Los obst¨¢culos en Siria no son invencibles
La Conferencia de Ginebra es la ¨²nica esperanza de lograr un alto el fuego, que nunca podr¨¢ ser impuesto por fuerzas externas. El reto es temible, pero la alternativa es una inacabable lucha a muerte
La conferencia sobre Siria, prevista para ma?ana en Suiza, convocada por el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, y el ministro ruso de Exteriores, Sergu¨¦i Lavrov, es la ¨²nica esperanza que queda de lograr un alto el fuego. Y ser¨¢ muy dif¨ªcil conseguirlo.
Es imprescindible que se produzca un alto el fuego aut¨¦ntico y vigilado por motivos humanitarios; pero algunos quiz¨¢ digan que, si somos realistas, sabemos que no habr¨¢ tregua hasta que se llegue al agotamiento o la victoria. Adem¨¢s, las l¨ªneas de frente que existen en el momento de acordar un alto el fuego tienden a convertirse en permanentes, y la situaci¨®n desemboca con demasiada frecuencia en una partici¨®n de hecho, como ocurri¨® en Bosnia-Herzegovina, o a la aparici¨®n de un pa¨ªs nuevo, como en Kosovo.
Sin embargo, la guerra civil de Siria ha llegado a un punto en el que la ¨²nica alternativa al alto el fuego es una inacabable lucha a muerte, una posibilidad con la que los fan¨¢ticos est¨¢n encantados, pero los civiles, horrorizados. Con el dinero saud¨ª que reciben todos los grupos sun¨ªes, incluidos los relacionados con Al Qaeda, y con la intervenci¨®n militar de Ir¨¢n, el fin est¨¢ muy lejos.
Lo malo de las l¨ªneas de alto el fuego es que son tremendamente dif¨ªciles de trazar. Los principios absolutos son pocos o inexistentes. En teor¨ªa, las partes negocian diversas soluciones, con o sin intermediarios, pero, para poner en marcha el proceso, debe haber alguna persona u organizaci¨®n que proponga una soluci¨®n sobre la que las partes puedan discutir.
No es momento para que las potencias de fuera tracen un mapa.
Eso debe ser una
decisi¨®n regional
La lista de participantes en las conversaciones de Suiza indica ya que va a ser una reuni¨®n regional, y as¨ª debe ser. Todav¨ªa no est¨¢ claro si Israel e Ir¨¢n se van a sentar a la mesa. Esperemos que se sienten los dos. No es momento para que las potencias de fuera de la regi¨®n impongan un mapa, como le sucedi¨® a Siria en la negociaci¨®n de paz de 1919 en Par¨ªs. Noventa y cinco a?os despu¨¦s, las fronteras trazadas entonces son responsables en parte del conflicto actual. Debe ser la regi¨®n la que decida cualquier mapa nuevo.
Si tenemos en cuenta toda la experiencia de los conflictos recientes, podemos aprovechar una serie de lecciones y aplicarlas en Siria.
No debemos hacer imposible una soluci¨®n a largo plazo a causa de las l¨ªneas inmediatas de alto el fuego. Siete u ocho l¨ªmites regionales internos tienen m¨¢s flexibilidad que dos o tres provincias.
Y debemos mantener intactos, en la medida de lo posible, los l¨ªmites administrativos actuales, que contribuir¨¢n a superar la destrucci¨®n y el caos a corto plazo. De esa forma, adem¨¢s, habr¨¢ sitio para que intervengan en el proceso de negociaci¨®n m¨¢s participantes con ra¨ªces locales.
En el caso de Siria parece haber tres grandes obst¨¢culos. Existen tres patrias que es preciso reconocer, asegurar y, en definitiva, hacer inviolables.
En primer lugar, la poblaci¨®n sun¨ª tendr¨¢ que convencerse de que va a seguir encarg¨¢ndose de la administraci¨®n y la seguridad de la ciudad de Hama, hoy controlada por Al Qaeda. Hama qued¨® pr¨¢cticamente arrasada por las bombas en 1982, y las fuerzas de Hafez el Asad mataron o hirieron gravemente a 15.000 sun¨ªes.
Existen tres patrias ¡ªsun¨ª, alau¨ª y kurda¡ª que es preciso reconocer y hacer inviolables
En segundo lugar, los alau¨ªes tendr¨¢n que convencerse de que, de acuerdo con el precedente de 1925, van a seguir encarg¨¢ndose de la administraci¨®n y la seguridad de las monta?as de Jebel el Ansariye, hacia el Mediterr¨¢neo, y las ciudades de Latakia, Tartus, Talkalaj y Homs.
