El regreso del maestro
El mundo del flamenco le considera uno de sus grandes maestros Paco de Luc¨ªa estrena casa en Espa?a; saca nuevo disco, ¡®Cositas buenas¡¯ Emprende una gira, despu¨¦s de a?os de no actuar en p¨²blico El recorrido pasar¨¢ por Estados Unidos y Canad¨¢
Se han alborotado los flamencos, especialmente los guitarristas, que le tienen divinizado. Paco de Luc¨ªa vuelve a Espa?a. No es que Francisco S¨¢nchez (Algeciras, 1947) se hubiera exiliado, pero ponia un oce¨¢no por medio, al pasar casi todo el a?o en el Caribe mexicano. Se ha instalado en el centro hist¨®rico de Toledo, en una casa esquinera de seis plantas, donde va a instalar un estudio de grabaci¨®n y donde ya funciona una sala de ensayo, apta tambi¨¦n para el trabajo en solitario. Todav¨ªa hay obreros taladrando y golpeando, a pesar de las ¨®rdenes de la se?ora de la casa, la mexicana Gabriela, que pide una tregua mientras transcurre la entrevista.
"Llegu¨¦ a Toledo de rebote", comenta, "en Madrid los precios de las casas antiguas son imposibles. He descubierto que tengo una doble ventaja: aislamiento y Madrid a tres cuartos de hora. Creo que aqu¨ª voy a ser muy feliz".
Algunos no entender¨¢n que deje Yucat¨¢n por una ciudad tan¡ castellana.
Aqu¨¦l fue mi refugio: pura selva, entre la playa y la carretera. En un tiempo, encarn¨® mi idea del Ed¨¦n. Sal¨ªa a pescar, cocinaba lo que pillaba. Era la vida natural frente a lo artificial de las giras. Pero ?qu¨¦ pasa cuando vas a vivir al para¨ªso? Pues que descubres las pegas, deja de ser un para¨ªso. Es lo de siempre; si algo te gusta mucho, no debes abusar de ello: si te pasas, pierde el encanto.
?Es una regla aplicable a, como dice el t¨ªtulo de su disco, todas las 'cositas buenas'?
Claro, tambi¨¦n a las mujeres ?y a las drogas! Un canuto fumado despu¨¦s de dos meses sin probarlo es un gozo; pero estar fumando desde que te levantas¡ no tiene gracia.
Paco tiene el aire de los viejos flamencos, que viven un poco fuera del mundo. Puede usar la ¨²ltima tecnolog¨ªa -el programa Pro Tools-, pero se siente ajeno a la urgencia de seguir el discurrir del presente: "Yo quer¨ªa llamar al disco Algeciras, pero en ¨¢rabe, Al Yazira. Cuando lo cont¨¦ en la discogr¨¢fica, se horrorizaron. Por lo visto, podr¨ªa malinterpretarlo no s¨¦ qu¨¦ agencia" [se refiere a la televisi¨®n ¨¢rabe Al Yasira].
Un disco donde suenan muchos instrumentos de cuerda: la¨²d, 'bouzouki', mandolina, hasta el tres cubano de Alejandro Sanz.
Hay dos cosas antag¨®nicas. Por un lado, quieres dar m¨¢s colores a lo que es esencialmente un disco de guitarra. A la vez, seg¨²n me hago m¨¢s viejo, descarto m¨¢s elementos, busco la esencia. ?Qui¨¦n soy yo? Un guitarrista flamenco. Quiero ver si tengo algo nuevo que decir desde algo tan minimalista como es la guitarra. A la larga, eso es lo que se va a quedar y eso es lo que realmente esperan los aficionados y los profesionales, que son finalmente la raz¨®n de mis esfuerzos. Y los gitanos, los mejores jueces de lo que yo hago.
Adem¨¢s, el disco se?ala un cambio: una nueva banda.
Asustado estoy. Llevaba con el Sexteto 20 a?os y ¨¦ramos capaces de tocar con los ojos cerrados. Eso es bueno, pero tambi¨¦n peligroso. De repente he tenido que montar grupo para una gira por Estados Unidos. Bien que me he arrepentido de aceptar el compromiso. Viajar all¨ª es una pesadilla, tienes que pedir un visado con meses de antelaci¨®n. Una vez dentro, debes ir al aeropuerto tres horas antes para que te revisen los zapatos. Musicalmente, no me lo pens¨¦ mucho hasta hace unos d¨ªas, cuando vi que me faltaba otro instrumentista. Claro, tiene que ser alguien que viva en Estados Unidos. Se me ocurri¨® un m¨²sico hind¨²: tienen buen tiempo, fraseo cercano a lo nuestro, capacidad para improvisar. As¨ª que mi amigo John McLaughlin me ha recomendado un flautista que dice que es perfecto para m¨ª.
