Cap¨ªtulo 3: ?Puede una perfeccionista trabajar a ritmo caribe?o?
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Tercera entrada de la saga de la cooperante Mariona Garc¨ªa, situada en un pa¨ªs de Am¨¦rica Latina. Se trata de una historia sin ¨¦pica, que pretende ilustrar c¨®mo viven los cooperantes de desarrollo el cambio de hogar y la adaptaci¨®n a otro entorno y a otra cultura tan diferentes de los suyos propios. Son historias de fin de semana.
?Puede una delegar?
Si le dices a alguien hay que hacer esto para tal d¨ªa, y esa persona no da se?ales de vida despu¨¦s, asumes, bueno o asum¨ªas en Espa?a, que se estaba haciendo y que el d¨ªa fijado, la cosa iba a estar resuelta. Pues he ca¨ªdo en la cuenta de que aqu¨ª no es as¨ª, que hay que decirlo, preguntar c¨®mo va la cosa d¨ªas despu¨¦s, seguir insistiendo y a pesar de ello, darte cuenta de que el d¨ªa en que el trabajo deb¨ªa estar finalizado probablemente a¨²n no lo estar¨¢. Es decir, que se puede delegar, pero bajo una estrecha vigilancia.
?Debes reservar toda una tarde para una reuni¨®n de una hora?
Pues s¨ª, porque entre que la gente llega en un intervalo de 15 a 45 minutos tarde, que no hay sala preparada, que la gente no lleva consigo lo que necesitan, que el proyector que en ese momento han ca¨ªdo en cuenta que es necesario lo tiene la secretaria bajo llave, pues la hora se convierte en dos, en tres y al final son las 18:00, hora en la que todo el mundo empieza a mirar nervioso el reloj.
?Se puede mezclar gente del interior, de la capital y personal regional?
S¨ª siempre que los de la capital lleven la voz cantante, porque el centralismo y las diferencias sociales (hay quien se ofende cuando les digo que la India con sus castas no est¨¢ muy alejada de esta realidad, vale soy una extremista, pero os hac¨¦is una idea) son muy fuertes; una persona educada en una universidad de prestigio, va a posicionarse tanto en su lenguaje verbal como no verbal como superior, va a monopolizar el turno de palabra y va a escuchar poco la sabidur¨ªa emp¨ªrica de su interlocutor local. ?Lo que m¨¢s me choca de esto? Que algunas de estas personas dicen trabajar por los derechos de los m¨¢s vulnerables pero se mantienen en su pedestal al relacionarse con ellos. Es la misma actitud arrogante de algunas ONG del ¡°norte¡± que llegan al ¡°sur¡± a identificar los problemas y las soluciones de estas personas. Eso que creo hemos superado hace a?os las organizaciones internacionales lo veo aqu¨ª siendo el centro del pa¨ªs el ¡°norte¡± y la periferia el ¡°sur¡±.
En estos meses me siento como de regreso a la adolescencia porque a veces es complicado mantener una conversaci¨®n franca, sincera y directa, en la que se analice el trabajo que se esa haciendo, las propuestas que lleva alguien o el punto de vista divergente de otro sin que se hieran susceptibilidades. En general, qui¨¦n siente que se le est¨¢ llevando la contraria, a quien se le comenta que un trabajo podr¨ªa haber salido mejor, a quien se le recuerda que ha llegado tarde su informe, inmediatamente lo asume como un ataque personal. Los errores, fallos o similares normalmente no son tomados en cuenta como una situaci¨®n temporal de la que debemos aprender para hacerlo mejor en la siguiente ocasi¨®n o para no volverlo a repetir. La tendencia es que si no se da una palmadita en la espalda y se afirma que todo es perfecto entonces todo es malo. El ¡°bueno ha salido todo bien¡±, as¨ª sin mayor profundidad, no me vale ?ser¨¦ demasiado extremista? No s¨¦, creo que tenemos un compromiso con la eficiencia y eficacia como nos piden los donantes y la gente de la calle cuando afirman que debemos ser m¨¢s profesionales y m¨¢xime ahora cuando quienes nos apoyan lo hacen en un contexto de crisis econ¨®mica a la que dif¨ªcilmente pueden ser ajenos. A?oro esas reuniones de anta?o donde ¨ªbamos a saco con nuestro punto de vista, nuestra cr¨ªtica y sal¨ªamos rumbo a unas ca?as con un trabajo mucho m¨¢s consistente.
?Los emails existen?
Pues es algo que he llegado a preguntarme y que a¨²n no consigo desentra?ar. Existe como otra herramienta de comunicaci¨®n pero a pesar solicitar respuesta expresa puedes quedarte esperando a que esta llegue. Si no es posible que te contesten con cualquier otra cosa menos la que has pedido, o que te adjunten un borrador del borrador de unas notas con frases del tipo que escribir¨ªa un adolescente en su m¨®vil sin que les d¨¦ la m¨¢s m¨ªnima verg¨¹enza. Y todo esto a pesar del esfuerzo que significa para m¨ª escribir un email, bajarle el tono, adornarlo con algo de flores y no ir directamente al grano porque eso ser¨ªa demasiado "espa?oleitor" y poco cort¨¦s. He acabado configurando en mi correo la comprobaci¨®n autom¨¢tica de lectura y adoptando la costumbre de acompa?ar el email con una llamada de tel¨¦fono, que avisa del correo anterior, as¨ª que vuelvo a lo de antes ?existe realmente?
En estas estoy, adaptando mi cultura laboral. Creo que voy a tener que reevaluar lo de ¡°me adapto a cualquier contexto para el trabajo¡± que suelto en las entrevistas de trabajo, frase que hasta la fecha me cre¨ªa a pies juntillas. Hab¨ªa conseguido trabajar y vivir en varios lugares del mundo en general y de Am¨¦rica Latina en particular sinti¨¦ndome muy a gusto. A partir de ahora tendr¨¦ que decir que hago un esfuerzo y ejercito mi paciencia, que intento adaptar mi nivel de exigencia y productividad al contexto. Sin embargo, pese a esos esfuerzos no consigo que muchas de estas cosas no me pongan nerviosa...?Ay! ?Qu¨¦ voy a decir en mi pr¨®xima entrevista de trabajo?
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