Registro Civil: una reforma inaplazable

Desde la perspectiva que da el ejercicio durante m¨¢s de 30 a?os de la actividad judicial, uno llega a la conclusi¨®n de que las grandes reformas jur¨ªdicas e institucionales que tanto esfuerzo econ¨®mico y personal requieren de poco valen si no llegan al ciudadano, destinatario ¨²ltimo de toda actividad p¨²blica. De nada sirve la proclamaci¨®n constitucional del derecho a la salud si finalmente los hospitales no prestan sus servicios de manera eficiente, del derecho a la educaci¨®n si los j¨®venes no alcanzan un nivel suficiente de conocimientos, del acceso a la justicia si los tribunales no son eficaces por falta de medios humanos y materiales.

La situaci¨®n actual de crisis econ¨®mica, terrible, puede no obstante ser una gran oportunidad para reordenar algunos servicios esenciales del Estado. Pensemos en el Registro Civil. El ejercicio de cualquier derecho por un ciudadano requiere como presupuesto previo que el Estado tenga conocimiento de su existencia, de c¨®mo se llama, de su decisi¨®n p¨²blica de formar una familia, de su libre opci¨®n de cambiar de nacionalidad, del hecho de que no puede valerse por s¨ª mismo. Todos estos hechos y actos se llevan al Registro Civil y permiten, por un lado, el ejercicio pleno de los derechos fundamentales asociados con la pertenencia a una comunidad organizada y, por otro, una adecuada planificaci¨®n de los recursos p¨²blicos para su satisfacci¨®n.

Se pueden agregar otros elementos a esta reflexi¨®n: grandes movimientos migratorios, cambios en los modelos de familia, matrimonios de conveniencia, protecci¨®n de espa?oles en el extranjero, pensiones, prestaciones sociales, protecci¨®n de la infancia, madres de alquiler, ni?os robados, incentivos a la maternidad¡­ una realidad multiforme y cambiante.

Una respuesta que
se demora meses
no es aceptable
en un servicio p¨²blico

?Nos podemos permitir seguir gestionando todo esto con esquemas que se idearon hace m¨¢s un siglo? ?Es racional y sostenible que los servicios propios del Registro Civil est¨¦n diseminados desigualmente por m¨¢s de 8.000 oficinas? ?Es defendible que sigamos dependiendo del soporte papel y no podamos usar ¨¢gilmente los datos en beneficio de los ciudadanos y de la propia Administraci¨®n? ?Se puede seguir obligando a miles de ciudadanos a solicitar una y otra vez certificaciones de datos para presentarlos en otra oficina p¨²blica? ?Nos podemos permitir el lujo de que cada centro administrativo act¨²e por su cuenta, descoordinado de los dem¨¢s? En definitiva, ?podemos seguir ignorando un problema y aplazar m¨¢s su soluci¨®n?

Doy datos concretos para que sepamos qu¨¦ est¨¢ pasando. Son datos que est¨¢n al alcance de todos en Google.

Seg¨²n la memoria anual del Consejo General del Poder Judicial, el Registro Civil es el ¨®rgano que m¨¢s quejas recibi¨® en 2011. A nivel estatal, suscit¨® 6.558 reclamaciones por su funcionamiento. Esto supuso el 46% de las quejas de todo el sistema de juzgados y tribunales.

Durante los a?os 2010 y 2011, se pagaron m¨¢s de 170 millones de euros por presuntos servicios de dependencia a 41.205 personas fallecidas.

El Defensor del Pueblo critica que el Registro Civil de Inca ha dado una cita para 2017.

La mayor¨ªa de padres que acudieron al Registro Civil se quedaron sin poder registrar a sus hijos si no hab¨ªan ido de noche para hacer cola. Cada a?o, 2.900.000 ciudadanos tienen que solicitar una certificaci¨®n al Registro Civil para presentarla en otra Administraci¨®n.

