?Lo natural es siempre bueno? Cinco alimentos que lo cuestionan
Ni la estevia es la panacea ni todos los aceites son saludables. Productos que generan controversia
Huir de la comida r¨¢pida y volver a las ra¨ªces con el consumo de alimentos naturales es trending topic en los dec¨¢logos de bienestar y vida saludable. Pero hay que andarse con ojo porque muchos productos que se comercializan bajo el manto de lo natural presentan tambi¨¦n algunos inconvenientes a los que es conveniente prestar atenci¨®n, no tanto para eliminar de la dieta como para moderar su consumo. He aqu¨ª debates al respecto.
1. Jarabe de ma¨ªz: menos es m¨¢s.
Una tarde cualquiera en casa de la abuela no era raro merendar palomitas de ma¨ªz reci¨¦n hechas al calor del fuego. Era una opci¨®n natural, saludable y siempre apetecible, como corrobora el hecho de que, en su estado org¨¢nico, el ma¨ªz contenga un alto contenido en fibra y sea rico en vitamina C. No sucede lo mismo con el jarabe de ma¨ªz. Obtenido a partir del almid¨®n de este grano, se suele utilizar para endulzar productos procesados como los zumos de frutas, refrescos, gaseosas, aperitivos dulces, algunos cereales del desayuno, confituras, yogures de sabores o boller¨ªa, y en Estados Unidos se ha relacionado con el aumento de la obesidad. Descubierto en Jap¨®n en la d¨¦cada de los 70, la industria alimenticia lo emplea por su elevado poder endulzante y su bajo coste. "El problema de este jarabe es que su sacarosa contiene un nivel de fructosa mayor que el del az¨²car (un 65 % frente a un 50 %), y por ello estimula menos los niveles de insulina en sangre y se metaboliza principalmente en el h¨ªgado", indica la experta Elisa Bl¨¢zquez, nutricionista de la Cl¨ªnica Medicina Integrativa y autora del libro Dieta Integrativa . ¡°Las consecuencias de su consumo excesivo pueden ser muy perjudiciales para el h¨ªgado y causar trigliceridemia, hiperuricemia e hipertensi¨®n¡±, contin¨²a. Sin embargo,?Virginia G¨®mez, dietista-nutricionista del centro valenciano Nutrigandia, recuerda: "Estos efectos solo suceden con un consumo frecuente y a largo plazo, y no cuando se toma de forma puntual".
Otro de los inconvenientes del jarabe de ma¨ªz es que la fructosa no estimula la producci¨®n de leptina (hormona encargada de activar las se?ales de saciedad), y el resultado es una sensaci¨®n de insatisfacci¨®n constante que lleva a consumir otros productos dulces para sentirse lleno.
2. Pescado azul: peque?o come a grande.
El pescado azul es rico en grasas omega 3, esenciales para el organismo, pero debido a la cantidad de metales pesados como el mercurio que ciertas especies de gran tama?o como el emperador, el at¨²n o el tibur¨®n acumulan en su grasa, la nutricionista Bl¨¢zquez recomienda moderar su consumo, especialmente en el caso de las mujeres embarazadas y ni?os, para los que ¡°puede resultar neurot¨®xico¡±. Virginia G¨®mez advierte de la controversia que ha girado siempre en torno a este alimento, con estudios que a veces se contradicen. "No obstante, los nutricionistas recomendamos reducir el consumo de este pescado por precauci¨®n", explica. A los dos perfiles mencionados, Bl¨¢zquez aconseja no ingerir pescado azul grande m¨¢s de dos veces al mes, y decantarse por pescados azules de peque?o tama?o, como la sardina o el boquer¨®n, que tambi¨¦n contienen grasas omega 3 y est¨¢n menos contaminados. ¡°El mercurio tiene la capacidad de atravesar la barrera hematoencef¨¢lica y afectar al sistema nervioso¡±, advierte la experta.
3. Az¨²car refinado: deje espacio para la tarta.
Casi todo lo que ingerimos contiene az¨²car, no solo los productos dulces, tambi¨¦n los salados, como la salsa de tomate, las conservas de verdura, los platos precocinados o incluso los embutidos. Aunque las propiedades nutricionales de la ca?a de az¨²car son beneficiosas para el organismo (fibra, prote¨ªnas y minerales), el proceso de refinado del az¨²car lo aleja de estos nutrientes, dejando un ¨²nico superviviente: la sacarosa. Este compuesto se transforma en energ¨ªa r¨¢pida para el organismo y produce un pico de glucemia brusco y poco fisiol¨®gico. ¡°Un exceso de az¨²car puede ser devastador para la salud y producir inflamaci¨®n u obesidad¡±, indica Bl¨¢zquez. Ojo: hablamos de una superabundancia. Porque consumir az¨²car de forma puntual no acarrea problemas. Lo cuenta Virginia G¨®mez: "Mi consejo es prescindir del az¨²car en nuestro d¨ªa a d¨ªa, para, llegado el momento, poder tomarnos un trozo de tarta en un cumplea?os".
