Bettina, el retorno de la ¡®top' que rein¨® en los cincuenta
Fue musa de Irving Penn y Hubert de Givenchy puso su nombre a una blusa. Una muestra en Par¨ªs reivindica a Simone Bodin: la maniqu¨ª mejor pagada de su ¨¦poca que lo dej¨® todo por amor al pr¨ªncipe Ali Khan
Con sus pecas de pelirroja, su pelo corto y su naturalidad, Bettina fue la gran modelo francesa de los a?os cincuenta, la que encarn¨® el renacimiento de la alta costura parisiense y la edad dorada del New Look. Musa de Jacques Fath , puede presumir de haber trabajado con todos los grandes de su ¨¦poca e incluso de haberle robado protagonismo a Coco Chanel, con la que desfil¨® de forma excepcional a?os despu¨¦s de haberse retirado. Su imagen abre la exposici¨®n dedicada a Hubert de Givenchy en el museo Thyssen de Madrid. Y una muestra inaugurada este mi¨¦rcoles y expuesta por la galer¨ªa parisiense de su gran c¨®mplice, el modista tunecino Azzedine Ala?a, recuerda a trav¨¦s de m¨¢s de 100 fotograf¨ªas la extraordinaria carrera de la maniqu¨ª, condensada en poco m¨¢s de una d¨¦cada, a trav¨¦s del objetivo de maestros de la talla de Erwin Blumenfeld, Robert Doisneau o Irving Penn.
¡°Las fotograf¨ªas han formado siempre parte de mi vida, es algo muy natural para m¨ª¡±, recuerda a sus 89 a?os Simone Bodin ¡ªque es como en realidad se llama¡ª momentos antes de la inauguraci¨®n de la exposici¨®n. Para la ocasi¨®n se ha arreglado con un vestido largo granate de Ala?a. Bettina atiende a la prensa en un sal¨®n del hotel colindante a la galer¨ªa, a medida que llegan sus invitados: el dise?adorKenzo Takada, el exministro de Cultura Fr¨¦d¨¦ric Mitterrand o la cr¨ªtica de moda Suzy Menkes, entre otros.
De Irving Penn, el maestro del estudio, recuerda su exigencia y seriedad. ¡°Era muy duro pero apasionante¡±, comenta. Para acentuar el contraste con el que experimentaba Penn, Bettina, que como las modelos de la ¨¦poca se maquillaba ella misma, se pintaba para ¨¦l los labios de negro. ¡°Tambi¨¦n he trabajado mucho con Henry Clarke, que era todo lo contrario, muy extravagante¡±. El magnetismo de Bettina fue tal que hasta Henri Cartier-Bresson, poco interesado en la fotograf¨ªa de moda, la inmortaliz¨® en unas refrescantes instant¨¢neas paseando a sus perros.
Christian Dior le cort¨® la melena, la rebautiz¨® e hizo de ella una estrella
¡°Cuando empez¨® yo era todav¨ªa un ni?o y estaba enamorado de ella: era la mujer m¨¢s accesible e inaccesible al mismo tiempo, m¨¢s simple y m¨¢s sofisticada a la vez. El modelo de la francesa, de la parisina tipo¡±, confiesa el modista Christian Lacroix, ahora amigo de la musa y quien no pod¨ªa faltar en la inauguraci¨®n. Bettina se consagr¨® como la maniqu¨ª francesa por antonomasia de forma tan natural como casual. Nacida en 1925 y criada en Normand¨ªa por su madre, maestra de parvulario, se mud¨® a Par¨ªs tras la Segunda Guerra Mundial con la intenci¨®n de ser dibujante de moda. Con ese objetivo se present¨® en el taller del joven Jacques Costet. El modista mostr¨® poco inter¨¦s por sus bocetos, pero percibi¨® de inmediato el potencial de su elegancia desenfadada, a pesar de peque?a estatura: 1,66 metros. La visti¨® con un vestido de terciopelo verde que contrastaba con su melena pelirroja y unos zapatos de tac¨®n negro. El p¨²blico presente qued¨® convencido.
¡°El f¨ªsico de Bettina, su encanto y frescura contrastan con las grandes maniqu¨ªes estadounidenses de la ¨¦poca, de una elegancia muy sofisticada, casi soberbia y algo fr¨ªa¡±, relata Sylvie L¨¦callier, encargada de los fondos de fotograf¨ªa del Palais Galliera, el museo de la moda de Par¨ªs.
Su carrera di¨® un verdadero giro en 1947, el a?o en que Christian Dior cre¨® el New Look y en el que ella empez¨® a trabajar con Jacques Fath. Fue este ¨²ltimo quien la bautiz¨® como Bettina ¡ªya ten¨ªa a una modelo llamada Simone¡ª y la convirti¨® en su musa. Fue ¨¦l tambi¨¦n quien decidi¨® cortarle la melena para acentuar su aspecto juvenil y natural. La colaboraci¨®n entre ambos dur¨® cuatro a?os, durante los que su fama se dispar¨®.
En ese tiempo Bettina se convirti¨® en ubicua chica de portada y en una de las modelos mejor pagadas. En Estados Unidos, trabaj¨® algo m¨¢s de un a?o para la agencia estadounidense de maniqu¨ªes Ford. En 1952, decidi¨® ayudar a un joven Hubert de Givenchy a lanzar su propia casa de costura. Con ¨¦l desfilaba a la vez que se ocupaba de la comunicaci¨®n. Givenchy puso su nombre a una famosa camisa con volantes. La imagen de Bettina con la blusa hom¨®nima abre, precisamente, la exposici¨®n sobre el dise?ador franc¨¦s que acoge hasta el 18 de enero el museo Thyssen-Bornemisza.
En la cumbre de su fama, en 1955, lo dej¨® todo por amor. Lo hab¨ªa hecho ya antes, aunque solo durante un a?o, cuando conoci¨® al fot¨®grafo Brunno Graziani, con el que estuvo casada hasta 1950. Esta vez Bettina, se retir¨® seducida por el pr¨ªncipe Ali Khan,entonces reci¨¦n separado de la actriz Rita Hayworth. Con ¨¦l vivi¨® felizmente cinco a?os hasta que un tr¨¢gico accidente de coche acab¨® con la vida del hijo del Aga Khan III.
S¨®lo una vez acept¨® volver a la pasarela. Fue en 1969 para Coco Chanel, que ide¨® un desfile especial para ella. Ten¨ªa 42 a?os y el ¨¦xito fue rotundo. ¡°La dise?adora dec¨ªa 'no entiendo, aplauden, pero no aplaud¨ªan por los vestidos, ?sino por ella!¡±, recuerda Bettina. "Estaba furiosa. Los periodistas me quer¨ªan. Hubo un gran entusiasmo, pero yo ten¨ªa la culpa¡±.
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