En tercer lugar, los kurdos tendr¨¢n que convencerse de que, apelando a los argumentos de 1919 sobre una patria kurda y las promesas incumplidas de otorgarles un Estado, ser¨¢n los responsables de la administraci¨®n y la seguridad de una zona del noreste que limita con Turqu¨ªa e Irak.
En cuanto a Damasco y varias partes de la regi¨®n de Rif Dimashq, es tentador buscar alg¨²n mecanismo de administraci¨®n conjunta o independiente como el que se acord¨® para Sarajevo, pero la historia de estas estructuras no inspira optimismo. Dado que es muy probable que haya una fuerte oposici¨®n de las minor¨ªas religiosas al considerar que se debilita su seguridad, parece m¨¢s prudente ce?irse a la situaci¨®n actual, en la que algunos barrios de Damasco quedar¨¢n, al menos durante un tiempo, fuera de una administraci¨®n ¨²nica de la ciudad.
En Alepo, en poder de las fuerzas del Gobierno, habr¨¢ que prepararse para unas negociaciones muy duras. Si se pretende que el r¨¦gimen renuncie a la ciudad, hay que saber que a cambio querr¨¢ los territorios ocupados alrededor de Damasco y hasta la frontera con Jordania.
Los pa¨ªses lim¨ªtrofes con Siria ¡ªTurqu¨ªa, L¨ªbano, Jordania e Irak¡ª tendr¨¢n sus opiniones sobre a qu¨¦ administradores regionales prefieren tener de vecinos. No es que su voto sea decisivo, pero, dado el terrible problema de los refugiados y la necesidad constante de ayuda humanitaria y caravanas de ayuda que entran procedentes de estos pa¨ªses, ser¨¢ crucial que haya confianza y buenas relaciones de trabajo.
Los jefes militares sobre el terreno tendr¨¢n
que controlar a sus
elementos m¨¢s radicales
La ONU tiene un papel indiscutible a la hora de vigilar el alto el fuego, sobre todo si los cinco miembros permanentes del Consejo de Seguridad acuerdan enviar equipos de observadores. La cercan¨ªa de otros equipos de la ONU ya formados y que, en general, han obtenido logros importantes, deber¨ªa permitir que alguno de sus miembros se incorpore de inmediato a esta nueva misi¨®n. La experiencia demuestra que la tardanza es casi siempre muy perjudicial.
La enumeraci¨®n de todos estos detalles tiene el peligro de que parezca que es una tarea f¨¢cil. En realidad, es un reto temible. Pero no existe ninguna posibilidad real de lograr un alto el fuego impuesto por fuerzas externas. La conferencia tendr¨¢ que conformarse con lo que es factible.
Podemos aspirar a un acuerdo que impida volar a aviones y helic¨®pteros, algo que quiz¨¢ ser¨ªa posible imponer. Ahora bien, para detener tambi¨¦n las balas y los proyectiles, ser¨¢ necesario el desarrollo de un di¨¢logo entre los jefes militares sobre el terreno, que tendr¨¢n que intentar controlar a sus elementos m¨¢s radicales, y entre los l¨ªderes pol¨ªticos locales y nacionales.
En la pr¨¢ctica, con unos acuerdos as¨ª, la familia El Asad dejar¨¢ de tener poder en m¨¢s de la mitad del pa¨ªs, y tal vez incluso se convierta en un mero recuerdo.
Algunos dir¨¢n que todo esto es imposible. No lo es. Nos dijeron que era imposible deshacerse de las armas qu¨ªmicas sin efectuar bombardeos, y, sin embargo, Siria est¨¢ destruy¨¦ndolas y elimin¨¢ndolas gracias a la cooperaci¨®n entre Rusia y Estados Unidos y al veto a los bombardeos aprobado en el Parlamento brit¨¢nico y el Congreso estadounidense. Ir¨¢n tiene la oportunidad de hacer patente su posici¨®n tradicional de pa¨ªs satisfecho con sus fronteras actuales. Y ahora que la desconfianza y el antagonismo suscitados por la intervenci¨®n en Libia se han relajado, el Consejo de Seguridad de la ONU, por fin, est¨¢ trabajando de forma unida.
David Owen fue ministro de Exteriores brit¨¢nico y es responsable de la edici¨®n de Bosnia-Herzegovina: The Vance / Owen Peace Plan, Liverpool University Press, 2013.
? 2014 Global Viewpoint Network, distributed by Tribune Content Agency, LLC.
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia.
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