Contra el rumor, transparencia

Quieres transparencia? Toma tres actas¡±. Parafraseando el refr¨¢n del arroz y las tazas, el Gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC han salido al paso de los rumores extendidos por la oposici¨®n colombiana sobre las conversaciones de paz que el Ejecutivo de Juan Manuel Santos y el movimiento armado en activo m¨¢s antiguo de Latinoam¨¦rica mantienen en La Habana. Tras dos a?os de negociaciones, ambas partes han decidido difundir los borradores completos de los tres puntos de acuerdo alcanzados hasta ahora, que corresponden a la participaci¨®n pol¨ªtica de las FARC, la estrategia contra la droga y la reforma agraria. Dado que la negociaci¨®n completa consta de un total de cinco apartados, la publicaci¨®n de los borradores ¡ªcuando todav¨ªa no se ha culminado un acuerdo total¡ª es un hecho sin precedentes en unas conversaciones de semejante envergadura. No hay que olvidar que Gobierno y guerrilla est¨¢n sentados nada menos que con el prop¨®sito de acabar con 50 a?os de conflicto armado.

En la publicaci¨®n de los borradores ha jugado un importante papel el lado oscuro de la pol¨ªtica y, por qu¨¦ no, de la misma naturaleza humana. El anuncio del comienzo de las conversaciones de paz convulsion¨® no solo a Colombia sino a Am¨¦rica Latina porque por primera vez se vislumbraba la oportunidad de acabar con esta vieja guerra que, adem¨¢s, tiene importantes derivadas en un problema crucial como el narcotr¨¢fico. Pero tambi¨¦n desde el primer momento el proceso se convirti¨® en reh¨¦n del juego pol¨ªtico interno. Sectores militares y otros pr¨®ximos al predecesor de Santos en la presidencia, ?lvaro Uribe, comenzaron a insistir en que lo que se hablaba en un hotel de La Habana no correspond¨ªa a lo anunciado p¨²blicamente. Seg¨²n ellos, exist¨ªa una agenda oculta concertada a espaldas a los colombianos.

Toda negociaci¨®n de este tipo es, por su propia naturaleza, reservada. La transparencia exige que una vez alcanzado el acuerdo se revele todo el proceso. Santos ha decidido dar un paso m¨¢s all¨¢ y abrir las puertas antes de que se diga la ¨²ltima palabra. Es otra guerra en Colombia: la guerra contra el rumor.