista de Mujeres, el inmortal filme de George Cukor. Recordemos: frente a las p¨¦rfidas intrigas de Rosalind Russell y de su cohorte de chismosas (la curia y sus desmadres), Norma resiste, act¨²a astutamente, mantiene f¨¦rreamente su honra y ?se queda con su marido! Traducido al lat¨ªn: el papa alem¨¢n se va sin tiara, pero con la cabeza muy alta.
Traducido al lat¨ªn: el papa alem¨¢n se va sin tiara, pero con la cabeza muy alta¡±
Dentro del g¨¦nero literario Necrol¨®gicas en Vivo ¨Cmuy pobre en fondos, pues las reservamos para aquellas escasas personalidades que dimiten¨C, el Saliente ha puesto tambi¨¦n el list¨®n muy alto, incluyendo hasta a un Premio Nobel en la lista de sus agrimensores. Esta humilde y, sin embargo, atea articulista no quiere ser menos y, con gratitud sincera ¨C pues algunos dineros me rindi¨® la papal tem¨¢tica, am¨¦n de incontables satisfacciones espirituales¨C, quiere apuntarse a la lista.
Primero y principal. Siempre pens¨¦ que Norma Shearer era tambi¨¦n muy mala. Esto, por descontado, no puede aplicarse ni siquiera a un ex-papa vivo (tiemblo al escribir esta frase por primera vez en mi longeva historia period¨ªstica), de modo que aplico el s¨ªmil muy respetuosamente. Tambi¨¦n siempre cre¨ª que George Cukor sobrevaloraba el modelo de la mujer virtuosa que Norma representa en la pel¨ªcula, y puede que aqu¨ª estemos interpretando la actitud de Ratzinger como demasiado elevada, demasiado purificadora. A lo mejor todo se reduce a ataques vaticanos de cuernos.
Lo cierto es que dar¨ªa lo que a m¨ª de virtud me queda por ser invisible, ubicua, y hallarme en el interior del Vaticano durante un mes, con gastos pagados. Iba a salirme el reportaje de mi vida. Y para esto todav¨ªa soy joven. Demonios, si por edad hasta podr¨ªa ser papa.
Dicho lo cual, querido B-16: sin rencor, que le vaya bonito. Le deseo unas tranquilas jornadas de oraci¨®n, paseos por el jard¨ªn con el otro George (el secretario) y, por las noches, a modo de penitencia, ver y volver a ver El Padrino III.
Y para un periodista, siempre es un placer cambiar de sujeto, aunque no de tema.
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