Salvar el planeta es tambi¨¦n salvar a las personas
Todo el mundo sabe lo que est¨¢ sucedi¨¦ndole al planeta, pero no queremos creerlo. Andamos demasiado ocupados consumiendo... y resulta demasiado doloroso hacer cambios. Tendremos que aprender c¨®mo compartir. Y arreglar la forma en que vivimos y consumimos.
Como llega de nuevo el D¨ªa de la Tierra y seguimos consumiendo sin l¨ªmite me siento descorazonado, pero me niego a caer en el pesimismo. Este mes se ha hablado mucho del informe del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Clim¨¢tico provocado por el hombre. La discusi¨®n sobre si debemos adaptarnos o mitigarlo vuelve a aflorar, pero nada de esto importa realmente. Es simplemente un informe m¨¢s que nadie va a leer realmente ¨Cal igual que muchas de esas grandes conferencias que cuestan millones de d¨®lares y que no conducen a nada¨C. La verdad es que a lo largo de los ¨²ltimos 20 a?os ha sucedido muy poco en este terreno.
Todo el mundo sabe lo que est¨¢ sucedi¨¦ndole al planeta, pero no queremos creernos lo que sabemos, con lo cual continuamos exactamente como est¨¢bamos. Andamos demasiado ocupados consumiendo, nuestra civilizaci¨®n ha sido construida sobre la base del comercio y resulta demasiado doloroso hacer cambios.
He llegado a creer, incluso aunque yo mismo soy Embajador de Buena Voluntad de Naciones Unidas, que la respuesta no se encuentra en los pol¨ªticos ni en la econom¨ªa ni en las leyes; se trata de algo espiritual. Puede sonar ingenuo, pero en ¨²ltima instancia se trata de c¨®mo vamos a cambiar, c¨®mo vamos a aprender a vivir juntos si queremos salvar este mundo. Tendremos que aprender c¨®mo compartir, c¨®mo tratarnos los unos a los otros con m¨¢s respeto, c¨®mo arreglar la forma en que vivimos. Tal vez no seamos capaces de detener este consumo, pero podemos modificar la manera en que lo hacemos. Y si pensamos de esta manera, tal vez podamos empezar a hacer los cambios que marcar¨¢n la diferencia.
Para mi nueva pel¨ªcula, Human, estoy hablando directamente con la gente sobre su pobreza, sus vidas, la discriminaci¨®n que sufren. Escuchar sus historias es una experiencia muy fuerte. O¨ªrlas cara a cara, en lugar de hacerlo a trav¨¦s de un intermediario, es muy impactante.
Un hombre en Afganist¨¢n que hab¨ªa perdido ambas piernas por la explosi¨®n de una mina habl¨® conmigo. Me dijo: "?Crees que el hombre que invent¨® esta mina, el que la construy¨®, pens¨® en m¨ª, en mi familia, en lo que nos hab¨ªa hecho?". Estaba hablando sobre la responsabilidad de nuestras acciones. De nuestros actos. Todos necesitamos ser conscientes de que somos responsables del da?o que estamos infligiendo. Somos responsables del legado que estamos dejando a nuestros hijos.
Hemos perdido la confianza en nuestros l¨ªderes; ha cundido una enfermedad, un malestar, una falta de confianza en lo que somos capaces de conseguir. Pero necesitamos conectar con nuestros pol¨ªticos de la misma manera que aquel hombre afgano conect¨® conmigo, con un mensaje directo que les d¨¦ la fuerza y la legitimidad que necesitan para actuar.
Hay maneras de hacer esto. Una de ellas es la iniciativa puesta en marcha por Naciones Unidas con la encuesta mundial ¡®Mi Mundo¡¯ (My World), que pregunta a gente corriente de todo el planeta qu¨¦ necesitan para tener una vida mejor, en un momento en el que est¨¢ formulando una nueva agenda para luchar contra la extrema pobreza.
Al igual que mi propio proyecto 7.000 millones de otros, la encuesta Mi Mundo est¨¢ preguntando a la gente com¨²n cu¨¢les son sus prioridades y necesidades para una vida mejor. Sus respuestas deber¨¢n estar en el centro de un nuevo conjunto de objetivos que reemplazar¨¢n los actuales Objetivos de Desarrollo del Milenio. Por una vez, los ciudadanos podr¨¢n orientar la pol¨ªtica, no solo los l¨ªderes.
Esta nueva a agenda de desarrollo es nuestra oportunidad para combinar la lucha contra el cambio clim¨¢tico y contra la pobreza; la educaci¨®n y las tecnolog¨ªas limpias; el agua potable y los sistemas de saneamiento, en una gran campa?a que permita salvar tanto al planeta como a las personas. Ambos no pueden estar separados. No podemos trabajar en uno en lugar del otro. El D¨ªa de la Tierra ya no es solo para salvar el planeta, sino tambi¨¦n a la gente.
El fot¨®grafo, director de cine y ecologista franc¨¦s Yann Arthus Bertrand, autor de El mundo visto desde el cielo, es presidente de la Fundaci¨®n GoodPlanet y actualmente est¨¢ trabajando en su ¨²ltima pel¨ªcula, que se publicar¨¢ el a?o que viene. Tambi¨¦n es embajador de buena voluntad para el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente.
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