Los intereses pol¨ªticos amenazan la cooperaci¨®n espa?ola
El pasado 12 de julio fue cesado como Director de la Agencia Espa?ola de Cooperaci¨®n (AECID) el diplom¨¢tico Juan L¨®pez-D¨®riga. Su cargo lo asumir¨¢ (en la deportiva categor¨ªa de "suplente") el actual Secretario General de Cooperaci¨®n, Gonzalo Robles. La destituci¨®n de L¨®pez-D¨®riga ha supuesto una sorpresa para un sector que no est¨¢ acostumbrado a contar con personas competentes y motivadas en este puesto. En los pocos meses en los que ha estado en el cargo, y a pesar del recorte presupuestario que ha sufrido la AECID, esta instituci¨®n ha ganado en prestigio, rigor, eficiencia y transparencia.
Si no es un problema de idoneidad profesional o de desempe?o en su cargo, ?por qu¨¦ raz¨®n han cesado a L¨®pez-D¨®riga? En mi opini¨®n, existen dos posibles explicaciones, ambas pol¨ªticas.
La primera de ellas es simple. Con este movimiento se corrige la situaci¨®n imposible en la que fue colocado el actual Secretario General tras la constituci¨®n del Gobierno: un puesto nuevo, encajonado entre el Secretario de Estado de Cooperaci¨®n y para Iberoam¨¦rica, Jes¨²s Gracia, y el Director de la AECID, en el que Robles no ten¨ªa ni el poder pol¨ªtico del primero ni el margen presupuestario del segundo. La paradoja parece haber sido resuelta por la v¨ªa de la expansi¨®n hacia abajo, lo cual es comprensible pero lamentable.
La segunda posibilidad es compatible con la primera, pero mucho m¨¢s inquietante. La Cooperaci¨®n Espa?ola est¨¢ lastrada por el mismo tipo de clientelismo ideol¨®gico que corroe otros espacios de la Administraci¨®n estatal y descentralizada. Los cambios de gobierno a¨²pan a las entidades afines, que reciben cantidades considerables de las ayudas destinadas a ONG, asociaciones y fundaciones privadas. Algunas de ellas realizan un trabajo de calidad que merece ese apoyo, pero otras no. Este blog les habl¨®, por ejemplo, de los m¨¢s de 3 millones de euros de la cooperaci¨®n que se embolsaron entre la FAES y la Fundaci¨®n Ideas en 2011-12 (la FAES, entre otras cosas, para publicar un libro que ridiculiza la ayuda). Lo mismo ocurre con los puestos en gabinetes de altos cargos, oficinas de cooperaci¨®n sobre el terreno y organismos internacionales.
"Es nuestro turno para comer", reza el dicho pol¨ªtico keniata.
Para ser claros, tanto el PP como el PSOE han jugado recurrentemente a este juego y se ocupan de sostener un pacto de no agresi¨®n que garantiza la supervivencia de la parte contraria durante sus a?os de gobierno. En este museo de las arbitrariedades presupuestarias brillan con luz propia los exsecretarios de Estado Miguel ?ngel Cort¨¦s (PP) y Soraya Rodr¨ªguez (PSOE). Esta ¨²ltima, ay, ocupa ahora la portavoc¨ªa del PSOE en el Congreso, lo cual ayuda a explicar porqu¨¦ la oposici¨®n ha mantenido en estos asuntos un perfil tan aterciopelado.
Durante los pr¨®ximos meses tendremos varias oportunidades de comprobar si lo que ha ocurrido en la AECID es algo m¨¢s que la consecuencia de un domin¨® pol¨ªtico:
- El pasado 27 de junio se cerr¨® la convocatoria de ayudas a las ONG. A este blog le consta que las presiones para reflejar el cambio de gobierno ya han comenzado. Ser¨ªa muy sano establecer cortafuegos, garantizando que la evaluaci¨®n de los proyectos es absolutamente p¨²blica y transparente. La situaci¨®n desesperada por la que est¨¢n pasando muchas organizaciones exige m¨¢s que nunca una competencia limpia por los mejores proyectos.
- Los contratos de todos los directores de las OTC (las oficinas de cooperaci¨®n en el terreno) vencen el pr¨®ximo 1 de enero. Con algunas excepciones, este grupo de profesionales se ha ocupado de consolidar la experiencia y el prestigio t¨¦cnico de la cooperaci¨®n espa?ola en ?frica, Am¨¦rica Latina y Asia. Eso quiere decir que hacen falta muy buenas razones para sustituirles en sus puestos. Las presiones clientelistas o corporativas (diplom¨¢ticos j¨®venes con poca formaci¨®n y a¨²n menos experiencia en este campo) no forman parte de ellas.
- Si la fagocitaci¨®n de la AECID por parte de la Secretar¨ªa Gral. es verdaderamente temporal, habr¨¢ que estar muy atentos al perfil del nuevo director/a, garantizando su prestigio y experiencia en este campo.
Sea como sea, merecemos una explicaci¨®n que en las cinco semanas que ha durado este sainete no ha dado nadie. En los ¨²ltimos cuatro a?os ha habido cuatro directores de la AECID. Con toda franqueza, dudo que haya muchas agencias del Estado tan maltratadas por la designaci¨®n de responsables incapaces y pol¨ªticamente lastrados, precisamente lo contrario de lo que persegu¨ªa la maltrecha Ley de Agencias. Este Gobierno, con la Secretar¨ªa General a la cabeza, prometi¨® compensar el desplome de los recursos con una verdadera refundaci¨®n del sistema que permitiese situar la Cooperaci¨®n Espa?ola a la altura de los buenos donantes (no necesariamente de los m¨¢s generosos). El nombramiento de L¨®pez-D¨®riga fue una de las garant¨ªas de este compromiso, as¨ª que va a hacer falta algo m¨¢s que un pu?ado de filtraciones para convencernos de que este movimiento es algo diferente de lo que ya hemos visto en demasiadas ocasiones.
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