Llevo m¨¢s de tres a?os sin tocar ante el p¨²blico. Odio la presi¨®n de estar inspirado cada vez que salgo a un escenario
Eso es audacia: fichar a alguien sin escucharle¡
No, le voy a pedir cosas sencillas. Lo duro es hacerme a la idea de volver al escenario: llevo m¨¢s de tres a?os sin tocar ante el p¨²blico. Odio la presi¨®n de estar inspirado cada vez que salgo a un escenario. Las giras se han acabado para m¨ª.
?ste es el Paco de Luc¨ªa de sus (raras) entrevistas: asustado ante la responsabilidad de mover las fronteras del flamenco con sus dedos, siempre a prueba consigo mismo. Francisco S¨¢nchez debe ser el ¨²nico ser humano que no concede poderes m¨¢gicos al guitarrista Paco de Luc¨ªa. Impermeable a los ditirambos, Paco/Francisco insiste constantemente que el mundo est¨¢ lleno de "bicharracos", guitarristas de otras m¨²sicas que "tocan acordes que yo no puedo ni imaginar".
?Qu¨¦ responde a los fan¨¢ticos que le reclaman m¨¢s discos suyos?
Que ahora cumplir¨¦. No me enorgullezco de la vida que he llevado, ya no tengo tantas ganas de salir por las noches. Aquellas giras en las que nunca dorm¨ªa lo suficiente, que llegaba a tocar corriendo¡ Ahora estoy en una situaci¨®n vital en la que me siento a gusto y quiero aprovechar las energ¨ªas para componer.
Todo el mundo quiere que toque en sus discos. ?C¨®mo rechaza uno tantas invitaciones?
Te puedo contar lo que me pas¨® con Julio Iglesias. Me estuvo persiguiendo hasta que le ped¨ª una cantidad de dinero imposible. Sin embargo, cuando fui a Miami a grabar con Alejandro [Sanz], conoc¨ª a Julio y me rompi¨® los esquemas: es simp¨¢tico, entra?able, cari?oso. As¨ª que termin¨¦ lamentando no haber tocado para ¨¦l. En realidad, no soy tan selectivo: cualquier guitarrista que me llame, all¨ª estoy
En 'Cositas buenas', como por arte de magia, vuelve a tocar para Camar¨®n.
Cuando grab¨¢bamos aquellos elep¨¦s, descart¨¢bamos versos y cantes por diferentes razones, y, hoy d¨ªa, eso que desech¨¢bamos es oro puro, puedes formar un nuevo tema. Se afina, se cuadra¡ Mucho trabajo, pero ?funciona! Creo que se podr¨ªa hacer un disco entero de Camar¨®n que dar¨ªa alegr¨ªa al mundo. Han sacado muchos directos de Camar¨®n, pero, por muy buenos que sean, es orde?ar otra vez la vaca. Lo de crear un disco nuevo de Camar¨®n es lo que m¨¢s me excita ahora mismo.
?Qu¨¦ le un¨ªa a Camar¨®n? ?Eran conscientes de la extraordinaria obra que estaban construyendo?
Yo siempre quise cantar, es la m¨¢xima expresi¨®n del flamenco, y Camar¨®n se convirti¨® en mi h¨¦roe. Empezamos a probar, a tocar y grabar juntos. Jos¨¦ era muy precavido: "Paco, ?que dir¨¢ la gente de las pe?as flamencas de esto?". Y yo: "Al carajo las pe?as si no entienden que seguimos haciendo flamenco". Le preocupaba lo que pensar¨ªan los gitanos. "Pues si lo entienden, mejor; si no, ya lo entender¨¢n". Y as¨ª ocurri¨®. Cuando creas en algo, no debes esperar rendimientos inmediatos, ni dinero ni elogios: inviertes para el futuro.
