Reformar para fortalecer
El relevo en la jefatura del Estado da ocasi¨®n de recuperar el necesario pacto constitucional
El voto favorable de 299 diputados a la ley de abdicaci¨®n del Rey representa una enorme mayor¨ªa a favor de la sucesi¨®n, de forma que la proclamaci¨®n de don Felipe solo queda a expensas de que el Senado ratifique la ley y de que la firme don Juan Carlos. Sin embargo, lo sucedido ayer no se limita al cambio de p¨¢gina y a la plena normalidad expresada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, porque la sesi¨®n del Congreso fue utilizada para escenificar la ruptura del consenso constitucional por parte de dos fuerzas pol¨ªticas, Converg¨¨ncia i Uni¨® e Izquierda Plural, herederas de partidos que participaron intensamente en la Constituci¨®n de 1978. Ninguno de estos dos hechos es anecd¨®tico en un debate que demasiados diputados se tomaron con mucha menos seriedad de la requerida para la ocasi¨®n.
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No es muy sorprendente que el PNV mantenga una actitud de distancia hacia el sistema constitucional, aunque solo sea porque no lo vot¨®. M¨¢s significativo es que Converg¨¨ncia i Uni¨®, representada por el m¨¢s moderado de sus portavoces, Josep Antoni Duran Lleida, rompa con el consenso de 1978 y sostenga ¡ªcon una pobre demostraci¨®n¡ª que lo ocurrido en los ¨²ltimos a?os implica la ¡°exclusi¨®n¡± de los nacionalistas catalanes de la historia com¨²n.
Duran distingui¨® entre la falta de confianza de Catalu?a en ¡°un Estado cuestionado¡± y la persona del futuro rey, a quien se refiri¨® en todo momento en t¨¦rminos corteses. Sin embargo, acus¨® a los principales partidos pol¨ªticos estatales, sobre todo al PP ¡ªy personalmente a Rajoy¡ª, de haber aplicado una ¡°pol¨ªtica peque?a¡±, devolviendo as¨ª al jefe del Gobierno la frase que ¨¦ste les dedic¨® d¨ªas atr¨¢s. Coincide, adem¨¢s, con el alejamiento de Coalici¨®n Canaria, que tampoco respald¨® en el Congreso la ley de abdicaci¨®n. Todo ello se produjo horas antes de que Pere Navarro anunciara su dimisi¨®n como secretario general del PSC, por imposibilidad de solventar la tensi¨®n entre las bases soberanistas del partido y la direcci¨®n del mismo.
Nacionalistas catalanes e Izquierda Plural confirman la ruptura con el compromiso constitucional
La segunda ruptura significativa con el consenso es la de Izquierda Plural. El Partido Comunista fue uno de los grandes protagonistas de la Transici¨®n y su reconocimiento de la Monarqu¨ªa levant¨® acta del pragmatismo con que los dem¨®cratas de entonces se tomaron la cuesti¨®n de la forma pol¨ªtica del Estado, dando prioridad al restablecimiento de la democracia. Aquella altura de miras contrasta con las muestras de agitprop empleadas ayer por los diputados de Izquierda Unida, que exhibieron carteles con la reivindicaci¨®n de ¡°refer¨¦ndum ya¡± desde sus esca?os, mientras su portavoz, Cayo Lara, dramatizaba ¡ª¡°hablamos aqu¨ª de derecho de sangre o de urnas¡±¡ª y alcanzaba el c¨¦nit con la sorprendente afirmaci¨®n de vivir bajo un sistema ¡°a veces desp¨®tico¡±.
Nada menos que tres Rep¨²blicas fueron reivindicadas desde la tribuna del Congreso. Una, la gallega, defendida por Olaia Fern¨¢ndez, del Bloque Nacionalista Galego; otra, la catalana, que fue proclamada por Albert Bosch, portavoz de Esquerra Republicana de Catalunya, con el ardid de parafrasear un texto de Francesc Maci¨¤; y la Rep¨²blica vasca reivindicada por el portavoz de Amaiur, Sabino Cuadra, tremolando la ikurri?a desde la tribuna antes del ostensible abandono del hemiciclo por parte de los diputados de su grupo cuando se iba a votar la ley. Una provocaci¨®n gratuita y una se?al fuerte de rechazo al Parlamento del que forman parte gracias a la misma Constituci¨®n que tanto desprecian.
Que todo eso ocurriera desluce un debate que deber¨ªa haber estado mucho mejor preparado para centrarlo en el cumplimiento de un tr¨¢mite constitucional. Confiado en la aplastante mayor¨ªa del Congreso que iba a apoyar la ley de abdicaci¨®n (en efecto, el 85% vot¨® a favor), el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, mantuvo su l¨ªnea argumental sobre ¡°la naturalidad del proceso sucesorio¡± y el mantenimiento del ¡°pacto constitucional¡±. A diferencia del dirigente del PSOE, Alfredo P¨¦rez Rubalcaba, quien, a fuer de conciliar las ra¨ªces republicanas de su partido con el voto pragm¨¢tico a la sucesi¨®n din¨¢stica, plante¨® la reforma de ese pacto para responder a las crisis social, pol¨ªtica y territorial del presente. Rubalcaba estuvo s¨®lido y afortunado al expresar la seguridad de que cualquiera de los anteriores jefes socialistas del Gobierno habr¨ªan presentado una ley de sucesi¨®n como la que ha planteado Rajoy, y habr¨ªan pedido a la oposici¨®n que la votara.
La convivencia no se gana de una vez y para siempre. Hay que discutir con seriedad los cambios precisos
Es cierto que el proceso de reconversi¨®n interna del PSOE, la crisis abierta en el PSC y la condici¨®n de dimisionario de Rubalcaba plantean interrogantes sobre la continuidad de una actitud tan medida como la demostrada ayer. Desde una posici¨®n mucho m¨¢s minoritaria, pero sin problemas internos, Rosa D¨ªez, de UPyD, se declar¨® a la espera de que el jefe del Estado apoye la ¡°regeneraci¨®n democr¨¢tica¡±.
En una sociedad plural, agitada por corrientes muy cr¨ªticas, la convivencia no se gana de una vez y para siempre. Despreciar los pactos que dieron origen a la Constituci¨®n y devaluar su texto es un mal servicio a los espa?oles, pero tampoco tiene ning¨²n sentido la resistencia a abrir el di¨¢logo sobre las reformas necesarias. El impulso del relevo en la Jefatura del Estado debe ser aprovechado para discutir con seriedad las reformas necesarias para ser m¨¢s fuertes y recuperar el pacto constitucional.
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