?bola, lo fundamental
Esther Sterk, especialista en enfermedades tropicales de M¨¦dicos Sin Fronteras, se?ala las caracter¨ªsticas y s¨ªntomas de la enfermedad, y c¨®mo se combate cuando hay un nuevo brote
La doctora de M¨¦dicos Sin Fronteras, Esther Sterk, especialista en enfermedades tropicales degrana las claves de la lucha contra el ¨¦bola cuando se produce un nuevo brote, c¨®mo se contagia y los s¨ªntomas de la enfermedad.
?Cu¨¢les son las caracter¨ªsticas distintivas del ?bola?
Es una enfermedad poco frecuente. Las epidemias son limitadas, pero siempre causan p¨¢nico porque el ¨¦bola es mortal entre el 25 y el 90% de los casos. Tras un periodo de incubaci¨®n de 21 d¨ªas, el virus causa una fiebre intensa, cefaleas, dolor muscular, conjuntivitis y debilidad general. La siguiente fase incluye v¨®mitos, diarreas y, a veces, erupciones cut¨¢neas. El virus se propaga por la sangre y paraliza el sistema inmunitario. Es especialmente temible porque el organismo no detecta estos virus de inmediato. Cuando el organismo reacciona en muchos casos ya es demasiado tarde. Para entonces, el virus ha producido co¨¢gulos que obstruyen ¨®rganos vitales y causan hemorragias graves. Los pacientes pueden tener un sangrado abundante.
Historia de la enfermedad
El ?bola hace referencia a varias cepas de un mismo virus que se identific¨® por vez primera en seres humanos en 1976 en Sud¨¢n y en la Rep¨²blica Democr¨¢tica del Congo (RDC), en el r¨ªo ¨¦bola. Los virus del ¨¦bola producen enfermedades devastadoras que, en la mayor¨ªa de los casos, causan la muerte. El ¨¦bola produce fiebres hemorr¨¢gicas que provocan sangrado interno y externo, similares a la fiebre de Marburg, causada por un virus af¨ªn. No existe ning¨²n tratamiento ni vacuna.
Se cree que ciertas especies de murci¨¦lagos que viven en los bosques tropicales de ?frica Central y Occidental son el reservorio natural del virus. Aunque son los portadores del virus, no muestran s¨ªntomas y, al parecer, infectan a monos y a seres humanos a trav¨¦s de sus excrementos o mordeduras. Los seres humanos tambi¨¦n pueden adquirir el virus al entrar en contacto con animales infectados, vivos o muertos, o con otras personas contagiadas.
En la ¨²ltima epidemia de ¨¦bola, a finales del verano de 2012, murieron docenas de personas en Uganda y en la RDC. Aunque el virus es muy peligro sigue siendo poco frecuente. Desde que se descubriera en 1976 se han registrado aproximadamente 2.200 casos; de los cuales, 1.500 fueron mortales. Sin embargo, es indudable que casos espor¨¢dicos e incluso epidemias han pasado inadvertidos porque ocurren precisamente en ¨¢reas donde la poblaci¨®n no tiene acceso a los servicios m¨¦dicos.
La enfermedad se contagia al estar en contacto con personas o animales infectados; por ejemplo, mediante la orina, el sudor, la sangre o la leche materna. Los familiares o profesionales de la salud que atienden a los pacientes corren riesgo de infectarse. La elevada tasa de mortalidad y el sangrado son tan aterradores que los profesionales de la salud llegan a huir abandonando a los pacientes.
Los ritos funerarios en los que los familiares lavan el cuerpo del difunto tambi¨¦n son una fuente importante de riesgo de contagio en las comunidades afectadas.
?C¨®mo reacciona MSF a la epidemia del ¨¦bola, considerando que no existe ning¨²n tratamiento?
Aunque no hay cura para esta enfermedad, podemos reducir su mortalidad tan elevada al tratar los s¨ªntomas. Esto incluye administrar suero a los pacientes deshidratados por la diarrea y confirmar que no han contra¨ªdo otra enfermedad como, por ejemplo, malaria o una infecci¨®n bacteriana como la tifoidea. Las vitaminas y los analg¨¦sicos tambi¨¦n pueden ser ¨²tiles. Cuando la persona pierde el conocimiento y sangra copiosamente, ya no hay esperanza. Entonces, mitigamos el dolor del paciente y lo acompa?amos hasta el final.
Una vez que el primer caso se confirma mediante un an¨¢lisis de sangre, todos los que cuidan a un paciente infectado deben usar un traje contra riesgos biol¨®gicos, guantes, m¨¢scara y gafas protectoras, y extremar precauciones durante el tratamiento. Generalmente, se instalan c¨¢maras de descontaminaci¨®n entre los pacientes aislados y el exterior. Para limitar la epidemia es fundamental averiguar el origen de toda la cadena de contagio. Para ello, se realiza un seguimiento de todos los que hayan tenido contacto con los pacientes y que pudieran haberse infectado y se les a¨ªsla a la primera se?al de infecci¨®n. Adem¨¢s, debe informarse a todas las comunidades afectadas sobre la enfermedad y las precauciones que deben tomar para evitar el riesgo de infecci¨®n. La higiene b¨¢sica, como lavarse las manos, puede reducir considerablemente el riesgo de contagio.
?Cu¨¢les son las perspectivas de la lucha contra el virus del ¨¦bola?
Aunque a varios pa¨ªses les interesa combatirlo en lo referente a la protecci¨®n contra la guerra bacteriol¨®gica o el bioterrorismo, la investigaci¨®n es limitada. El peque?o n¨²mero de epidemias y de pacientes limita el trabajo de investigaci¨®n. Tambi¨¦n contin¨²an las investigaciones sobre el origen del virus y sobre los murci¨¦lagos, el probable reservorio natural del ?bola.
En los ¨²ltimos a?os, MSF ha intervenido en casi todas las epidemias del ?bola. Otros organismos tambi¨¦n han estado presentes, pero podemos ofrecer nuestra experiencia en el tratamiento de los casos. A menudo se requiere equipo y material considerables para aislar a los pacientes y evitar el contagio entre los profesionales de la salud. Tambi¨¦n estamos tratando de mejorar nuestra capacidad de respuesta a esas epidemias. Esa es la clave del ¨¦xito. Uno debe actuar tan pronto como sea posible en cuanto se confirma el primer caso. La dificultad es que el ?bola se presenta en zonas aisladas; y se requiere tiempo para identificar la enfermedad y poner sobre aviso a las autoridades sanitarias. Adem¨¢s, los primeros s¨ªntomas se parecen a los de la malaria. Estamos capacitando a profesionales de la salud para que puedan responder con mayor celeridad.
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