De fondo, el misterio de grabar flamenco: muchos discos s¨®lo tienen ocho, nueve cantes. ?Por qu¨¦ cuesta tanto producir flamenco?
El flamenco siempre fue tradicional, se hac¨ªan cantes que igual ven¨ªan del siglo XIX. Camar¨®n y yo empezamos a grabar composiciones nuevas. Muchos pensaron que era un sacrilegio, pero se impuso el modelo del cantaor que compone, y, claro, muchos no est¨¢n preparados; cantan letras sin sentido con unos fraseos largu¨ªsimos, muy camaroneros, pero que no te dicen nada. No quieren crear arte, s¨®lo piensan en que la olla hierva todos los d¨ªas.
El flamenco, ?va saliendo de la sombra de Camar¨®n?
Es el gran drama. Jos¨¦ abarc¨® tanto que ahora se conforman con intentar cantar como ¨¦l. Hay muchos cantaores de tendencia mim¨¦tica: a la hora de crear, necesitan referencias, les da miedo que les digan que no est¨¢n dentro de la tradici¨®n. ?Y no siguen el ejemplo de Jos¨¦! ?l pod¨ªa cantar por Silverio, pero a?ad¨ªa unas frases nuevas. Camar¨®n era un investigador: viajaba 500 kil¨®metros para escuchar a una mujer que hac¨ªa unos cantes antiguos y luego me pon¨ªa emocionado la cintita; "mira lo que hace esta vieja", me dec¨ªa.
Tambi¨¦n Paco de Luc¨ªa es una losa pesada para miles de guitarristas¡
Bueno, es as¨ª. Me la jugu¨¦ muchas veces para llegar al sitio en que estoy. Yo tambi¨¦n pas¨¦ miedo e inseguridad ante lo que dir¨ªan los puristas, aunque mi guerra iba por dignificar el flamenco, que ocupara su lugar en el universo de la m¨²sica. Hubo un tiempo en que muchos guitarristas sonaban a Paco, pero ya hay una generaci¨®n que tiene voz propia: Vicente Amigo, El Viej¨ªn, Tomatito, Ca?izares, Gerardo, El Morao. Como yo no quiero vivir de las rentas, me arriesgo cada vez que hago un disco: debe tener algo fresco, que no se haya tocado nunca. As¨ª que compito con mi herencia. Me aterra convertirme en el maestro que va por ah¨ª con los laureles puestos, un se?or pat¨¦tico y superado que vive de las rentas. Espero mantenerme lo bastante objetivo para saber el momento de retirarme.
En el caso de Camar¨®n, mi comportamiento fue de una generosidad m¨¢xima. Mi padre se peleaba para sacarle m¨¢s dinero
Cuando muere Camar¨®n se desata la histeria: se cuenta que su familia se queda en la pobreza y le culpan a usted de que el cantaor apenas tenga temas registrados en la SGAE¡
No he hablado nunca de esto, pero¡ fue un mazazo, una acusaci¨®n tan descabellada que me sent¨ªa incapaz de defenderme de una manera tranquila y sosegada, sin insultar. Durante un a?o me tiraba horas y horas dando vueltas en la cama, argumentando conmigo mismo con ansiedad, rabia, mala leche. Me sent¨ªa como en una pel¨ªcula de Hitchcock, en una novela de Kafka: "?Pero si yo he hecho todo lo contrario, yo me merezco una medalla!". Siempre pens¨¦ que ir derecho por la vida es lo mejor. No hablo de bondad y de tonter¨ªas de ¨¦sas; la ¨²nica manera de que nadie te pueda poner colorado, de que no te pillen en una mentira, es yendo derecho. As¨ª que nunca he usado parapetos para preservarme de mentiras o fechor¨ªas.
