La encrucijada de Erdogan
"Vivimos la era de la nueva Turqu¨ªa". Las palabras de Erdogan, investido flamente nuevo presidente, esperan cu¨¢l ser¨¢ su actuaci¨®n para saber hacia d¨®nde se dirige el futuro del pa¨ªs
La era de la vieja Turqu¨ªa ha terminado. Ahora vivimos la era de la nueva Turqu¨ªa, la gran Turqu¨ªa¡±. Las palabras de Recep Tayyip Erdogan reci¨¦n investido presidente no despejaron el 28 de agosto la inc¨®gnita sobre cu¨¢l ser¨¢ su papel como jefe del Estado turco. ?Ser¨¢ el Erdogan de las grandes reformas, el modernizador primer ministro de sus anteriores mandatos, o el gobernante autocr¨¢tico, que ha fracturado la sociedad, de los ¨²ltimos a?os?
Tras m¨¢s de una d¨¦cada en el poder, la imagen del traspaso de poderes ¨Cjunto a su predecesor en el cargo y antiguo aliado, Abdul¨¢ G¨¹l, flanqueados ambos por sus respectivas esposas cubiertas por el velo¨C encarna la consolidaci¨®n del islamismo pol¨ªtico turco en Ankara. ¡°Erdogan pretende restablecer el modelo de presidencia de Atat¨¹rk como l¨ªder supremo, pero introduciendo su propia visi¨®n ideol¨®gica¡±, interpreta en una de sus ¨²ltimas columnas Mustaf¨¢ Akyol, uno de los escasos analistas turcos que abordan el islamismo desde una perspectiva liberal.
Pero como el mismo Akyol subraya, Atat¨¹rk no gan¨® ninguna elecci¨®n libre y Erdogan ha triunfado en las nueve ocasiones que se ha sometido a las urnas en los 12 ¨²ltimos a?os. Erdogan ha convertido a su Partido de la Justicia y el Desarrollo (AKP, en sus siglas en turco) en una formidable m¨¢quina de ganar elecciones. Con cerca del 52% de los votos, logr¨® la victoria en la primera vuelta de las presidenciales del 10 de agosto. Un innegable triunfo que se ha cobrado el precio de la polarizaci¨®n de la sociedad turca y que tal vez haya marcado el techo de su ambici¨®n pol¨ªtica.
Tras haber situado al frente del Gobierno a su ministro de Exteriores, Ahmet Davutoglu, Erdogan aspira a presentarse como un ¡°sult¨¢n¡± cuyo ¡°visir¡± gestiona obedientemente sus designios. Al menos hasta dentro de un a?o, cuando el nuevo desaf¨ªo electoral de los comicios legislativos le permita consolidar una mayor¨ªa cualificada de m¨¢s de dos tercios de los esca?os para reformar la Constituci¨®n y, previsiblemente, otorgar plenos poderes ejecutivos al jefe del Estado.
El mensaje de la ¡°nueva Turqu¨ªa¡± se presenta sobre todo sombr¨ªo para los medios de comunicaci¨®n, advierte Yavuz Baydar, que fue el primer ombudsman de la prensa turca: ¡°M¨¢s del 80% de los medios convencionales en Turqu¨ªa est¨¢n bajo control del Gobierno ¨Ces decir, de Erdogan¨C o le son manifiestamente sumisos¡±. Baydar cree que la batalla por la libertad de prensa se libra hoy en Internet y no en los quioscos, y que por ello Erdogan prohibi¨® Twitter y YouTube cuando se vio acosado por los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y las protestas de los j¨®venes del parque de Gezi.
Erdogan se juega tambi¨¦n el futuro de su presidencia en el llamado ¡°proceso de paz¡± con la guerrilla del Partido de los Trabajadores del Kurdist¨¢n (PKK) despu¨¦s de m¨¢s de 30 a?os de conflicto interno en Turqu¨ªa. El peso pol¨ªtico del nacionalismo kurdo, cuyo candidato en los ¨²ltimos comicios logr¨® un significativo 10% de los sufragios, y el papel del PKK en la lucha contra los yihadistas del Estado Isl¨¢mico en el norte de Irak le obligar¨¢n sin duda a revisar su oferta de di¨¢logo a los l¨ªderes de la minor¨ªa kurda de Turqu¨ªa.
¡°Erdogan no es un demonio ni un dios¡±, tercia Akin ?zcer, uno de los diplom¨¢ticos de Ankara que mejor conoce Espa?a y editor del portal turco-espa?ol Hispanatolia. El lema de una nueva Turqu¨ªa que vive en paz con sus kurdos, se ha liberado de la tutela del Ej¨¦rcito y aspira a ser miembro de la UE se tendr¨¢ que enmarcar, a su juicio, en un sistema semipresidencialista, a la francesa. ¡°Hasta las elecciones legislativas del verano de 2015 Erdogan estar¨¢ m¨¢s presente en la escena internacional¡±, prev¨¦ ?zcer, ¡°y mientras tanto deber¨¢ mostrarse conciliador en la pol¨ªtica interna¡±.
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