El rock del Partido Comunista
Rosa de Segunda Mano es una banda china radicalmente bufonesca y no perdona a nadie: ni al Gobierno, ni al dinero, ni a s¨ª mismos
Rosa de Segunda Mano sube al escenario de la sala de conciertos Mako, en Pek¨ªn, y mil personas los reciben con un rugido de euforia. Los m¨²sicos van vestidos de mujer. El cantante, Liang Long, lleva pulseras, maquillaje y una enorme rosa en el pecho. El guitarrista Yao Lan ha optado por un vestido escotado negro.
¨CHemos venido a Pek¨ªn ¨Csaluda el cantante¨C porque, en estos d¨ªas, el Gobierno celebra aqu¨ª la Asamblea Nacional Popular. Ellos son nuestros clientes, y nosotros somos sus putas.
Rosa de Segunda Mano (en chino, ?rshou M¨¦igu¨©) proviene del noreste chino, una regi¨®n famosa por las prostitutas que buscan trabajo en la capital. La actitud de la banda es radicalmente bufonesca y no perdona a nadie: ni al Gobierno, ni al dinero, ni a s¨ª mismos. Pero su rebeld¨ªa est¨¢ fr¨ªamente controlada. Usan la iron¨ªa para decir las cosas de un modo indirecto.
Hoy ofrecen un concierto especial, con estrellas invitadas. La sala est¨¢ abarrotada y mucha gente se ha quedado afuera. A lo largo de la noche, sube al escenario una variada fauna de m¨²sicos, desde folcl¨®ricos hasta cantantes de nu metal. El invitado que m¨¢s aplausos arranca del p¨²blico es el ¨²ltimo: Xie Tianxiao, un guitarrista delgado y veterano con rasgueo sucio, al que todos tratan como un pr¨®cer.
¨CAntes, una banda como Rosa de Segunda Mano era imposible ¨Cme dir¨¢ Tianxiao despu¨¦s en Sanlitun, su cosmopolita barrio lleno de centros comerciales y legaciones diplom¨¢ticas¨C. El rock lleg¨® a China tarde, reci¨¦n en la segunda mitad de los ochenta, con bandas como Wu Yue Tian influidas por otras a¨²n m¨¢s antiguas como los Beatles o los Rolling Stones. Por entonces no era f¨¢cil conseguir m¨²sica extranjera.
Cuando era adolescente, Tianxiao ni siquiera sab¨ªa de la influencia occidental. Solo despu¨¦s de mucho tiempo, durante un viaje a EE UU, tuvo que admitir que el rock no era un invento chino. En su pa¨ªs, todo ocurr¨ªa 10 o 20 a?os despu¨¦s que en el resto del mundo. Tianxiao toc¨® en un grupo de heavy metal en los noventa, cuando Occidente se cort¨® el pelo. Y despu¨¦s form¨® Animales de Sangre Fr¨ªa, un grupo grunge estilo Nirvana que sigui¨® tocando hasta 2007.
¨CLas cosas eran m¨¢s lentas entonces ¨Crecuerda¨C. Hoy, un disco se graba en 10 d¨ªas. Pero a nosotros nos tomaba m¨¢s de un a?o. De todos modos, nadie sent¨ªa un desfase. Los g¨¦neros aqu¨ª ni siquiera ten¨ªan nombre. El p¨²blico no sab¨ªa si eras grunge o metal o pop. Solo sab¨ªa si le gustabas o no.
En el siglo XXI, sin embargo, se desat¨® una revoluci¨®n. Matthew Niederhauser, autor de un libro sobre la escena underground china, data en 2007 la eclosi¨®n de esa nueva escena en la que entra tanto el folk rock de los mongoles Hang Gai como el punk ¨¢cido de Defecto, espoleados por Internet y rebeldes contra, qui¨¦n iba a decirlo, la sociedad de consumo.
¨CMuy pocos de esos grupos se atreven a manifestarse contra el Gobierno ¨Cafirma Niederhauser¨C. La mayor¨ªa prefiere hablar de temas ¨ªntimos y relaciones personales. Pero, de un modo u otro, todos son cr¨ªticos.
Termina el concierto de Rosa de Segunda Mano. Aunque los fans han cantado cada canci¨®n y sudado con pasi¨®n, nadie pide un bis. No est¨¢n acostumbrados a demandar nada. Si se acab¨®, pues se acab¨®. Es la primera vez que yo veo un concierto sin bis. Pero para Xie Tianxiao, el rockero veterano, eso es precisamente lo que le da sentido a todo. En su opini¨®n:
¨CEl rock es rebeld¨ªa. Donde la gente no sabe protestar es donde m¨¢s se necesita.
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