La autor¨ªa de las canciones es un asunto espinoso en el flamenco¡
En el caso de Camar¨®n, mi comportamiento fue de una generosidad m¨¢xima. Por cari?o hacia ¨¦l y por admiraci¨®n total hacia su arte, dejaba giras de tres meses, donde hubiera ganado millones, para producir a Camar¨®n a cambio de 500.000 pesetas. Y cargaba con todo el trabajo: desde asegurarme de que ¨¦l estaba bien hasta contratar a los palmeros. Compon¨ªa muchas de sus canciones, pero es que tambi¨¦n arreglaba las de los dem¨¢s. Durante muchos a?os, los flamencos no entendimos que las canciones generaban dinero. Y un amigo me dijo que deber¨ªa hacerme autor. "?De qu¨¦ me hablas? Yo no soy Quintero, Le¨®n y Quiroga". Este amigo me explic¨® que en los discos que yo hac¨ªa con cantaores est¨¢bamos renunciando a unos derechos al declarar "popular" unos temas que realmente hab¨ªamos adaptado. Este hombre me llev¨® de la mano a la Sociedad General de Autores de Espa?a como si yo fuera un ni?o, y all¨ª me inscrib¨ª. Pero nunca me obsesion¨® firmar, para entonces yo ganaba much¨ªsimo dinero con mis recitales y pod¨ªa permitirme ser desprendido.
Las acusaciones que le hicieron de 'robar canciones' iban tambi¨¦n contra su padre, Antonio S¨¢nchez.
Mi padre era un gran letrista. Modernizaba las canciones tradicionales con versos que sacaba de sus libretas, algo totalmente l¨ªcito. Realmente fue el gran defensor de Camar¨®n, se peleaba en las oficinas para sacarle m¨¢s dinero. Hoy, Camar¨®n vende, pero cuando empez¨® era un chavalito gitano de San Fernando, C¨¢diz, que no interesaba demasiado a la discogr¨¢fica.
Dicen que su padre impon¨ªa, que se hac¨ªa respetar.
En mi familia, era la ley. Cuando yo iba con mi hermano de gira por Am¨¦rica, siempre me amenazaba: "A pap¨¢ vas, a pap¨¢". Y es que yo me largaba con lumiascas, y, claro, de lo que se trataba era de llevar dinero a casa y no de gastarlo en org¨ªas. Mi padre era muy serio, pero estamos hablando de a?os de hambre, de pobreza. Le ve¨ªa irse, aunque estuviera enfermo, a tocar en fiestas de se?oritos. Igual volv¨ªa a las diez de la ma?ana, le daba a mi madre los 20 duros que hab¨ªa sacado, y a vender ropa o lo que fuera. No entend¨ªa que sus hijos perdi¨¦ramos el tiempo, hab¨ªa que ensayar y aprender. Mi sentido del perfeccionismo es herencia suya.
Pero lo vive como un agobio¡
No, no. Fui educado para ver una relaci¨®n entre lo que se sufre y lo que tocas. Si sale algo bueno, as¨ª tiene que ser. Lo descorazonador es cuando te sale algo malo, pobre, repetido.
?C¨®mo ha sido Paco de Luc¨ªa en funciones de padre?
Con Casilda [Varela] tengo dos ni?as y un ni?o. La mayor, que se llama igual que su madre, es periodista y escribe muy bien. Luc¨ªa, abogada, est¨¢ especializ¨¢ndose en derechos de autor. Curro es un loco del cine desde peque?o, estudia en la Escuela de Cinematograf¨ªa. Muy sensatamente, ninguno ha tomado una carrera musical. Vi¨¦ndoles hoy, reconozco que Casilda fue madre y padre, les cri¨® cuando yo andaba loco por ah¨ª, pensando s¨®lo en mi guitarra y en mi mundo. Ahora, que he tenido una ni?a, Antonia, me esfuerzo en aprovechar cada segundo. Tambi¨¦n es cierto que estoy en otra edad, ya es muy relativa la necesidad de que te comprendan y te reconozcan y que sientas que tocas mejor que nadie.
En 1976, unos ultraderechistas le atacan en la Gran V¨ªa madrile?a en presencia de su futura mujer, precisamente hija del general Varela¡
No era cuesti¨®n de que les explicara qui¨¦n era su padre: ella gritaba, intentaba llamar la atenci¨®n de los guardias, que no estaban por la labor de intervenir, aunque aquellos cabrones quer¨ªan aplastarme las manos. Casilda siempre fue muy coherente con sus ideas y eso es lo que nos uni¨®: ninguno de los dos ¨¦ramos prototipos de la clase social en que hab¨ªamos nacido.
?Qu¨¦ siente un artista cuando se topa con la violencia ciega?
Aquella agresi¨®n fue por una gracieta sobre izquierdas y derechas que yo solt¨¦ por televisi¨®n. Lo peor es cuando no hay excusas. Me ha ocurrido en Hispanoam¨¦rica. Siempre me gust¨® ir, despu¨¦s de tocar, a los barrios calientes. Yo no he sido muy putero, pero me encantaban aquellos ambientes, donde siempre pasan cosas. Y me vi varias veces con una pistola en el pecho.
