Los culpables de todo
Lo que hace Mas no es sino llevar a la exasperaci¨®n un instinto de los hombres: responsabilizar a los dem¨¢s de nuestros males
A principios de agosto declar¨® Artur Mas que ¡°la recuperaci¨®n econ¨®mica tiene acento catal¨¢n¡±, porque ¡°en Catalu?a las cosas se hacen mejor¡±. El optimismo de nuestro l¨ªder independentista es imbatible: lo acosan problemas descomunales, pero all¨ª sigue, impert¨¦rrito y sonriente, prodigando buenas noticias. En el fondo es natural: para los independentistas catalanes ya todo es una noticia favorable; quiero decir, una noticia que hace la independencia, m¨¢s que necesaria, imprescindible: pase lo que pase, se diga lo que se diga y lo diga quien lo diga (Merkel, la Comisi¨®n Europea, el BCE, el FMI o el sursuncorda), la independencia de Catalu?a es la soluci¨®n a nuestros problemas. A estas alturas el independentismo, que intent¨® meritoriamente presentarse como un proyecto racional, ya es s¨®lo un acto de fe (como enamorarse o creer en las brujas, que por cierto tambi¨¦n eran meritoriamente presentadas como reales), y quien no es capaz de compartir la fe o la pone en duda, como Raimon, se convierte en un hereje o, lo que es peor, en un nacionalista espa?ol. Como el ladr¨®n cree que todo el mundo roba, el nacionalista cree que todo el mundo es nacionalista, igual que si el nacionalismo fuese cong¨¦nito al ser humano y no un invento rom¨¢ntico con apenas dos siglos de existencia. As¨ª que, seg¨²n Mas, cuando las cosas van mal, los responsables son los espa?oles, pero, cuando van bien (o parece que empiezan a ir bien), los responsables somos los catalanes.
Tiene toda la raz¨®n. En realidad, lo que hace Mas no es sino llevar a la exasperaci¨®n (o al rid¨ªculo) un instinto fundamental de los hombres: responsabilizar a los dem¨¢s de nuestros males; esto, que a la larga es catastr¨®fico, de momento provoca un gran alivio, una satisfacci¨®n total, porque significa que el responsable de mis males no soy yo. Si bien se mira, es lo que, qui¨¦n m¨¢s qui¨¦n menos, hace todo el mundo. Semanas atr¨¢s contaba en esta columna que, de un tiempo a esta parte, la gente de mi generaci¨®n ¨Ccuarentones y cincuentones que no hicimos la Transici¨®n¨Chemos encontrado un culpable de todas nuestras desdichas pol¨ªticas, econ¨®micas y morales: la Transici¨®n; es decir: pap¨¢ y mam¨¢, que fueron quienes hicieron la Transici¨®n. No importa que desde la Transici¨®n hayan transcurrido m¨¢s de treinta a?os y que en todo este tiempo nosotros no hayamos hecho nada para arreglar lo que hab¨ªa que arreglar: los culpables siguen siendo pap¨¢ y mam¨¢. Por otra parte, para el Gobierno del PP el responsable de nuestros males fue el Gobierno del PSOE, que gobernaba cuando estall¨® la crisis, y para el PSOE el responsable es el Gobierno del PP. IU y UPyD consideran que el mal es el bipartidismo PP-PSOE, mientras que Podemos sostiene que la mala es toda la clase pol¨ªtica, incluidos IU y UPyD. Los ciudadanos consideramos por nuestra parte que la culpa es de los pol¨ªticos, incluidos ¨Cdentro de dos d¨ªas¨C los de Podemos. Sobra aclarar que esta pasi¨®n por la irresponsabilidad no es una tara nacional. Para Marine Le Pen y Nigel Farage, que arrasaron en Francia y Reino Unido durante las ¨²ltimas elecciones europeas, los franceses y los ingleses no son los responsables de sus desdichas, qu¨¦ va, sino Bruselas o, en su defecto, Merkel. Netanyahu no se siente en absoluto responsable de los casi 2.000 muertos de Gaza, y Ham¨¢s est¨¢ seguro de que el responsable ¨²nico de la matanza es Netanyahu. Quien crea que Hitler sinti¨® alguna vez remordimientos por la muerte de cincuenta millones de personas es que a¨²n no se ha enterado de c¨®mo funcionamos los hombres. En cuanto a m¨ª, ?qui¨¦n tiene la culpa de que no haya escrito El Quijote, Moby Dick o El proceso? Mi madre, que me educ¨® fatal. ?Y qui¨¦n tiene la culpa de que, a mi edad, todav¨ªa vaya vestido como un alumno de los maristas, con la camisa llena de lamparones? Mi mujer, que me compra la ropa. ?Y qui¨¦n tiene la culpa de que cada uno de mis libros no venda dos o tres millones de ejemplares como m¨ªnimo? Mi editor, que a¨²n no se ha enterado de que soy un genio. ?Y qui¨¦n tiene la culpa de que cada semana no se publiquen tantas cartas al director elogiando entusiastas mis art¨ªculos como las que se publican elogiando los art¨ªculos de Javier Mar¨ªas? El director de este suplemento, que la tiene tomada conmigo.
Seg¨²n Mas, cuando las cosas van mal, los responsables son los espa?oles; si van bien, somos los catalanes
Ustedes se r¨ªen, pero a m¨ª no me hace ni pizca de gracia.
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