Es hora de afrontar el reto y ofrecer soluciones. El modelo actual ha cumplido su funci¨®n, o mejor habr¨ªa que decir que ha agotado su funci¨®n, nos ha llevado hasta aqu¨ª, pero no puede llevarnos mucho m¨¢s all¨¢. Creo firmemente que una Administraci¨®n p¨²blica responsable debe ofrecer respuestas reales a las demandas de los ciudadanos y una respuesta que se demora meses no es aceptable. He sido juez y s¨¦ de lo que hablo. Dar una respuesta tard¨ªa no debe ser una opci¨®n, o al menos no nos lo podemos permitir.

Pensemos por un momento de qu¨¦ manera nos ha afectado como ciudadanos el funcionamiento del registro y c¨®mo nos gustar¨ªa que funcionasen las cosas, olvid¨¢ndonos de prejuicios.

Imaginemos algunas situaciones:

- Acabo de ser padre y no quiero salir deprisa y corriendo, dejando a mi mujer con el reci¨¦n nacido en la maternidad, para acudir al Registro Civil y dar de alta a mi hijo.

- Mi c¨®nyuge ha muerto y no quiero hacer colas en el Registro Civil para que me den una certificaci¨®n de defunci¨®n para presentarla en la Seguridad Social y que me reconozcan una pensi¨®n.

- C¨®mo evitar que determinadas personas sin escr¨²pulos puedan aprovecharse actuando en nombre de mi hijo incapacitado cuando yo falte.

- Me he separado y mi c¨®nyuge sigue disponiendo de los bienes comunes como si nada hubiera pasado.

- Llevo 12 a?os viviendo en este pa¨ªs y, aunque las leyes me reconocen mi aptitud para ser espa?ol de pleno derecho, s¨¦ que no lo voy a ser en mucho tiempo.

O desde otro punto de vista:

- Quiero que la Seguridad Social tenga conocimiento inmediato de los fallecimientos para evitar que se paguen indebidamente prestaciones sociales.

La atribuci¨®n del Registro Civil
al Cuerpo de Registradores
puede ser una de las claves
del ¨¦xito de esta reforma?

- Quiero que no se vuelva a teclear dos veces un mismo dato por la Administraci¨®n.

- Quiero que se hagan estad¨ªsticas m¨¢s fiables de datos recientes.

En definitiva, no me gusta que se tire el dinero p¨²blico, mi dinero, que tanto me cuesta ganar.

Creo que ha llegado el momento de abordar una reforma del Registro Civil que haga posible todo esto adaptando su organizaci¨®n a las verdaderas necesidades actuales, llev¨¢ndolo con los medios t¨¦cnicos m¨¢s modernos y seguros, ahorrando costes y poniendo la Administraci¨®n al servicio de los ciudadanos.

La atribuci¨®n de la llevanza del Registro Civil al Cuerpo de Registradores, que no lo olvidemos, son funcionarios, puede ser una de las claves que garantice el ¨¦xito de esta reforma urgente. Su eficacia demostrada en el tr¨¢fico inmobiliario y mercantil y su extensa experiencia no se pueden desaprovechar. Llevan a?os modernizando sus propias estructuras organizativas, implementando tecnolog¨ªa, prestando un servicio eficiente.

La reciente digitalizaci¨®n de los 425.000 expedientes de nacionalidad acumulados en los ¨²ltimos a?os, que ha llevado a cabo el Colegio de Registradores en apenas unos meses y sin coste alguno para los ciudadanos, aparte de parecernos ciencia ficci¨®n para quienes hemos dedicado toda nuestra vida profesional a la Administraci¨®n de Justicia, nos garantiza el ¨¦xito de la reforma.

Por otra parte, los jueces y personal de la Administraci¨®n de Justicia que actualmente se ocupan del Registro Civil, ya sea de forma exclusiva o compartida con la funci¨®n jurisdiccional, se podr¨¢n destinar al trabajo estrictamente judicial, que bastante falta hace, debido a la gran litigiosidad existente y al escaso n¨²mero de jueces para abordarlo.

Agust¨ªn Azparren Lucas es magistrado en excedencia y ha sido vocal del Consejo General del Poder Judicial.