?Qu¨¦ hace uno en ese momento?
Pues¡ ?de rodillas y a implorar! Con Antonio Gades, que ya llevaba el pelo largo, ¨ªbamos por Lima y se nos cruz¨® un borracho con pistola. "A este maric¨®n le voy a pegar un tiro", dijo. Y mi hermano Pepe, que es muy lanzado: "T¨² no le pegas un tiro a nadie, d¨ªsp¨¢rame si tienes cojones". Ah¨ª me descompuse y le agarr¨¦ al tipo para que se tranquilizara. A veces, all¨ª brota un antiespa?olismo muy visceral¡ mala combinaci¨®n el tequila y las pistolas.
Paco de Luc¨ªa toca mucho m¨¢s fuera que dentro de Espa?a. Dicen en el negocio de la m¨²sica en directo que su nombre en una marquesina sirve para reventar un teatro hasta en el rinc¨®n menos flamenco del planeta. Uno sospecha tambi¨¦n que, por esos mundos, Paco est¨¢ libre del muy hispano escrutinio de los que quieren rebajarle la cotizaci¨®n.
Se hace ahora flamenco en los cinco continentes. ?Se puede aprender s¨®lo con discos y v¨ªdeos?
Claro que s¨ª. Pero la ni?ez es fundamental. En eso llevan ventaja los gitanos: est¨¢n mamando cante a comp¨¢s desde que nacen, no es lo mismo que el payo que se pone a estudiar guitarra a los 12 a?os. Mi ni?ez se pareci¨® mucho a la de los gitanos, que eran mis vecinos. Adem¨¢s, mi padre llegaba de ma?ana con sus amigos, que eran grand¨ªsimos artistas, y a cantar en el patio. Eso era lo que yo o¨ªa al despertarme; a los cuatro o cinco a?os pod¨ªa decirle a mi padre que estaba tocando fuera de ritmo. Hab¨ªa bronca, pero terminaba d¨¢ndome la raz¨®n. ?se ha sido mi trampol¨ªn: he tocado sin pensar en el ritmo, ya lo ten¨ªa dentro. Para m¨ª, la t¨¦cnica es necesaria para olvidarte luego de ella; debe ser algo dado, algo en lo que no tienes que pensar para desarrollar tus ideas. Los grandes futbolistas te dir¨¢n lo mismo
?F¨²tbol y flamenco?
Hay dos posturas, los que creen que es incompatible con el arte flamenco y los que creemos que es lo m¨¢s bonito del mundo. Yo he jugado al f¨²tbol desde los tiempos de la playa de Algeciras. ?De delantero centro, claro! Cuando ¨ªbamos con el sexteto a cualquier pa¨ªs, retaba por televisi¨®n a que se presentara alg¨²n equipo de aficionados. Ahora, para descanso de mi manager, ya no juego.
El otro t¨®pico son los toros¡
Dej¨¦ de ir. Para ver una corrida de gloria tienes que tragar tanta sangre y tanto tremendismo que no compensa. Pero las grandes faenas se te quedan grabadas, es como si se materializara el duende ese que buscamos los flamencos. Rafael de Paula en El Puerto, los pases de Curro Romero, algunas cosas de Jos¨¦ Tom¨¢s¡ esa elegancia te hace olvidar lo cruel del espect¨¢culo. Es arte a vida o muerte, yo entiendo que los toreros sean creyentes
Tengo entendido que ¨¦se no es su caso¡
Me veo m¨¢s agn¨®stico que ateo. Yo rezaba mucho hasta que me di cuenta de que era un ritual infantil. Ojo, respeto a los que tienen fe, aunque sea la del clavo ardiendo. ?se fue uno de los asuntos que me hicieron replantear mi relaci¨®n con el mundo gitano. Yo viv¨ªa gitano y pensaba gitano hasta que reconoc¨ª que era payo, que estaba protagonizando una impostura. Me dio pena alejarme de ese estilo de vida tan bonito, pero¡ es lo mismo que esos que van a Cuba y dicen: "Yo no soy un turista". Debes asumir tu realidad, aunque no sea la m¨¢s rom¨¢ntica.
