Hombres a dieta, ?asunto p¨²blico o privado?
Son muchos los que hacen dieta, pero pocos los que lo dicen Las tendencias nutricionales intentan neutralizar el estigma con pautas con las que ellos se sientan a gusto
All¨ª donde las mujeres dir¨ªan: ¡°Tengo que entrar en un vestido para una boda y hasta entonces estar¨¦ a dieta¡±, los hombres emplean eufemismos varios. Ellos prefieren que la procesi¨®n vaya por dentro y en silencio. Para evitar que los descubran, el truco consiste en evitar los postres, cambiar discretamente el az¨²car por la sacarina, cenar pronto y no comer nada a partir de las nueve de la noche. Si aun as¨ª, alg¨²n listo pregunta, la respuesta que debe tener preparada es: ¡°Tengo que perder unos kilos para una carrera el fin de semana¡±.
Recientemente, un estudio realizado por una empresa que reparte comida a domicilio en Reino Unido, Diet Chef, revel¨® que dos de cada tres hombres estaban siguiendo alg¨²n tipo de r¨¦gimen para perder peso sin hab¨¦rselo contado a nadie. Un 29% adujo que ocultaban que estaban a r¨¦gimen porque no quer¨ªan que los consideraran ¡°superficiales¡±, y un 18% dijo que tem¨ªan que sus parejas arruinaran su plan tent¨¢ndolos con comidas que sab¨ªan que les gustaban.
La experiencia de Su?sana Monereo, jefa del servicio de endocrinolog¨ªa y nutrici¨®n del hospital Universitario de Getafe, es que los hombres j¨®venes, de clase media alta y de determinadas profesiones (ejecutivos, actores¡) est¨¢n a dieta ¡°permanentemente, lo digan o no¡±. Pero los hombres mayores de clases m¨¢s bajas solo se ponen a dieta por enfermedad y, en palabras de la doctora Monereo, ¡°cuando ya est¨¢n muy pasados de vueltas, con una diabetes o un infarto¡±. ¡°Los hombres que se someten a una cirug¨ªa para perder peso nunca lo dicen. Algunos han perdido 60 kilos y prefieren decir que han estado enfermos¡±. Ese tipo de pacientes llegan a la dieta ¡°de la mano de su mujer¡±, explica Marta G¨¢mez, de Nutrici¨®n Center. El resto de los hombres que piden ayuda, seg¨²n la experiencia de G¨¢mez, ¡°lo hacen convencidos y siguen las indicaciones a rajatabla¡±.
Las recientes tendencias nutricionales han intentado neutralizar el estigma de la palabra dieta con el dise?o de reg¨ªmenes en los que los hombres se sientan m¨¢s a gusto. Sin valorar su idoneidad, la dieta Paleo, que asegura seguir las pautas de alimentaci¨®n de nuestros ancestros cavern¨ªcolas antes de convertirse en agricultores, ha conseguido hacerse muy popular en los gimnasios masculinos de Estados Unidos, y concretamente entre la poblaci¨®n de fisioculturistas. Se trata de una dieta rica en carne y huevos, con algo de verdura y nada de legumbres. (En Espa?a, Libros C¨²pula ha publicado el volumen de Robb Wolf bajo el t¨ªtulo Dieta Paleo).
Harvey Brooker es una especie de gur¨² canadiense de los reg¨ªmenes. Hace casi 30 a?os abri¨® un cl¨ªnica diet¨¦tica solo para hombres en Toronto. En su opini¨®n, los hombres ocultan que est¨¢n a r¨¦gimen porque no quieren parecer d¨¦biles. Otra de las razones es el miedo al fracaso. ¡°Est¨¢ en juego el ego masculino, ya se sabe la vieja historia de los hombres: ni siquiera les gusta preguntar por una direcci¨®n¡±, cont¨® al diario The Globe and Mail.
?Cu¨¢ndo rompen esa regla? En general, cuando han conseguido perder los kilos que quer¨ªan, momento en el que lo anuncian a bombo y platillo.
Esta tendencia masculina a esconder que est¨¢n a r¨¦gimen tiene adeptos y detractores. Algunos expertos, como el propio Brooker, opinan que llevar una dieta en secreto la hace m¨¢s dura y reduce las probabilidades de ¨¦xito. Por su parte, Susana Monereo cree que la obesidad se expande como una infecci¨®n. ¡°Si tu pareja o tu mejor amigo es obeso, el riesgo de ganar peso aumenta hasta 12 veces. Hay un efecto red. Decir que est¨¢s a dieta ayuda, es como la voz de la conciencia, y te hace tom¨¢rtelo m¨¢s en serio¡±.
Pero otros estudios se decantan por lo contrario. Este es el caso del realizado por los investigadores de la New York University que advierte que si se quiere perder peso seriamente, se deben mantener ¡°los labios sellados¡±. Seg¨²n sus conclusiones, cuando los participantes contaban a otras personas su intenci¨®n, se desmotivaban porque ya hab¨ªan conseguido el apoyo de su entorno por un esfuerzo que no hab¨ªa finalizado. Adem¨¢s, en muchas ocasiones la gente del entorno, sobre todo la familia cercana, boicoteaba la dieta dici¨¦ndoles que el sacrificio ya hab¨ªa sido suficiente. La conclusi¨®n de estos investigadores es que si realmente se va en serio, lo mejor es mantener el secreto, entre otras cosas porque permite quitarse de en medio a toda la gente que pregunta: ¡°?C¨®mo lo llevas?¡± o ¡°?cu¨¢ntos kilos has perdido?¡±, interrogantes que, seg¨²n los cient¨ªficos, son ¡°desmoralizantes¡±.
Diferencias masculinas
En Espa?a, los hombres engordan en tres circunstancias: cuando dejan de fumar, cuando empiezan su vida laboral porque dejan de hacer deporte y cuando conviven de forma estable en pareja, seg¨²n revela un estudio del hospital Ram¨®n y Cajal. Los expertos consultados opinan que antes de ponerse a r¨¦gimen ellos intentan perder peso practicando alg¨²n deporte. Ahora hay una nueva raz¨®n para tomar esta decisi¨®n: los hombres que est¨¢n pasando por un proceso de fertilizaci¨®n in vitro siguen una dieta rica en verduras y legumbres y baja en carnes rojas, alcohol y caf¨¦, para mejorar la calidad del semen. A la hora de adelgazar, siempre que el sujeto est¨¦ sano, todo son ventajas para los hombres. "Suelen responder m¨¢s r¨¢pido que las mujeres y necesitan reg¨ªmenes menos estrictos porque, en general, tienen m¨¢s masa muscular, menos grasa y un metabolismo basal m¨¢s r¨¢pido", apunta Marta G¨¢mez. La doctora Monereo ha comprobado que los hombres son m¨¢s disciplinados y constantes. "Las mujeres centran muchos problemas afectivos en la comida, y la monta?a rusa emocional suele ser fatal para llevar una dieta".
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