El problema de nacer ni?a en la India
Esta entrada ha sido escrita porJos¨¦ A. Mansilla, de la ONG Sonrisas de Bombay.
Foto: Nosoloviajeros.com
Vasanti Godkhindi tuvo que abandonar sus estudios a la temprana edad de trece a?os. Como se viene haciendo en la India desde hace siglos, sus padres hac¨ªa tiempo que hab¨ªan acordado su matrimonio con el hijo de una familia amiga, del mismo barrio y de la misma casta. Vasanti era la segunda de las chicas entre el total de los cinco hijos con los que cuenta la familia Godkhindi. Reunir la dote de la primera de las hijas casaderas ya supuso todo un reto, la segunda casi los lleva a la ruina. En la India, la estructura familiar es patriarcal y patrilineal, lo que significa que el linaje se transmite por v¨ªa paterna y que, adem¨¢s, los matrimonios j¨®venes suelen ir a vivir con los padres del marido. La unidad familiar t¨ªpica est¨¢ conformada por un matrimonio con hijos junto a los padres de ¨¦l. En un pa¨ªs que no cuenta con una red de seguridad social institucionalizada, tener descendencia supone garantizarse la vejez y los contratiempos. Si las chicas abandonan su hogar para vivir con una familia ajena, poco podr¨¢n aportar al futuro de la unidad familiar. Es por esto que no se suele apostar en la formaci¨®n y la capacitaci¨®n de las chicas; se trata de una inversi¨®n sin retorno. As¨ª, Vasanti tuvo que abandonar sus estudios e irse a vivir a casa de su esposo con sus suegros.
En esta India emergente, donde el 72% de la poblaci¨®n tiene acceso a la telefon¨ªa m¨®vil (OMS, 2011), el grado de alfabetizaci¨®n de los hombres alcanza el 75,3%, mientras el de las mujeres se queda en un modesto 37,7% (Ib¨ªd.). Los menores abandonan sus estudios de forma muy temprana, con una media de edad de 11 a?os, aunque las ni?as lo hacen mucho antes. A pesar de que la edad legal para contraer matrimonio est¨¢ fijada en los 18 a?os, son frecuentes los matrimonios concertados entre menores, as¨ª como entre menores y adultos. El 30% de las mujeres adolescentes est¨¢n casadas y el 22% ya cuenta con uno o varios hijos (UNICEF, 2011). Entre otras cuestiones, el abandono escolar genera una gran cantidad de mano de obra infantil -en la India, un 12% de los ni?os y ni?as de entre 5 y 14 a?os, unos 26 millones en total, trabajan (Embassy of India in USA, 2014)- adem¨¢s de unos niveles de formaci¨®n y ocupaci¨®n muy bajos. Los datos muestran que estos niveles son aun m¨¢s alarmantes entre la poblaci¨®n femenina.
La Convenci¨®n de Derechos del Ni?o, de la que ahora se cumplen precisamente 25 a?os, recoge que los estados firmantes (entre los que se encuentra la India) reconocen el derecho de todo ni?o a la educaci¨®n, as¨ª como un compromiso al fomento de la cooperaci¨®n internacional en cuestiones vinculadas a la misma. La India ha hecho grandes progresos en este sentido ¨Ccuenta con una ley de escolarizaci¨®n obligatoria desde el 2009- aunque toda ayuda es poca, sobre todo en aspectos vinculados al abandono escolar.
Desde hace a?os, numerosas ONG locales e internacionales junto al Gobierno de la India, se han propuesto luchar contra esta problem¨¢tica a trav¨¦s de diferentes proyectos destinados a facilitar la reincorporaci¨®n a los programas de educaci¨®n formal de aquellas j¨®venes que hubieran tenido que abandonar sus estudios por cualquier circunstancia. Vasanti es beneficiaria, junto a otras veintiuna chicas del slum de Marol (Bombay), de una de estas iniciativas que otorga becas y ofrece un seguimiento continuado, tanto en las rutinas acad¨¦micas como en la vida diaria. Es de esperar que los recientes cambios pol¨ªticos acaecidos tras las recientes elecciones generales de la India, no afecten a este tipo de planes capaces de marcar una diferencia significativa en las comunidades m¨¢s pobres. Sin embargo, solo mediante el esfuerzo de todos no ser¨¢ necesario esperar otros veinticinco a?os para que chicas como Vasanti puedan tener acceso a un derecho humano como es una educaci¨®n b¨¢sica garantizada y de calidad.
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