La cantante Rakel Winchester tiene un tema, 'Rep¨ªteme esa falseta', donde equipara la brillantez guitarr¨ªstica con las habilidades amorosas. ?Son buenos amantes los guitarristas?
?Creo que s¨ª! Los guitarristas viven con tanta ansiedad la creaci¨®n que se toman el sexo como algo muy placentero, algo que les libera de tensiones. Y ligan mucho. Que conste que hablo de o¨ªdas, yo siempre he sido [ gui?o ] muy cartujo.
Un prodigio de 26 discos
Con Cositas buenas, Paco de Luc¨ªa tiene 26 discos con su nombre y con su discogr¨¢fica de toda la vida. Como suele ocurrir con figuras de referencia, se trata de un artista al que todo el mundo cree conocer, pero cuya obra es, en realidad, desconocida en toda su profundidad. La gran autopista para entrar en ese universo es la Integral de 2003, que contiene 25 t¨ªtulos, m¨¢s Paco de Luc¨ªa por descubrir, que recopila temas sueltos, aportaciones para pel¨ªculas (La Sabina, Sevillanas) y colaboraciones con el grupo Dolores, el guitarrista Juan Habichuela y el cantaor Duquende. La Integral (Universal) viene acompa?ada por una desenfadada biograf¨ªa y una util¨ªsima gu¨ªa de audici¨®n, escritas por el music¨®logo Faustino N¨²?ez y el flamenc¨®logo (y guitarrista) Jos¨¦ Manuel Gamboa. Por su insistencia se procedi¨® finalmente a una correcta remasterizaci¨®n digital. Fuera de la Integral quedan curiosidades como sus r¨¢fagas en la banda sonora de The hit o las sesiones bajo transparente seud¨®nimo -Paco de Algeciras- que incluyen hasta el primer acercamiento al jazz, con Pedro Iturralde.
Durante los sesenta, la mayor¨ªa de las grabaciones de Paco siguen el formato de d¨²o de guitarras, con su hermano, Ram¨®n de Algeciras, o con Ricardo Modrego. Paco se enfrenta con el cancionero recopilado por Federico Garc¨ªa Lorca o el repertorio hispanoamericano, aparte de acercarse al amado g¨¦nero de la copla (12 ¨¦xitos para 2 guitarras flamencas), sin olvidar los recorridos por pr¨¢cticamente todos los palos del arte flamenco.
A partir de Fuente y caudal (1973), que contiene la decisiva Entre dos aguas, Paco se emancipa y puede prescindir de imposiciones y arreglos orquestales ortop¨¦dicos. El reconocimiento permite que el siguiente elep¨¦ sea En vivo desde el Teatro Real (1975), aunque el m¨²sico siempre recuerde que llevaba a?os actuando en recintos similares de otros pa¨ªses. Paco utiliza su nueva fama para dar salida a retos personales como la recreaci¨®n de partituras cl¨¢sicas: Paco de Luc¨ªa interpreta a Manuel de Falla (1978) y Joaqu¨ªn Rodrigo-Concierto de Aranjuez (1991).
Para los directos toma el tim¨®n de Dolores, banda de fusi¨®n jazz¨ªstica montada por Pedro Ruy Blas. M¨²sicos tan apreciados como Jorge Pardo, Rubem Dantas o Carles Benavent aparecen en su obra hasta Cositas buenas. Los discos de creaci¨®n pura se van espaciando, como revelan las fechas de publicaci¨®n: Almoraima (1976), S¨®lo quiero caminar (1981), Siroco (1987), Ziryab (1990) y Luzia (1998). Se cubren huecos con vibrantes directos registrados en Europa (Live¡ one summer night, 1984) o Estados Unidos (Paco de Luc¨ªa & Sextet live in America, 1993).
Producto de su internacionalizaci¨®n son tambi¨¦n los tr¨ªos. El primero estaba integrado por Paco y los jazzmen John McLaughlin y Larry Coryell: Castro Mar¨ªn (1981), un prodigio que se grab¨® en Tokio. El proyecto se recompuso posteriormente con Al di Meola reemplazando a Coryell: reflejado en la Integral con The guitar trio (1996). No se materializ¨® el prometido mano a mano con Chick Corea, aunque hay temas sueltos en discos del pianista, al que Paco dedic¨® piezas como Chiquito y Chick.
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