?Qu¨¦ t¨²nel?

A nuestros gobernantes les tiene sin cuidado la subida de la luz y la del gas; hay meses que ni se enteran de que les ha llegado el cargo a la cuenta. No les afectan las listas de espera de la sanidad p¨²blica porque hace a?os que se pagan un seguro privado. Sus hijos m¨¢s peque?os no sufren la masificaci¨®n en las aulas, pues desde que eran as¨ª de chiquitines les mandan a los mejores centros concertados; y sus chicos mayores estudian en universidades privadas o, si ya terminaron la carrera, tienen un puesto de trabajo envidiable que les han proporcionado ellos mismos o a trav¨¦s de alguna de sus influyentes amistades. Tampoco est¨¢n al tanto del precio del billete del autob¨²s o del metro; hace siglos que no viajan en ellos. Siguen yendo al cine, al teatro y a cenar fuera con la asiduidad de siempre. Ni que decir tiene que, en caso de conflicto, para ellos las tasas judiciales son calderilla. Gracias a sus asesores fiscales, hay ejercicios en los que la declaraci¨®n de la renta incluso les sale a devolver. Y este verano¡­ este verano el presupuesto para vacaciones ser¨¢ mayor que el del a?o pasado porque los nietos han crecido y sus gustos tambi¨¦n. As¨ª que, cuando oigan decir que ya se ve la luz al final del t¨²nel, lo m¨¢s probable es que pregunten: ?T¨²nel? ?Qu¨¦ t¨²nel? Y es l¨®gico, porque ellos viajan en otro tren.¡ª Enrique Chicote Serna.

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