Ideas para adelgazar

1. Probar la semidieta. Ponerse a r¨¦gimen a partir de las seis de la tarde es la nueva tendencia en nutrici¨®n, una ciencia din¨¢mica que cambia casi cada d¨ªa. Lo cuenta Marta G¨¢mez, directora t¨¦cnica de Nutrici¨®n Center: ¡°Se trata de controlar la merienda y la cena; el resto de las comidas es libre. Esta estrategia funciona muy bien con las personas ansiosas a las que cuesta hacer una dieta a tiempo completo. Se puede perder entre uno y medio kilo de peso a la semana. Recomendamos una merienda de frutas y un yogur desnatado¡±.

2. Hinchar un globo. Una de las recomendaciones m¨¢s peculiares de Venice A. Fulton, licenciado en Ciencias del Deporte y autor de Seis semanas para ser un pib¨®n (Libros C¨²pula) tiene a muchas mujeres del mundo occidental hinchando un globo cada d¨ªa. Seg¨²n el experto, es el mejor deporte para ejercitar el m¨²scu??lo transverso abdominal. ¡°Hinchar globos en noches alternas durante seis semanas cambia la apariencia del abdomen, como si hubieras llevado un cors¨¦ victoriano¡±, cuenta el experto.

3. No confiar solo en la fuerza de voluntad. A pesar de las loas a la fortaleza mental que ha escuchado durante toda su vida, ahora los nutricionistas sostienen que no es una buena estrategia para mantener un r¨¦gimen porque puede ser ¡°destructiva¡±. Lo dice David Kirchhoff, CEO de Weight Watchers, una empresa estadounidense que cada semana consigue un mill¨®n de clientes en 25 pa¨ªses interesados en adelgazar. La estrategia, seg¨²n Kirch?hoff, es conseguir que ¡°los buenos h¨¢bitos se hagan autom¨¢ticos, sin luchar permanentemente contra el cerebro¡±. Su f¨®rmula es ¡°comer despacio, poniendo el tenedor en la mesa despu¨¦s de cada bocado, y ser consciente de cada cosa que se come¡±.

4. Dormir ocho horas. La falta de sue?o favorece el aumento de kilos. ¡°Las personas que duermen menos tienen un mayor riesgo de sobrepeso y obesidad¡±, asegura el doctor Jos¨¦ Ordov¨¢s, director del Laboratorio de Nutrici¨®n y Gen¨¦tica de la Universidad de Tufts (Boston). En un estudio publicado en la revista Sleep Medicine Reviews se demostr¨® que dormir menos de ocho horas diarias produce cambios en las hormonas que controlan el hambre. Se reducen los niveles de leptina (la hormona que quita el apetito) y aumentan los de grelina (la hormona que dispara el hambre). Otra investigaci¨®n descubri¨® que dormir como promedio cuatro horas por noche se asocia a un deseo mayor de alimentos cal¨®ricos con un elevado contenido de az¨²car y carbohidratos. Los expertos indican, y usted mismo lo puede corroborar, que los asaltos m¨¢s agresivos a la nevera se producen a altas horas de la madrugada.

5. No com¨¦rselo todo al volver del gimnasio. Comenzar una rutina de ejercicios con vistas al biquini del verano puede traer un efecto contraproducente. El gasto cal¨®rico aumenta el apetito y hay que cuidar lo que se come despu¨¦s del gimnasio para no ganar peso a pesar de haberse machacado en la cinta de correr. La nutricionista Marta G¨¢mez recomienda hacer una comida preentrenamiento (¡°al menos una hora y media antes para no hacer coincidir el ejercicio con la digesti¨®n¡±), que podr¨ªa componerse de varias raciones de fruta. Para despu¨¦s del gimnasio, la experta cree que lo ideal es comer una barrita de cereales, un trozo de queso fresco o un yogur desnatado.

6. Soltar la botella de agua.¡°La cantidad adecuada de agua que un organismo necesita var¨ªa de una persona a otra, seguramente por diferencias gen¨¦ticas. Beber por decreto ocho vasos de agua o m¨¢s al d¨ªa es un mito m¨¢s de la nutrici¨®n. Cada quien deber¨ªa guiarse por su necesidad biol¨®gica de agua, respaldada perfectamente por la sed¡±, afirma el doctor Jos¨¦ Ordov¨¢s. Adem¨¢s de los factores gen¨¦ticos individuales, las necesidades diarias de agua se definen por la edad, la actividad f¨ªsica, la temperatura y los h¨¢bitos nutricionales. ¡°La mayor parte de los alimentos que consumimos contienen una gran proporci¨®n de agua. Si una persona toma abundante fruta, verduras o leche, no tendr¨¢ la misma necesidad de agua que otra que coma con un alto nivel de grasas o de sal¡±.

7. Dejar de contar las calor¨ªas. Recientemente, un estudio realizado en Estados Unidos observ¨® que a pesar de que la poblaci¨®n de ese pa¨ªs hab¨ªa reducido la cantidad de calor¨ªas consumidas, las cifras de obesidad segu¨ªan siendo las mismas. Muchos expertos recomiendan que, en lugar de contar cu¨¢ntas calor¨ªas comemos, nos dediquemos a escoger calor¨ªas inteligentes para alimentarnos. Las calor¨ªas inteligentes son aquellas que consiguen construir m¨¢s m¨²sculo y hueso y almacenar menos grasa. Los resultados del Estudio Di¨®genes publicado en la revista New England Journal of Medicine y firmado por cient¨ªficos de ocho pa¨ªses de Europa, entre ellos Espa?a, muestra que para adelgazar y mantener la p¨¦rdida de peso es importante conocer c¨®mo algunos alimentos se transforman en energ¨ªa en el organismo. Por ejemplo, las lentejas y otras legumbres tardan bastante en convertirse en glucosa. En cambio, el arroz blanco y las harinas refinadas (no as¨ª las integrales) se transforman r¨¢pidamente en glucosa y proporcionan un aporte cal¨®rico casi inmediato. Las lentejas, con un bajo ¨ªndice gluc¨¦mico, ser¨ªan calor¨ªas inteligentes. Las calor¨ªas vac¨ªas son las que provienen de alimentos con un alto contenido energ¨¦tico (por la abundancia de az¨²cares), un bajo perfil proteico y un aporte pobre de vitaminas, minerales, antioxidantes y amino¨¢cidos.

8. Recordar: el ejercicio por la ma?ana y en ayunas quema grasa. Un estudio publicado en la revista British Journal of Nutrition concluye que las personas que entrenan a primera hora de la ma?ana con el est¨®mago vac¨ªo queman un 20% m¨¢s de grasas que las que prefieren desayunar antes. Venice A. Fulton defiende una postura similar cuando recomienda retrasar una hora el desayuno e intentar ejercitarse durante ese tiempo: ¡°Al despertar tenemos el nivel de az¨²car bajo y es el momento perfecto para obligar al cuerpo a consumir sus propios recursos¡±, dice.