El consumo habitual de sacarosa se ha relacionado con enfermedades como la obesidad y s¨ªndrome metab¨®lico, la diabetes tipo II, la aterosclerosis, las enfermedades degenerativas, el envejecimiento prematuro, la hiperactividad en ni?os, la gota o las enfermedades inflamatorias, seg¨²n se?ala Bl¨¢zquez bas¨¢ndose en art¨ªculos cient¨ªficos como Sugar-sweetened beverages and weight gain in children and adults: a systematic review and meta-analysis, publicado en The American Journal of Clinical Nutrition. ¡°Alguna vez hemos podido escuchar que nuestro cerebro necesita az¨²car, es totalmente cierto, pero la glucosa la podemos obtener de los cereales integrales o las frutas¡±, precisa la experta.
4. Aceite de palma: mejor el de oliva.
Es el aceite m¨¢s utilizado en el mundo por dos razones: es muy resistente a la oxidaci¨®n y aumenta la palatabilidad por su capacidad de mantenerse s¨®lido a temperatura ambiente. Empleado para la conservaci¨®n de muchos productos de panader¨ªa, boller¨ªa o comida preparada, su principal inconveniente es que es rico en grasa saturada. Aunque seg¨²n?Elisa Bl¨¢zquez este tipo de grasa es menos perjudicial que las llamadas grasas hidrogenadas o TRANS (que aumentan en mayor medida los niveles de colesterol), es preferible consumir alimentos que contengan aceite de oliva virgen. ¡°Existen muchos productos en el mercado que contienen este tipo de grasas de manera oculta, el consumidor puede leer en la etiqueta 'aceites vegetales' pero no es conocedor del tipo de aceite que est¨¢n consumiendo¡±, alerta la nutricionista. "Disminuir el exceso de grasa saturada en nuestra dieta y aumentar el consumo de grasa polinsaturada, principalmente grasa omega 3, ayuda a reducir la inflamaci¨®n y mejorar la salud cardiovascular", a?ade. "No obstante, el aceite de palma tomado con moderaci¨®n es m¨¢s adecuado que cualquier grasa hidrogenada", contin¨²a Bl¨¢zquez. Obtenido del fruto del ¨¢rbol de palma africano, el 85 % de la producci¨®n mundial de este aceite proviene de Indonesia y Malasia.
5. Edulcorantes naturales: ?cu¨¢nta estevia hay ah¨ª?
Existen multitud de edulcorantes artificiales que se utilizan para sustituir al az¨²car. Aunque con ellos se logra disminuir el aporte de gl¨²cidos de r¨¢pida absorci¨®n y contribuyen a reducir las calor¨ªas del alimento, algunos expertos aseguran que plantean riesgos para la salud, y sugieren la estevia o el sirope de agave como alternativas naturales. Virginia G¨®mez lo pone en duda: "Es verdad que hay estudios que asocian el consumo de edulcorantes qu¨ªmicos a ciertas enfermedades, pero estamos hablando de un consumo descomunal y durante muchos a?os. Nadie podr¨ªa consumir tanto como para que fuera t¨®xico". Ante las alegaciones de otros nutricionistas sobre c¨®mo edulcorantes acal¨®ricos como la sacarina despiertan en nuestro organismo un mayor deseo de algo dulce, la especialista asevera que "solo son hip¨®tesis a¨²n no convenientemente estudiadas". Por tanto, la estevia no es para ella una alternativa. "Porque lo que encontramos en los supermercados solo es estevia pura en un 1 %; el resto ha sido sometido a un proceso industrial para modificar un sabor que no acaba de cuajar. Y el sirope de agave es igual que la miel, que est¨¢ muy bien, pero no sirve en dietas hipocal¨®ricas", argumenta. La propuesta de la especialista para endulzar el caf¨¦ de la ma?ana es inequ¨ªvoca: "Una cucharadita de az¨²car si se trata de alguien que habitualmente no lo consume; o sacarina para los que quieren restar calor¨ªas, ya que es un edulcorante que se ha usado desde siempre sin ning¨²n tipo de perjuicio para la salud", concluye.
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