El tiempo de Raf Simons
Esta temporada es la de la?primera colecci¨®n de ¡®pr¨ºt-¨¤-porter¡¯ del nuevo director creativo de Dior. ?C¨®mo lidia el dise?ador de hoy con la?herencia del de 1947?
El 12 de febrero de 1947, la aparici¨®n de Christian Dior en la moda fue un soplo de belleza en el fr¨ªo y abatido Par¨ªs de la posguerra. Sesenta y cinco a?os despu¨¦s de aquel primer desfile que cambi¨® la historia de la moda, otro dise?ador debut¨® en la casa y en la alta costura. Su nombre era Raf Simons, un discreto belga llamado a reemplazar a otro director creativo dr¨¢sticamente despedido catorce meses antes. John Galliano, gibraltare?o visceral, profiri¨® insultos racistas en un bar y perdi¨® la plaza que hab¨ªa ocupado durante 15 a?os.
En 2012, Raf Simons (Neerpelt, 1968) entreg¨® un doble debut. El 2 de julio cubri¨® de flores el interior de una mansi¨®n para su estreno en la alta costura, materia de la que est¨¢n hechos los sue?os de la moda. El 28 de septiembre levant¨® una construcci¨®n de paredes blancas en la que puertas y ventanas estaban cubiertas por ondulantes cortinas de colores para su primera colecci¨®n de pr¨ºt-¨¤-porter, la de esta primavera-verano 2013. Ahora toca, por tanto, que esas prendas ¨Cque pertenecen a una disciplina forzosamente m¨¢s realista¨C salgan a la calle y se sometan a su examen definitivo. Para una compa?¨ªa que genera m¨¢s de mil millones de euros al a?o, el desaf¨ªo es importante.
El origen de esta casa es una reacci¨®n a las limitaciones. Yo quer¨ªa hacer eso tambi¨¦n¡±
?C¨®mo lidia el creador de 2012 con la herencia del de 1947? Si Christian Dior triunf¨® con una silueta bautizada como new look, fue por su b¨²squeda de ruptura, por su atrevimiento al retar a la ortodoxia de la posguerra que dispon¨ªa una moda austera y masculinizada. La paradoja definitiva en este juego de saltos temporales es que la novedad lleg¨® de un hombre profundamente nost¨¢lgico, que en realidad ansiaba recuperar el ideal est¨¦tico del final del siglo XIX. ¡°?l abraz¨® lo femenino, lo complejo y lo emocional, una idea de libertad que se hab¨ªa perdido¡±, analiza Raf Simons en las notas de su debut en el pr¨ºt-¨¤-porter. ¡°Se part¨ªa de una restricci¨®n y era una liberaci¨®n psicol¨®gica. El origen de esta casa es una reacci¨®n a las limitaciones. Yo quer¨ªa hacer eso tambi¨¦n¡±.
La obra de Christian Dior se desarroll¨® en un plazo corto de tiempo. Lleg¨® tarde al oficio y muri¨® diez a?os despu¨¦s de su debut. En cambio, Coco Chanel trabaj¨® durante 61 a?os, y Crist¨®bal Balenciaga, durante 51. Pero el ¨¦xito de Dior fue abrumador: en solo dos a?os ya era responsable del 75% de las exportaciones de moda y del 5% del total de ingresos por exportaci¨®n en Francia. Esa d¨¦cada de trabajo es la que Simons quiere devolver al primer plano. ¡°El mundo ahora ya sabe que estoy obsesionado con su herencia¡±, explicaba en una entrevista concedida a EL PA?S en julio, tras su desfile de alta costura. ¡°El de Christian Dior es el mejor cuerpo de trabajo que se ha desarrollado en la moda en tan poco tiempo. Todav¨ªa es muy relevante y es una forma de lenguaje muy bella. Lo voy a utilizar una y otra vez. ?Voy a incorporar m¨¢s de m¨ª mismo y del mundo contempor¨¢neo? S¨ª¡±.
Esta premisa aleja a Simons de las interpretaciones del legado realizadas por los cuatro creadores que antes que ¨¦l se han enfrentado a la tarea de dise?ar en nombre de Christian Dior: Yves Saint Laurent, Marc Bohan, Gianfranco Ferr¨¦ y John Galliano. Especialmente del hiperb¨®lico vocabulario que Galliano implant¨® entre 1997 y 2011. ¡°Christian Dior no fue nunca, nunca, nunca, nunca teatral¡±, dec¨ªa Simons en aquel encuentro. ¡°Su trabajo versaba acerca de la elegancia y de ropa que las mujeres pudieran llevar. Quiero perdurar y quiero que Dior perdure. Si eso significa que no sorprendo suficiente, casi lo prefiero. No planeo quemarme los dedos¡±.
En esta colecci¨®n, el belga encuentra un nexo entre su gusto y el de Christian Dior en la chaqueta Bar
El estilo de Simons se asocia con el minimalismo. Una idea que debe tanto a sus inicios como dise?ador exclusivamente para hombre, en Amberes en 1995, como al hecho de que su primer acercamiento al vestir femenino se produjo como director creativo de Jil Sander, la firma de la dise?adora que implant¨® esa corriente est¨¦tica en la moda. ¡°Soy un fan del minimalismo¡±, admit¨ªa en la presentaci¨®n de septiembre. Ese dato fue inicialmente utilizado como argumento para cuestionar su idoneidad para una casa que se identifica con un car¨¢cter exuberante. En esta colecci¨®n de debut, el belga encuentra un nexo entre su gusto y el de Christian Dior en la chaqueta Bar.
Esta prenda es el elemento m¨¢s ic¨®nico de la colecci¨®n de Dior de 1947. De hombros redondeados, pecho articulado, estrecha cintura y caderas acolchadas, la pieza era una forma de ¡°repudiar el estilo de los a?os veinte y treinta¡±, seg¨²n la definici¨®n del museo Metropolitan de Nueva York, que considera que el traje Bar ¡°manifiesta todos los atributos del atavismo dram¨¢tico de Dior¡±. Pero no deja de ser una forma muy esquem¨¢tica y arquitect¨®nica de lanzar ese mensaje. Un espacio estructurado, y relacionado con la sastrer¨ªa, en el que Simons se siente c¨®modo. Por eso, en esta primera colecci¨®n para la firma transforma la chaqueta en trajes de noche que se llevan con pantalones cortos y hasta la convierte en minivestidos.
¡°No me interesa mirar a ninguna otra parte que no sea nuestra propia historia¡±, asegura. ¡°Algo necesitaba ser restaurado. No me gustaba que la gente no pensara en Christian Dior. Simplemente porque es demasiado importante¡±.
Modelo: Ophelie (Viva Paris). Asistentes de fotograf¨ªa: Sergi Hern¨¢ndez y Amets Iriondo. Asistente de estilismo: Jassmin Yalley. Maquillaje: Jordi Fontanals (Talents) para Nars. Peluquer¨ªa: Karim Belghiran (Kasteel +Agent) for Kiehl¡¯s. Producci¨®n: www.gfmezaphoto.com
La primera temporada de pr¨ºt-¨¤-porter de Raf Simons para Christian Dior, aqu¨ª.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.