C¨®mo comprar una serie de ¨¦xito
Cada mayo tienen lugar en Los ?ngeles los LA Screenings. Los estudios de Hollywood ense?an 60 pilotos de la nueva temporada televisiva
Cada mes de mayo tienen lugar en Los ?ngeles los LA Screenings. Durante algo m¨¢s de una semana, los grandes estudios de Hollywood y los peque?os ense?an unos setenta pilotos de las series de televisi¨®n de la nueva temporada a m¨¢s de 1.500 compradores de televisiones de todo el mundo.
Soy un privilegiado por poder pegar la nariz a este escaparate descomunal, pero seguro que es una pesadilla para aquellos que no vivan la ficci¨®n televisiva con verdadera pasi¨®n.
Y cada mes de mayo me enfrento al mismo axioma: como en el cine, el mundo de las series es un territorio sin reglas, en el que nadie sabe nada y en el que todos (productores, programadores, guionistas y compradores) se niegan a reconocerlo. M¨¢s bien lo contrario. Lo ¨²nico garantizado son las sorpresas y los batacazos.
Adem¨¢s es para m¨ª una lucha contra el cambio horario en sesiones interminables en los estudios o en hoteles, a base de aire acondicionado a temperatura polar y sonido muy alto para tapar los ronquidos, pero tambi¨¦n con butacas peligrosamente c¨®modas. A veces te dan una manta, no s¨¦ si para protegerte del fr¨ªo o para que duermas a gusto.
Muy pocas series pasan el corte. La mayor¨ªa son canceladas al cumplir apenas unos pocos episodios o una temporada. Su supervivencia en las pantallas de todo el mundo depende b¨¢sicamente de la audiencia estadounidense y los d¨®lares que ingresan all¨ª por publicidad.
?Es necesaria tanta inversi¨®n en guiones, actores, productores ejecutivos, marketing, luces, carpinter¨ªa y efectos visuales para que s¨®lo unos pocos t¨ªtulos sobrevivan? Aparentemente s¨ª, porque repito que nadie sabe cu¨¢les pasar¨¢n el examen de la audiencia, y en treinta a?os no han sabido encontrar un modelo m¨¢s eficaz. Quien tenga la f¨®rmula m¨¢gica, que lo cuente, y ahorrar¨¢ a esta industria unos trescientos millones de d¨®lares al a?o.
El dinero de las cadenas de otros pa¨ªses es cada d¨ªa m¨¢s necesario para la producci¨®n americana de series. Ellos lo saben bien y cuentan con ¨¦l, invirtiendo mucho en la venta en s¨ª, en acuerdos preestablecidos y en el fomento de la competencia entre sus clientes.
Los compradores (espa?oles, pongamos por caso) coincidimos en algunos de los visionados, y seamos o no competidores, comentamos la jugada. Ya sea porque nos conocemos desde hace tiempo o porque nos acabamos de conocer, tengamos intereses comunes o enfrentados, o estemos bajo el influjo reciente de ocho horas seguidas de pilotos, lo sincero o lo expl¨ªcito de cada comentario var¨ªa seg¨²n la empresa en la que trabaje el interlocutor.
En uno de estos visionados a primera hora de la ma?ana me sorprendi¨® un alto directivo espa?ol agitando los brazos y dando brincos en su butaca. Cre¨ªa que era un repentino entusiasmo por el nuevo CSI, pero era God¨ªn, que acababa de marcar en el Camp Nou un gol para el Atl¨¦tico de Madrid.
Los episodios se proyectan en ingl¨¦s, por lo que es importante dominarlo aceptablemente. Y todas las valoraciones y chascarrillos posteriores entre castellano parlantes se ven trufados de varios anglicismos. Es muy com¨²n el uso frecuente e indiscriminado de las palabras single camera, showrunner y procedural.
Pues este a?o, mucho procedural, grandes papeles femeninos, mucha investigaci¨®n sobre ni?os asesinados, mucho embarazo inexplicable, la ya habitual y comentada participaci¨®n de Zeljko Ivanek en varios de los pilotos, la adaptaci¨®n de Los misterios de Laura y Polseres vermelles, y la omnipresencia de actorazos ingleses haciendo de americanos en much¨ªsimas series, como si la industria estadounidense ya no pudiera vivir sin ellos.
Los compradores (espa?oles, pongamos por caso) no dejamos de sorprendernos y comentar la enorme inversi¨®n en premisas inveros¨ªmiles, sospechosas coincidencias en tramas y personajes, y la libre circulaci¨®n de grandes secretos en un mundo supercompetitivo. Todo fruto de la endogamia y la incertidumbre.
Durante esa semana los compradores luchamos contra el sue?o al volante de coches de alquiler entre el hotel y las atracciones de Parque Jur¨¢sico, la Bronson Gate de Paramount, el rascacielos de La jungla de cristal, el plat¨® de Spiderman, las calles de Gotham y el edificio de los siete enanitos de Buena Vista, donde conviven el pasado del cine y el presente de la televisi¨®n.
Es dif¨ªcil hacer una mala serie. Hacer una buena est¨¢ m¨¢s all¨¢ de la proeza.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.