Cuando solo la ayuda no es suficiente

Falta escasamente un a?o para que en 2015 se cumpla el plazo que la comunidad internacional se marc¨® para reducir significativamente la pobreza. Despu¨¦s de quince a?os las metas no s¨®lo no se habr¨¢n alcanzado, sino que la desigualdad se ha disparado en la mayor¨ªa de los pa¨ªses (incluido el nuestro).

No s¨®lo es que la Declaraci¨®n del Milenio, tan llena de buenas intenciones, y los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) no se vayan a cumplir. Es que cada d¨ªa estamos m¨¢s lejos de las soluciones para el cambio clim¨¢tico y la degradaci¨®n ambiental, aumentan las desigualdades, crecen las trabas a las migraciones con pol¨ªticas homicidas, y se dispara el n¨²mero de refugiados y desplazados a causa de las guerras, los estados fr¨¢giles y los desastres clim¨¢ticos.

Cada d¨ªa hay m¨¢s personas sin acceso a medios de sustento que puedan considerarse empleos dignos y con derechos. Tres cuartas partes de las personas m¨¢s pobres del planeta son mujeres y en pr¨¢cticamente todo el mundo siguen siendo evidentes las discriminaciones en forma de comportamientos y legislaciones machistas.

Claro que pueden mostrarse algunos avances nada despreciables tal y como hacen con frecuencia e insistencia las instituciones internacionales y muchos gobiernos. Existen algunas buenas pr¨¢cticas que deben tenerse en cuenta, pero la persistente realidad es que en este periodo, al tiempo que aument¨® la brecha entre ricos y pobres, no se han reforzado los sistemas de cooperaci¨®n internacional destinados a resolver los problemas comunes. El Protocolo de Kyoto sigue, m¨¢s de veinte a?os despu¨¦s sin ser firmado por algunos de principales responsables de las emisiones nocivas; el G-20, la UE y la OCDE, despu¨¦s de afirmar que habr¨ªa que ¡°reformar el capitalismo¡± para responder a la crisis, miran para otro lado y olvidan la lucha contra los para¨ªsos fiscales. Los gobiernos en la misma l¨ªnea, presionan a las clases bajas y medias con impuestos al consumo y al trabajo, eludiendo gravar a los beneficios del capital.

El sistema de cooperaci¨®n internacional no ha evolucionado para librarse de los intereses geoestrat¨¦gicos de los pa¨ªses donantes y sigue siendo instrumentalizado para auto-proporcionar beneficios m¨¢s que para responder a los desaf¨ªos de los pa¨ªses empobrecidos. El 0,7% nunca se alcanz¨® y est¨¢ tan lejos como siempre. Igual que la mayor¨ªa de las demandas que los pa¨ªses supuestamente destinatarios han venido haciendo frecuentemente. Los pa¨ªses donantes lo siguen siendo sin compromiso ni vigilancia alguna, sus pol¨ªticas de ayuda no responden a ning¨²n acuerdo serio ni colectivo, sino a su arbitraria y discrecional voluntad. Esto explica que Espa?a no haya recibido ning¨²n tipo de correctivo, sanci¨®n o ni siquiera amonestaci¨®n despu¨¦s de desmantelar por completo su cooperaci¨®n en apenas cuatro a?os. El volumen total de la Ayuda Oficial al Desarrollo (AOD) desciende en los ¨²ltimos a?os, y est¨¢ de moda vincular objetivos de internacionalizaci¨®n de las empresas exportadoras con los de la ayuda. Con fondos del presupuesto p¨²blico de ayuda se aumentan los fondos destinados a financiar a empresas y a incentivar inversiones y disminuyen los destinados a presupuestos p¨²blicos para garantizar los accesos a la educaci¨®n, la salud o la protecci¨®n social. Cada vez hay m¨¢s personas a la intemperie ecol¨®gica, econ¨®mica y social.

En este contexto se est¨¢n realizando multitud de consultas y procesos de debate acerca de cu¨¢l debe ser el formato, el contenido y el alcance de la nueva agenda de desarrollo post 2015. Millones de miradas est¨¢n a la expectativa y claman por una nueva agenda que tenga un car¨¢cter m¨¢s integral y hol¨ªstico. Sabedores de que las pol¨ªticas de ayuda no son ni mucho menos suficientes, existe una conciencia creciente de la necesidad de que los gobiernos de los pa¨ªses ejerzan sus responsabilidades con una mirada puesta en los desaf¨ªos globales.

Los y las ciudadanas cada vez entienden menos las pol¨ªticas de ayuda. Y es que la crisis nos ha suministrado un espejo en el que tambi¨¦n se ven reflejadas la inequidad y las incoherencias de nuestras propias pol¨ªticas en nuestros territorios.

Sujetos a un discurso en el que el modelo de desarrollo cada vez aparece m¨¢s unido ¨²nicamente al crecimiento econ¨®mico seguimos atados a una realidad econ¨®mica que es incompatible con la universalizaci¨®n de los derechos. ?Podemos apostar por el derecho a la sanidad universal en foros internacionales y acabar con este derecho en Espa?a?

Comprender que la lucha contra la desigualdad y la pobreza han de ser luchas globales, y que es imprescindible apostar por un modelo de desarrollo centrado en los derechos humanos si realmente queremos revertir las desigualdades y acabar con la pobreza de aqu¨ª y la de all¨ª es el primer paso. Apostar por la coherencia de pol¨ªticas para conseguir un desarrollo humano, justo y global, es el segundo. ?Estar¨¢ dispuesta la comunidad internacional a apostar por este consenso transformador como la nueva meta tras el 2015? Las pol¨ªticas de ayuda siguen siendo necesarias, ahora bien, s¨®lo si su enfoque y el resto de pol¨ªticas apuestan por un modelo de desarrollo equitativo global.

Silvia M. P¨¦rez y Pablo J. Mart¨ªnez son la portavoz y el coordinador de la Plataforma 2015 y m¨¢s.